Brevísimos de sábado (24-05-08)

El sol del veinticinco

por Miguel Espinaco

Son dos aseveraciones diferentes, casi opuestas, enfrentadas. Uno se tienta de decir excluyentes pero no, porque las dos cosas pueden ser verdad al mismo tiempo.

Se puede decir primero que la discusión entre el gobierno y lo que ha dado en llamarse el campo sigue igual que al principio, que nada cambió. Y se puede decir enseguida que ya no, que lo que fue ya no es, que esta semana se acabó lo que se daba y que ahora empieza otra historia.

Primero suena contradictorio, pero nomás uno lo piensa un minuto y se da cuenta de que no es tan raro, que al fin y al cabo no era lo mismo la pelea por un puñado de dólares entre grupos empresarios que la forma que adoptó esa pelea, que no era lo mismo la discusión entre bambalinas, sintetizada en la exigencia de la vuelta al nivel de retenciones del 10 de marzo, que los enojos a nivel de piel que ocasionó la situación en las calles.

"Estoy cansado de que me griten" me decía un amigo antigobierno hablando de la Cristina, "a quién le ganaron esta manga de garcas?" resumía su enojo otro amigo anticampo. En las reuniones, en cambio, bien lejos de estas pasiones, se habla de plata.

Entonces, por un lado uno se entera por los diarios que después que se habló de la soja - el ya famoso yuyo - después que se habló de la necesidad de una política global para el campo, de las diferencias entre los propietarios grandes y los chicos, del trigo, de la leche y de la mar en coche, la reunión se rompe una vez más por las retenciones, todo sigue como al principio, la discusión sigue siendo la misma como si nada hubiera pasado en estos meses.

Pero al mismo tiempo y sin cambiar de andén, sucede que el famoso "conflicto del campo" ya pasó a la historia y que lo que vendrá serán apenas ecos, remezones; al mismo tiempo sucede que mañana llega ya el momento de contar las ganancias y las pérdidas; al mismo tiempo sucede que mañana, empieza el 2009.

Opiná sobre este tema