El ajuste por Miguel Espinaco Durante la tan conversada crisis de las retenciones se dijeron un sinfín de barbaridades para tratar de relatar y en muchos casos para tratar de ocultar lo que sucedía. Entre ellos, muchos afamados periodistas se empeñaban en insistir en que el gobierno debía dejar de lado su intento y dedicarse a combatir el "flagelo de la inflación" como si ambas cuestiones - inflación y retenciones - estuvieran definitivamente desconectadas. Muchos otros, demostrando una increíble ceguera, se preguntaban impresionados para qué se había hecho eso si todo iba tan bien en el país, para qué el gobierno se había empeñado en armar todo este lío y en perder de ese modo, la "oportunidad" de seguir creciendo. Pero la verdad es que las retenciones, causa del enfrentamiento, eran en a su vez consecuencia de una puja que ya estaba declarada en la economía argentina y cuyo principal síntoma era una inflación que reflejaba el tironeo de los precios relativos, o sea el forcejeo entre diferentes grupos de capitales. No resulta para nada casual que el gobierno interviniera entonces para quedarse con parte de la renta extraordinaria provocada por la inflación de los commodities, para "redistribuirla" entre otros sectores patronales demandantes de subsidios. Sin embargo, cabría preguntarse todavía el por qué de la necesidad de subsidios, por qué el gobierno no dejó directamente que las tarifas se acomoden de acuerdo a lo que dicta el "sabio" mercado y optó por mantenerlas retrasadas, viéndose obligado a cubrir la sagrada ansiedad de ganancia de los empresarios vía subsidios. Si uno escarbara de esa manera, descubriría cierto temor político a enfrentar el enojo de la base electoral oficial lo cual, bien mirado, es otra expresión distorsionada de la vieja y algo olvidada lucha de clases. Por otra parte, la economía argentina no vive en una burbuja inexpugnable. Como escribe Daniel Casal de Noticias Argentinas "cuando las economías centrales entran en crisis, los ajustes tienden a universalizarse". Un artículo firmado por Daniel Garro, titulado "La economía mundial entró en un proceso de ajuste anunciado" (Diario Ciudadano de Mendoza - 11/08/08) relata este impacto de la economía internacional de la siguiente manera: "el viento a favor que tuvo la economía argentina en los últimos 5 años se terminó. Lo que debemos esperar para lo que resta del 2008 y el 2009, es más aumento de impuestos, más aumentos de tarifas, mas un ajuste en la economía que se va a sentir mucho más en el 2009 que en el 2008, sobre todo porque en ese año el país enfrenta los mayores pagos de deuda pública, y no ha hecho los ahorros necesarios". Disparen contra el salario Hoy por hoy la palabreja no se escucha dicha así, con tanta claridad: es como si la misma idea de plan de ajuste hubiera quedado enterrada en los noventa y fuese necesario apelar a otros eufemismos, a otras excusas para explicar que el salario es achicado por diversos flancos. Sin embargo es lo que está pasando. Aquí mismo, en la ciudad de Santa Fe, hemos visto el aumento de la tasa de inmuebles que en algunos casos alcanzó al 300%. En una entrevista publicada en la edición anterior ("Se caía de maduro que se tenía que hacer una actualización de impuestos") la Subsecretaria de Economía de la Municipalidad local explicaba que "ahora que comienzan a faltar los recursos se ve una disminución, un impacto en la recaudación y ayudado por esto de la crisis del campo, empezamos a discutir estos temas". El comentario, se nota, es generalizante, por eso no extraña que a los pocos días se ponga en marcha un aumento de impuestos a nivel provincial que promete impactar en el inmobiliario urbano, por eso no extraña que en Rosario haya ruido porque el boleto urbano de colectivos llega a valer $ 1,60, ni extraña que en Córdoba el blanco sean las jubilaciones pero también los ingresos brutos, que si bien son pagados por los empresarios, se trasladan en general a los precios que terminarán pagando todos los cordobeses. Pero no es todo, claro. Leyendo los diarios uno se entera de que en Capital Federal, el subsidiado transporte urbano también recibirá un ajuste tarifario y se entera de que aumentaron los taxis y de que en la provincia de Buenos Aires Scioli necesita miles de millones de pesos más de los que recauda y que por eso eliminó exenciones a la industria que, gracias a la magia del mercado, terminarán impactando seguramente en los salarios. Las explicaciones del ajuste que ahora no se llama así, son diversas. Para la Subsecretaria de Economía de la municipalidad santafesina, se trata de corregir "desequilibrios verticales" que surgen de que "todos los recursos están a nivel nacional y las provincias y los municipios tenemos muy acotadas nuestras facultades tributarias" El Ministro de Economía de la Provincia Ángel Sciara, cargó las tintas en lo que el llamó "federalismo atenuado", mientras que su Subsecretaria de Ingresos Públicos, Teresa Beren habló de "pérdidas de autonomía fiscal". Schiaretti en Córdoba dice cosas parecidas y promete que si el gobierno nacional le paga lo que él dice que le debe, derogaría la ley por la que reprimió con la policía en la capital mediterránea. José Ignacio Lladós describe así las cosas en una nota publicada por La Nación y titulada precisamente "El costo político de los ajustes recae sólo en los gobernadores": "por una mezcla de inflación, caída de ingresos y retracción en las obras financiadas por la Nación, al menos 10 provincias y decenas de municipios firmaron o evalúan firmar antes de fin de año un aumento en la carga impositiva de sus contribuyentes …. Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, San Juan, Misiones, Río Negro y Entre Ríos tomaron medidas antipáticas. Corrientes, Neuquén y Santa Fe estudian sumarse a la lista. Viedma, Mar del Plata, Córdoba capital, La Plata, Junín, San Nicolás, Azul, Necochea y una nómina larga de ciudades aumentaron tasas". La moda ahora es sincerar Es evidente que el plan de ajuste está por ahora descentralizado y esa es una de las cosas que preocupa a los "mercados" que no le ven uña de guitarrero al gobierno nacional para llevarlo adelante en forma coherente y centralizada. Por eso, a pesar de que el gobierno aumentó las tarifas eléctricas y lo agita como muestra de su disposición a reducir la demanda de subsidios, no logra que le crean. Rosendo Fraga escribe en una nota publicada por El Diario Exterior ("Aumento de tarifas en Argentina") que "podrá darse algún ajuste menor como el que acaba de tener lugar para los consumidores de electricidad de altos ingresos, pero esta administración -debilitada políticamente- lo más probable es que siga postergando el necesario ajuste con el argumento ahora de que primero debe recomponer su poder político, para entonces estar en condiciones de enfrentar los costos de un sinceramiento de las tarifas". La calificadora de riesgo internacional Standard & Poor´s, que ha vuelto a las notas centrales de los diarios junto con el recordado "riesgo país", explica así su programa de exigencias al gobierno: "si se combinan algunas cuestiones como desacelerar más el gasto público con medidas como las que se comenzaron a implementar, como la suba de las tarifas de los servicios públicos, y la cuestión de las estadísticas del Indec, entonces habrá margen para estabilizar la situación". Evidentemente no hace falta más claridad para descubrir de qué se trata el ahora llamado sinceramiento. Una editorial de Clarín del 3 de agosto lo explica con más detenimiento, por si hiciera falta: "el ajuste de las tarifas eléctricas es un paso en el necesario sinceramiento económico e institucional. La política de congelamiento con subsidios fue adecuada en la crisis, pero se desactualizó, afectando al Fisco y a las inversiones". Todo el incidente que cruzó esta semana financiera, el episodio de los bonos con Venezuela, las bajas en las calificaciones internacionales y la agitación sobre un supuesto nuevo default argentino para el 2009 o 2010, aparecen al servicio del famoso sinceramiento de las tarifas, por eso el economista Manuel Solanet - como tantas otras voces supuestamente calificadas - se queja de que "no hay un curso de acción para un sinceramiento del sistema de precios ni para la atenuación de exigencia de subsidios" o sea, , dicho en criollo, no se avisora el plan serio de aumento de tarifas de servicios públicos que los "mercados" reclaman. No por casualidad, Moreno se ha convertido en el blanco móvil de toda la crítica antigubernamental. La manipulación de los índices de precios han afectado el valor de los bonos y muchos argumentan que eso ha resultado un tiro por la culata, al encarecer el crédito internacional por la desconfianza creada. Sin embargo, ese puede no ser el principal factor que pone al Secretario de Comercio Exterior en el centro de la escena: "más allá de las folclóricas apretadas a empresarios que se le atribuyen y de su idoneidad para rebatir los argumentos empresarios, Moreno fracasó porque usó recetas con olor a naftalina, a contramano de la realidad del mundo y de la memoria de los argentinos" escribe Hugo Grimaldi en una nota llamada "No todo es un Indec sin Moreno" (Otro Enfoque). El cronista se refiere, claro, a este estilo de repartir premios y castigos, subsidios y aprietes, para intentar monitorear desde el poder, el reparto de la renta entre los capitalistas. Del otro lado, el tironeo también toma forma, y su imposición puede resultar también en un ataque al bolsillo de los que trabajan en el país: muchos empresarios han empezado a preocuparse por el comportamiento de uno de los precios más importantes de esta economía periférica, el precio de la divisa, del dólar. El economista Eduardo Curia advirtió por estos días que "nos estamos comiendo la paridad cambiaria competitiva" y que "estamos a tiempo" de resolver el problema. La opinión no merece más detalles, ese problema que preocupa a Curia se resuelve únicamente con una nueva devaluación. Lo que se discute, entonces, lo que discuten los capitalistas argentinos a través de sus voceros, es el esquema de precios/impuestos/tarifas/subsidios a imponer, esquema del cual se deriva la matriz de distribución entre los capitales de la rentabilidad del trabajo de los argentinos, una discusión que tuvo su apogeo durante las retenciones pero que sigue su curso. Ahora con otro disfraz. Por ahora, en medio del forcejeo, el "sinceramiento" viene realizándose en esta forma descentralizada y algo caótica, pero lo mismo ha provocado resistencias expresadas por ejemplo, en nuevos reclamos salariales o en luchas como la de los estatales cordobeses. Habrá que ver qué pasa si el ajuste - porque de eso hablamos - alcanza una escala más contundente y extensa, habrá que ver si provoca o no una respuesta política de los trabajadores que sea capaz de articular un programa político independiente de los sectores burgueses en pugna. Opiná sobre este tema |
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