Elecciones en Estados Unidos

Por Lorena Fortonani

El próximo martes 4 de noviembre, los norteamericanos irán a las urnas para decidir el futuro presidente de su país.

La sociedad norteamericana espera un cambio de rumbo que la aleje del legado de la Administración Bush, responsable de haber situado al país en un conflicto sin límites claros, de un aumento excesivo del presupuesto de defensa que sumado a los privilegios fiscales otorgados a los sectores más ricos,  colocó al país en una situación de importante déficit fiscal, llevándolo a la pérdida de credibilidad política en el ámbito internacional.

A una semana de las elecciones, las encuestas marcan como favorito al candidato demócrata Barak Obama y la prensa resalta su triunfo en cinco de los ocho Estados más importantes para dirimir las elecciones (Virginia, Carolina del Norte, Missouri, Ohio y Nevada).

Si bien en  los últimos meses el debate público estuvo condicionado por la crisis económica internacional y la difícil situación que atraviesa el país, son marcadas las diferencias que ambos mantienen en aquellos temas que preocupan al electorado estadounidense: como los económicos, la posibilidad de la suba de impuestos, las cuestiones migratorias, los programas de salud y seguro médico, la conducción de la política exterior y la situación de las tropas norteamericanas en Irak.

La campaña se desarrolló entre fuertes ataques, en donde cada candidato se encargó de marcar los aspectos negativos de su contrincante.

Obama manifestó que el gobierno de Mc Cain no muestra una alternativa de cambio y que su triunfo representaría un tercer mandato de la Administración Bush, que actualmente solo cuenta con un 23% de apoyo en su gestión.
Por su parte Mc Cain, acusó al candidato demócrata de ser únicamente retórico, marcando su poco conocimiento del funcionamiento del aparato del Estado y la ausencia de una plataforma política clara.
Es importante conocer ante qué alternativas se enfrentan los norteamericanos en estas elecciones cuyos resultados tienen grandes repercusiones en el ámbito mundial.

Perfil político y propuestas de los candidatos.

Barack Obama, primer afroamericano que alcanza una candidatura a la presidencia de los Estados Unidos representando a uno de los principales partidos.

Durante su campaña, ha creado una importante red de apoyo de votantes negros, jóvenes, independientes y profesionales que se conectan con las ideas de renovación y cambios del modelo. El candidato, acentuó su propuesta en dos ambiciosos proyectos a cumplir: cambiar la forma  tradicional de dirigir los asuntos del país y convocar a los estadounidenses de diversos tintes ideológicos, sociales y raciales a unirse para el bien común de la nación.

Durante toda su campaña enfatizó la necesidad de darle al país una nueva dirección, que se ve reflejada en su conocida frase “No existe un Estados Unidos liberal y un Estados Unidos conservador, existen los Estados Unidos de América”, “No existe un Estados Unidos negro y un Estados Unidos blanco y un Estados Unidos hispano y un Estados Unidos asiático; existen los Estados Unidos de América...“

Entre los aspectos más importantes de su programa político se destacan la adopción de una agenda gradual para el retiro de las tropas estadounidenses de Irak; el cierre de la  cárcel de Guantánamo y el fortalecimiento de las actividades de no proliferación nuclear. En el orden interno, el candidato demócrata planteó invertir una suma importante de dólares a lo largo de 10 años para estimular el aprovechamiento de tecnología de energía limpia, aumentar la inversión en educación e infraestructura para hacer a la economía estadounidense más competitiva en el mercado mundial, y restaurar la disciplina fiscal y el gasto público.

John Mc Cain llega a su candidatura, luego de una fuerte disputa dentro del partido republicano, que desconfiaba de las políticas de corte moderado que manifestaba el candidato, en relación al clásico conservadurismo político que ha caracterizado a este partido.

Si bien desde un comienzo contó con el aval de Bush, debido a los altos niveles de impopularidad del actual mandatario estadounidense, mostró, durante su campaña,  una política más pragmática tratando de diferenciarse en aquellas cuestiones que eran más cuestionadas por la sociedad estadounidense. Un ejemplo de esto es su posición a favor de prohibir la tortura militar y su promesa de cerrar Guantánamo si llega a la presidencia. Pero nunca vaciló en su postura con respecto a Irak, asumiendo que Estados Unidos no puede abandonar ese país hasta que el mismo goce de plena estabilidad y no exista amenaza que afecten los intereses de seguridad norteamericanos.

A nivel interno, propone mejorar las condiciones de vida de los norteamericanos: suprimiendo el impuesto federal de la gasolina durante los meses de verano, ofreciendo  condiciones favorables a los hipotecados para renegociar sus créditos, impulsando la apuesta por las energías renovables, además de importantes rebajas fiscales para particulares y empresas como forma de reactivar la economía. Se manifiesta en contra de la subida de impuestos, como del incremento del gasto público y de la intervención económica del Estado.

Esperando los resultados.....

A una semana de las elecciones, nos queda esperar si los norteamericanos votarán el  próximo martes  a favor de un cambio en la dirección del país, u optaran por la continuidad de la política militarista, unilateralista y conservadora que rige el país desde la asunción del presidente Bush.

Si bien nada nos indica que la llegada al poder de Obama implique un total abandono de los postulados clásicos que han acompañado la política exterior de los Estados Unidos durante siglos, el fuerte apoyo a sus propuestas por parte del electorado estadounidense, principalmente de los hispanos,  y el aval que ha recibido de países latinoamericanos como Cuba, Brasil, y Venezuela, dejan la puerta abierta.


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