Reportaje a Rubén Plataneo "Durante décadas, hemos estado conviviendo con fantasmas" por Miguel Espinaco La excusa resultó ser que en lo que se llamó semana documental en la sala de cine El Cairo, estaba proyectándose - por fin en el centro de Rosario - “Muertes Indebidas”, una película de 2006 que ya había tenido una rica historia en festivales de cine, y que inclusive ya había sido emitida por Canal 7. Ocurre que en todos estos años no habíamos hecho nunca un reportaje al director de la película Rubén Plataneo – grave omisión - un amigo y un cineasta con variados reconocimientos y galardones, así que el sábado posterior al reestreno lo llamamos por teléfono desde la 98.1. Ahí, en la barra del costado, tenés la grabación de lo que salió en la radio y acá abajo, la des-grabación de lo central del reportaje. “No hubo mucho interés de los distintos gobiernos y salas por proyectar la película aquí” Mdh: La idea, Rubén, es que nos cuentes sobre la película “Muertes Indebidas”, que ya tiene su historia, no? Rubén Plataneo: Estuve varios años haciéndola de un modo bastante artesanal y después con un primer corte de la película obtuvimos un premio con el que se pudo terminarla. Hicimos una primer versión con cinco historias, una versión de dos horas y media casi, y después pudimos hacerla como telefilme. Entonces ahí quedó la versión final de 97 minutos con estos tres episodios que son las historias de tres mujeres rosarinas con un ser querido desaparecido, y de su núcleo familiar. Y esa versión de 97 minutos es la que se estrenó aquí en su momento, fue al Bafici de Buenos Aires y después a una serie de festivales internacionales y ahí anduvimos recorriendo con la película un montón de lugares. Mdh: Ahora por primera vez llega al centro de Rosario, porque ya en Rosario estuvo, me acuerdo haberla visto en un Bafici, justamente. Rubén Plataneo: Claro, estuvo en el marco del Bafici en que había sido seleccionada la película, tuvo un par de funciones y después no hubo mucho interés de los distintos gobiernos y salas por proyectar la película aquí, aunque se fue dando por todos lados, pero finalmente, hace un año que vengo proponiendo a la gente de El Cairo, que se convirtió en cine público, en sala estatal, de proyectar allí la película, y hace un par de meses me dieron esta fecha y justo coincidió con el día siguiente de la apertura de la ex causa Feced, se reiniciaron los juicios de la principal patota represiva que hubo en la zona, a la que están vinculados todos los casos que se relatan en la película. “Era injusto tratar de encerrar el tema en cuatro o cinco palabritas o consignas, en fórmulas” Mdh: Inclusive, durante estos últimos años ha habido como un volver a contar lo que sucedió. Por lo menos desde el 2001, 2002 en adelante, como que esto que estaba, que era una cosa que estaba muy escondida en el inconsciente, ahora aflora y uno empieza a contar, a contarse cosas. Me parece que esta película es parte de eso, también. Rubén Plataneo: Si, de hecho yo empecé la investigación del trabajo en el 2000 y en ese momento no había ninguna posibilidad de litigar contra los represores, estaba vigente la ley de obediencia debida, los indultos, y se había planteado un atajo legal que eran los juicios por la verdad histórica y allí una serie de familias muy valientes encararon ante la justicia y volvieron a plantear el reclamo por sus familiares desaparecidos y ahí yo me empecé a vincular a esta gente que fueron los protagonistas de la película finalmente, porque yo venía obsesionado por el tema, ya había hecho varios cortos, había retomado mi actividad en el cine, pero sabía que si no hacía esta película sobre este tema que a mí me tenía tan dolido desde adolescente, no iba a poder seguir haciendo cine, era como hacer un conjuro, como si hubiéramos sufrido un enorme daño social y lo que yo sentía individualmente tenía que expresarlo desde el cine que es lo que elegí para expresarme artísticamente y me parecía que había que tratar el tema con la mayor libertad justamente desde ese ángulo, porque hasta ese momento se habían hecho una serie de materiales muy respetables, muy interesantes, pero muy atados a fórmulas y consignas, y a mí me parecía que el tema, como está demostrado, no se iba a poder cerrar jamás y era injusto tratar de encerrarlo en cuatro o cinco palabritas o consignas, en fórmulas. Y lo que se fue dando mientras iba rodando la película, fueron casi cuatro años, fue un proceso en que esos protagonistas empezaron a revelar historias que hacía más de veinticinco años jamás habían contado a nadie y ahora esas historias no sólo demuestran que tienen una vigencia terrible, sino que ellos mismos están ahora como litigantes en la nueva causa Feced y en el reestreno del jueves nos encontramos al presentar la película y realmente creo que no solo está muy vigente, muy a flor de piel todo el tema, sino que se demuestra un poco lo que yo intentaba buscar, que era experimentar en forma artística, con libertad poética, sobre una cuestión que había tenido un origen político, una causa social: el terrorismo de estado que nos había afectado a todos. La incógnita era penetrar, bucear en la intimidad individual qué había pasado con cada uno de nosotros bajo esa amenaza en que habíamos estado desde hacía treinta años, porque opino que el genocidio y particularmente el método de las desapariciones fue un invento genial de la perversión represiva, en el sentido de que de esa manera se podía mantener a los desaparecidos como rehenes y de esa manera sostener una amenaza hacia toda la sociedad con un “atención”, si hay rebelión vuelve a haber este tipo de represión. “No eran solo muertes injustas, eran indebidas desde el punto de vista jurídico, natural, de la ley de vida. El título era también un juego irónico con la cuestión de la obediencia debida” Mdh: Me acuerdo haberte escuchado contar alguna vez el origen del título muertes indebidas, que me pareció que resumía mucho en esa polivalencia que le dabas. Rubén Plataneo: Si, fue una cuestión de jugar con las palabras y con el odio que me daba la obediencia debida, la ley, y la cuestión de ir descubriendo que los familiares de desaparecidos han estado conviviendo durante todos estos años, como todos lo hicimos, pero muchos sin darse cuenta, hemos estado conviviendo con fantasmas, con los fantasmas de los familiares de los desaparecidos, con los fantasmas de los represores que aún andan por la calle, y entonces no eran solo muertes injustas, indebidas desde el punto de vista jurídico, natural, de la ley de vida, que a nadie se le ocurriera tener otra idea de cómo vivir y de cómo organizar la vida en sociedad. Y era un juego irónico con la cuestión de la obediencia debida y se dio esa cuestión de estar conviviendo con fantasmas de muertos durante décadas. La película siempre se trató de que tenga un tiempo presente, yo no creo que el genocidio sea una cuestión del pasado. Mdh: Te agrego uno más que me quedó en la cabeza. En aquella oportunidad habías dicho también que tenía que ver con muertes in the vida, formulado así en inglés. Rubén Plataneo: Si, también. Mdh: Me acuerdo de eso, me quedó muy grabado. “Dante en la casa grande, salió mejor documental en el Festival Latinoamericano en setiembre del año pasado y ahora está yendo a otros festivales”. Mdh: Para terminar este reportaje contanos en qué andás ahora, qué estás haciendo en cine. Rubén Plataneo: Estos años, después del recorrido por festivales internacionales con Muertes indebidas y demás, seguí filmando otros trabajos, hice un documental con un artista y diseñador urbano que también es nacido en Santa Fe pero vive en Rosario, igual que yo. Es Dante Taparelli, que es un personaje muy especial del ámbito artístico aquí, hice una serie de películas sobre el arte, la locura y la vida en sociedad, y se llama Dante en la casa grande, que salió mejor documental en el Festival Latinoamericano en setiembre del año pasado y ahora está yendo a otros festivales. Terminé hace veinte días una película que se llama Tanke Papi, que es un documental con un artista, un sicótico que vive allá en Oliveros, en la colonia siquiátrica, que es ahora un artista reconocido en los círculos culturales de la ciudad y de Buenos Aires, una historia muy especial y muy divertida, y ahora estoy terminando de filmar y empezando a editar, un trabajo con un refugiado africano, un jovencito que llegó de polizón en un barco, escondido, de las decenas de barcos que llegan diariamente a nuestras zonas portuarias a cargar la soja y a llevarse los minerales gratuitos que se llevan de aquí. Esos barcos que vienen generalmente tocando puertos de África, generalmente traen en sus panzas adolescentes, pibes que se escapan de la miseria de sus países, y bueno, esta historia es alrededor de un jovencito africano que vino de polizón y que es cantante de hip hop y bueno, eso ya se convirtió en una coproducción internacional y ya pudimos viajar a filmar a África, encontrar a su familia y amigos, estamos ahora en la etapa de post producción de esta película que se va a llamar El Gran Río. Opiná sobre este tema |
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