Reportaje a Jorge Rulli (GRR) "Es como si el árbol te tapara el bosque, y el bosque te tapara el modelo" Reportaje: Enzo Vicentín El pasado 4 de Marzo Jorge Rulli, militante ecologista, miembro del Grupo de Reflexión Rural (GRR), pasó por la ciudad de Santa Fe. En el local del Ce.Pro.Nat. conversó con el Mango del Hacha unos minutos, escritorio de por medio, sentado frente a su computadora personal. Pensando cada frase, tratando de ejemplificar cada afirmación para que un desconocedor del tema -como yo- lo comprenda rápidamente, Rulli habló del Contra Encuentro que estaban por organizar en Foz de Iguazú junto con el Mocase santiagueño, los Sin Tierra brasileños y muchos otros grupos más de Paraguay, Brasil y Argentina (y que ya se realizó los días 16, 17 y 18 de Marzo, por lo que al final del reportaje -en un recuadro- se reproduce una crónica publicada en Indymedia acerca del mismo). Pero principalmente habló del cambio en la estrategia de las multinacionales de agroalimentos con respecto a los grupos ecologistas, y de cómo este cambio está cooptando los discursos socio-ambientales del ecologismo en pos de sostener el modelo global de la soja. MdH: ¿Cuáles son las razones de la visita del Grupo de Reflexión (GRR) a Santa Fe? J. Rulli: Bueno, nosotros estamos en camino a Puerto Iguazú. Fuimos a Rosario, a Rafaela, y ahora mañana vamos a Paraná y luego a Reconquista y seguimos. Estamos haciendo talleres, difundiendo el Contraencuentro de Iguazú. ¿Qué es el Contraencuentro? Nosotros como GRR, que somos por afinidad un grupo muy ligado a lo que se llamó la Resistencia Global, tenemos grupos hermanos en Europa con los que estamos trabajando mancomunadamente. Hace tiempo que venimos denunciando el modelo sojero, que es el modelo de un país forrajero, un modelo de exportación de commoditties; rol que nos asignaron debido a la deuda externa, a que tenemos que buscar divisas, y también porque era necesidad de Europa de tener forrajes. MdH: El viaje a Iguazú es para impulsar una campaña… J. Rulli: En contra de una Cumbre que se va a hacer en Foz de Iguazú, que la convoca la WWF (Vida Silvestre Internacional - la del osito panda) cuya filial en Argentina sería Fundación Vida Silvestre, con el Gobernador de Mato Grosso (Brasil) que se llama Maggi, es el más grande sojero de Brasil -tiene 200 mil hectáreas en soja, molinos, puertos, etc.-, también en la Cumbre está Unilever, que es la multinacional más grande de agroalimentos, multinacionales de supermercados -suizos como Coop. Carrefour de Francia-, una cantidad de organizaciones. Y también la Fetraf, que es una asociación de pequeños productores del Brasil que se han comprometido a hacer soja orgánica para el mercado europeo y a cambio de tener este mercado han arreglado con las grandes empresas legitimar el modelo global de la soja, participando de esta Cumbre empresaria y ambiental que se va a hacer en Foz de Iguazú [al final de esta nota, se reproducen las conclusiones a la que llegó esta Cumbre, extraídas de la página de Fundación Vida Silvestre]. MdH: La idea es hacer un Contraencuentro entonces. J. Rulli: Claro. Nosotros nos convocamos, sobre todo con la liga campesina de Brasil, la liga campesina argentina, para encontrarnos en ITEPA (Instituto Tecnológico Educativo por la Reforma Agraria) que es el instituto tecnológico y de producción de los campesinos (el ITEPA era una estancia del ex - presidente Cardozo, ahora transformada en un gran centro de capacitación del Movimiento de los Sin Tierra). Allí nos instalaríamos y haríamos talleres durante 2 días sobre diferentes temáticas que son las que nos llevan a esta manifestación y luego el último día nos manifestaríamos frente al hotel de la Cumbre empresaria. Lo importante de esto es que para nosotros es un umbral en la neocolonización de las multinacionales sobre nuestros países, porque lo que ellos están inaugurando es un diálogo oficial con los movimientos y organizaciones ambientales, y estableciendo roles para ellas, en este caso de venta de servicios, y también están terminando una calificación de los mercados en los cuales van a certificar sus producciones de commoditties a cambio de negociaciones, que implican por ejemplo preservar los parques nacionales y avanzar sobre lo que ellos llaman "ecosistemas degradados". MdH: ¿Y este dialogo se va a inaugurar ahora o viene de antes? J. Rulli: A nivel internacional, si. Esta es la primera Cumbre. MdH: ¿Y esto representa un avance de quién? ¿A quien beneficia esta Cumbre? J.Rulli: Es un avance de ellos, de las políticas que se hacen cada vez más inteligentes. El origen de esto es en el año 2002, el lanzamiento de un pacto global para la responsabilidad empresaria que lanza Kofi Annan con una cantidad de empresas multinacionales, que tiene un capítulo argentino que es de terror: bancos, grandes empresarios, etc. Esa es el antecedente más remoto, y el más próximo es el "Foro por 100 Millones Sustentables" que lanzó la Fundación Vida Silvestre a fines del 2003 en Buenos Aires. A lo largo del año pasado ha habido 4 grandes reuniones de este Foro donde va mucha gente, están todos los agronegocios. Participaron el presidente de Vida Silvestre, que es un hombre de los agronegocios; la Facultad de Agronomía de la UBA, la de la Univ. de Córdoba, alguna Univ. Católica de por allí, CONICET, INTA por supuesto y la sorpresa es que hay un montón de grupos ambiéntales. MdH: A ver si entiendo, las empresas estarían cooptando a estas organizaciones para intercambiar preservación de parques -por ejemplo- por apoyo a sus políticas. J. Rulli: El discurso. Están cooptando el discurso de estas organizaciones, los discursos socio-ambientales, nuestros discursos. Porque aquel pacto global de las empresas multinacionales que nace con el respaldo de la ONU, me olvidé de decirte que pone tres ejes: uno es laboral, otro es social y el otro es ambiental, y apela a la responsabilidad de las empresas frente a estos tres ejes. Con lo cual ahí nace la idea de cooptar los discursos socio-ambientales de la sociedad civil, de hacerlos propios. Por supuesto es como un gatopardismo: cambiar para no cambiar nada. Aquí en el "foro de los cien millones", ellos qué se proponen, que los 70 millones de toneladas de granos exportados lleguen a 100. MdH: Es decir profundizar el modelo sojero. J. Rulli: Claro. Nosotros siempre dijimos: si con 70 estamos tan mal, cómo hacemos porque si llegamos a 100 vamos a estar mucho peor. Pero, bueno, digamos que hay mucha gente que lo ve como irrefrenable, imparable, que no se lo puede parar a este modelo. Hay mucho derrotismo y sienten que hay que sentarse a negociar, y que así se puede conseguir más que enfrentándose a las empresas. Es parte de un debate. También hay intereses particulares, por ejemplo una de las organizaciones más o menos ambientales que incorporaron a este foro fue Fundapaz. Esta es una organización que puede ser de ligada relativamente a la Iglesia, que ha hecho mucho trabajo de desarrollo rural. Nosotros no entendíamos por qué Fundapaz estaba en el foro. Ahora nos enteramos que tiene un proyecto de producción de soja orgánica. ¿Dónde colocás la producción? En Europa ¿Cómo hacés para asegurarte el mercado? Ahí es donde tenés negociar con esta gente y te dicen "bueno, colocamos la soja de ustedes en el mercado pero queremos que nos apoyen para legitimar el paquete, el modelo". Algo parecido supuestamente le ha pasado a Greenpeace, que ha llevado adelante acciones heroicas en defensa de muchos bosques, sobre todo Las Yungas, y en el norte de Santiago del Estero. Ellos nunca se han negado al dialogo con las empresas y al consenso. En este caso es probable que les haya dicho "para salvar esos bosques que a ustedes les interesa, nosotros quisiéramos que se sienten a una mesa de articulación de la soja con nosotros, que consensuemos ciertas políticas", y entonces tanto unos como otros han dicho: hubiésemos preferido que a estas mesas de concertación y de consenso convocara el Estado argentino, pero el Estado no lo hace y entonces lo hacen las empresas. Sobre el vacío del Estado las empresas avanzan con políticas públicas, algo gravísimo, porque entre otras cosas implica un reordenamiento del territorio; las empresas estarían ordenando el territorio. MdH: Y este cambio de actitud de las empresas, que empiezan a cooptar discursos socio-ambientales, pensás que puede tener suficiente fuerza para desarticular el movimiento ecológico o pensás que el movimiento tiene poder para mantener su autonomía ante este intento de cooptación. J. Rulli: No, en Argentina no. Aquí, digamos que los ecologistas somos muy pocos, siempre fuimos muy pocos. Y la mayoría de las organizaciones son ambientales. O sea que hay una propensión a aceptar este diálogo. Y lo que vemos aquí, en el caso concreto de Greenpeace, es gente muy heroica que puede jugarse la vida escalando un edificio o tratando de detener las topadoras, pero que de política no entiende nada. Y sentarse con las empresas no es una tarea para cualquiera. Mi impresión es que los han envuelto, y no sé si hay retorno de esto, porque ahora aparecen respaldando el modelo. Es como si yo te diría "el árbol te tapa el bosque, y el bosque te tapa el modelo". Entonces es un tema de política. Vos ves cómo han envuelto por ejemplo a Aves Argentinas. Esta es una organización muy meritoria en la historia nacional, antes se llamaba Asociación Ornitológica del Plata; fue una organización precursora en el estudio de los hábitats de las aves, un tema muy importante para mucha gente, sobre todo para los que estudian biología. Están sentados en esa mesa (la del Foro de los 100…); yo me pregunto que diablos hacen ahí, qué tienen que ver con el proyecto sojero. Y tienen que ver por el prestigio académico; por la influencia que tuvo la Fundación Vida Silvestre en los parques nacionales -en la época de María Julia tuvo incluso la conducción de los parques- y que todavía tiene porque ha metido gente en puestos secundarios; tiene que ver con no entender de política, porque ellos no se dan cuenta de que están haciendo política ahí dentro. Hay como un cierto candor, estúpido, injustificable, pero hay un cierto candor que lleva a mucha gente a estas torpezas. El problema es que del "foro por los 100 millones" del 2004 ahora pasamos a esta convocatoria que hace la WWF desde Suiza. Van los empresarios y no sabemos quiénes van a ir por los grupos ambientales. Suponemos que debido a nuestra campaña muchos de los que estaban participando ya se han apartado; silencio absoluto de muchos grupos. Incluso hay varias agencias católicas de Europa que a partir de nuestra campaña han puesto distancia. La más importante ha sido Millenium, una agencia alemana que es muy grande como agencia católica de desarrollo, tiene mucho dinero. Bueno, ellos se apartaron de este proyecto de soja sustentable. Ahora, hay que ver el proyecto. Hay un consultor que se llama Martin Gross, pagado por la WWF, quien es el teórico de este proyecto. ¿Qué dice él? Dice que el mundo del 2020 va a necesitar 360 millones de toneladas de soja cuando ahora estamos en 170 millones. Que no hay muchos lugares en el mundo donde aumentar la extensión de la soja. Estados Unidos está colmado, no hay más territorio; China decidió terminantemente no hacer más soja porque cuando lo hizo le desertizó los suelos entonces no quiere saber nada; Oceanía está demasiado lejos del mercado, que es Europa, entonces no conviene, no es rentable. Por lo tanto Gross dice que los únicos países que pueden agrandar esa cantidad de forrajes para la producción de carnes en el 2020 serían Brasil, Paraguay y Argentina. Uruguay no, porque es muy chico y además el rol de Uruguay es producir eucaliptos, es el mismo modelo, así como en Colombia flores, en Ecuador flores, todas son commoditties. MdH: Y no por casualidad esta cumbre se hace en Puerto Iguazú, donde se unen Brasil, Paraguay y Argentina. J. Rulli: Brasil es más importante que Argentina. Martin Gross calcula que en el Mercosur habría que sumar unas 22 millones de hectáreas a la producción de soja, a Argentina le podrían corresponder unos 10 millones. Es mucho, mucho, mucho, porque nosotros tenemos entre maíz y soja transgénica 16,5 millones, casi 17 millones de hectáreas. Agregar 10 implica la desaparición del campesinado en Formosa, Chaco y Santiago del Estero como mínimo. No queda nadie. Van a ser provincias vaciadas de su población. Con las consecuencias sobre Buenos Aires que ya está al borde del colapso: más migración, discursos como los de Blumberg porque la gente se enloquece, además los problemas ambientales de cloacas, de agua, que nadie los maneja porque además no hay Estado para manejar eso, es una locura total, no hay comida porque hay más desplazamiento de otros cultivos, así como ahora desapareció la lenteja, el maíz de Guinea para la escoba, el arroz; más millones de hectáreas de soja son más tambos que desaparecen. MdH: Profundizar el monocultivo significa eliminar otros. Ahora, volviendo al tema de la Cumbre, ¿que vaya el INTA que es un organismo oficial, implica que es una posición tomada del Gobierno nacional de apoyo el modelo sojero? J. Rulli: Si, claro. Una actitud de seguimiento, de puesta la cola, de vergonzosa puesta a la cola de las empresas, reconociendo que son las empresas las que manejan el proyecto nacional. Nosotros al Gobierno le demandamos la construcción de un proyecto nacional que implica un diálogo con la ciudadanía, no sabemos qué proyecto tenemos, no tenemos proyecto, no sabemos para dónde vamos, vamos tapando agujeros a medida que hay escándalos como Crogmanon o Ezeiza. No hay proyecto. Las empresas tienen un proyecto. Y cuando el INTA y el CONICET van a Iguazú siento que están aceptando la iniciativa de las empresas. Pero en lo que yo quería poner el acento -para terminar- es que las multinacionales están entrando en una etapa de mucha inteligencia perversa, por ejemplo cómo detuvieron gran parte de la campaña en Francia contra los MacDonalds, viste que se hacía desde los cocineros, los chefs, porque para ellos la cocina es fundamental. Los campesinos venían pegándole a MacDonalds. Y entonces en el combo de comida chatarra de MacDonalds incorporaron el roquefort de los campesinos. Las empresas tienen equipos que piensan, porque tratan de ir cambiando, de maquillarse. Por ejemplo con esta Fetraf de Brasil, qué les dijeron. Los tipos de la Fetraf son orgánicos, lucharon contra los transgénicos, tienen policultivo; les dijeron "nosotros les aseguramos un mercado de la soja orgánica para los vegetarianos de Europa que no comen transgénicos, porque estos son para las vacas. Entonces soja orgánica, un negocio seguro, una clientela cautiva, pero a cambio ustedes nos tienen que acompañar". ¿Qué quieren hacer? Certificar una soja sustentable. ¿Cómo? Le dijeron a Vida Silvestre "nosotros les aseguramos la intangibilidad de las zonas de alta biodiversidad como los parques nacionales, es más, les podemos a ayudar a que haya más parques nacionales". En La Pampa no hay más posibilidades de soja, pero si hay una zona muy basta de bosque degradado donde los cultivos son poco eficientes. ¿Qué han negociado con Vida Silvestre? Han negociado las zonas campesinas. Porque en La Pampa y Santa Fe no entra más nada, hasta las banquinas están sembradas con soja. Donde puede entrar es en Santiago del Estero. MdH: Te hago la última pregunta. Hablábamos de Greenpeace o de Aves Argentinas, de la relación entre ecologismo y política. ¿Cómo ves la relación de un ecologista militante que está en contra de este modelo con el sistema capitalista? J. Rulli: Yo digo que los ecologistas son los únicos antisistema (risas). Claro, porque lo que nosotros estamos denunciando aquí son los impactos del capitalismo global sobre nuestros países. O sea, no solamente estamos peleando contra el capitalismo, estamos enfrentando una sociedad urbano-industrial que va más allá del capitalismo. Estamos probando una variante de vida campesina, por ejemplo de desarrollo local, de mercados locales, de disgregación de las ciudades en ciudades más pequeñas, de una economía a escala humana. Porque hasta ahora el socialismo que hemos conocido también ha tenido una base urbano-industrial. Yo creo que el verdadero socialismo no lo conocimos, porque la revolución bolchevique incluso tuvo dos caminos: el del campesino y el de la clase obrera. Y lamentablemente el Partido Bolchevique exterminó las manifestaciones políticas de los campesinos. Nunca podremos saber qué habría pasado si los partidos de los campesinos hubieran podido participar con Lenin, pero Lenin no pudo soportar…. Entonces la revolución fue socialista pero urbana, industrial. Hoy día me parece que el mundo está volviendo a recoger otra posibilidad, que es una posibilidad de calidad de vida que tiene que ver con ruralidad, incluso en la ciudad, o sea la ruralidad en la ciudad puede vivirse. Ese es el sueño y la propuesta. ![]() Opiná sobre este tema |
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