Brevísimos de sábado (16-08-08)

Duhalde

por Miguel Espinaco

Me lo habían advertido mientras sucedía el llamado conflicto del campo.

Yo tuve que reconocer, cuando me lo mencionaron, que ni se me había ocurrido. Cosas así pasan, no es ni siquiera distracción: uno tiende a sospechar erróneamente que el pasado se quedará en el pasado y encima, en medio del ruido se pierde perspectiva, pasan demasiadas cosas y no hay tiempo de registrarlas a todas.

Pero ahí está, ahora está clarísimo ahí de cuerpo entero y ya no quedan dudas.

En realidad cuando uno mira la película completa se da cuenta de que tendría que haberse dado cuenta. Al gobierno le pegaron hasta adormecerlo, hasta que quedó contra las cuerdas, pero la historia sigue, claro, y los vacíos en política tienden a llenarse.

Algunos jugaron y algunos juegan todavía con la idea de que el candidato es Cobos, se creyeron que ese señor del vacilante voto no positivo que hasta había conseguido un toro con su nombre, sería el candidato. Esta semana todavía, el periodismo se divertía con el jueguito algo patético de preguntarse que haría Cobos presidente durante las 24 horas con Cristina Fernández en Paraguay y se encontraron con algunas declaraciones hechas a medida.

Pero no. El que vino a presentarse a la burguesía argentina como el que puede reemplazar al alicaído kirchnerismo, el que vino a reclamar sus derechos de gran disciplinador social, de gran reverdecedor del capitalismo en el país, el que se promete capaz de orientar la energía del trabajo argentino para que el crecimiento siga, fue el mismísimo Duhalde, aquel que fuera vice de Menem y después artífice de la resurrección del 2002 hecha a fuerza de demolición de los salarios vía devaluación y a fuerza de gigantescas transferencias de recursos a los grandes empresarios vía pesificación.

En su puesta en escena de ayer en Entre Ríos, a donde fue a convocar a la construcción de su pomposo Movimiento productivo argentino se cuidó de no contar estos logros, se olvidó también - oportunamente - de que tuvo que irse del gobierno antes de tiempo porque sus desmedidos esfuerzos para reconstruir los negocios de los grandes empresarios, lo llevaron a dejar un par de muertos en las calles de Avellaneda.

Fue ayer Duhalde a dar su primer discurso de corte presidencial, a decir yo puedo hacer lo que este gobierno no puede, a prometer que Argentina será como Brasil o no será nada porque eso es lo que suena bien ahora que hablar bien de Chile ya pasó de moda, fue a reivindicar su pasado que parió este presente.

Fue ayer Duhalde, y dijo que quiere un país con cuatrocientos Macris, su modelo es - parece - este señor que vive del esfuerzo ajeno. Nada nuevo, es cierto, el futuro repitiendo el pasado, un museo de grandes novedades, diría la canción.

¿Y vos? ¿Vas a comprar de nuevo las acciones de esta farsa?


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