Crónicas Curturales

Como en los otros países Argentina empieza con el humor, pero a diferencia de los otros lugares la falta de prestigio obligó a recurrir a la literatura (arte de enserio) para prestigiarse.

Sepa qué es la historieta

11 _ Argentina se adapta

por Maytland Goyeneche

Nos ponemos serios

Hay quien fecha a Hansel y Gretel, la historieta aparecida en el primer número de la revista El Tony en 1928 como la primera historieta de carácter serio. Por lo menos no había en el texto (y entiéndase texto como historieta, lo que pasa es que no quise poner otra vez historieta otra vez para no abusar del término) intenciones cómicas ni caricaturescas. Textos y dibujos (aquí si, texto hace referencia a las palabras) se amalgaman con criterio específicamente historietístico sin otro propósito que contar una historia, sin ánimo de hacer reír ni nada de eso. La misma revista se encargaría de afirmar las intenciones al encabezar la fábula con el encabezado "Ilustrado por nuestro dibujante Raúl Roux. En el próximo número seguiremos la publicación de este maravilloso cuento".

En plan de ser rigurosos debemos apuntar que si bien el dibujo es correcto solo se puede llamar historieta el emprendimiento porque está compuesto de viñetas en secuencia cronológica. No hay en él más rastro del lenguaje del comic. Incluso se podría aventurar que se trata de un cuento ilustrado, pero como ya viéramos en ocasión del Príncipe Valiente, tiene viñetas, y por más que el texto se encuentre al pie (en abundante profusión) se trata de una secuencia deliberada de imágenes y texto ordenada en la página de manera sucesiva por lo que entra perfectamente en nuestra definición de comic, por más que antes nos hayamos negado ha hacer una definición definitiva.

Las historietas serias, es decir, aquellas que no eran cómicas tampoco tenían mucha historia detrás en el resto del mundo, recién hacia fines de la década del 20 aparecen las primeras historias con dibujos tratamiento realista de la figura humana y con argumentos no graciosos (por caso, Tarzán, en 1929).

En el mismo primer número de El Tony pero mas adelante, aparecía Diario de un niño de Edmundo de Amícis, adaptada también por Roux, pero de una manera aún muchísimo más cerca de la ilustración que del comic, intercalando viñetas completas con texto con otras con un dibujito.

Raúl Roux también realizó para el diario La Razón la tira Más allá de intenciones didácticas para dar a conocer los avances científicos de la época, y más tarde se haría cargo de las gauchescas Pasajes de la Historia Argentina, Fierro a Fierro, Cuentos de Fogón, Lanza seca y andá a saber cuántas cosas más, porque el tipo hizo bastante.

Pero si hay algo que destaca de estos primeros intentos de historieta seria es la falta de pertenencia al "género", lo que es un decir, porque el comic no es un género en sí mismo, sino un lenguaje con tanta autonomía como el cine o el teatro, pero le decimos aquí "género" como si las otras artes también figuraran un género en sí mismas. Y esta falta, decía, se evidencia en la ausencia de elementos propios del comic, elementos que a nivel mundial ya habían sido incorporados plenamente, como los globos de diálogos, las onomatopeyas, ciertos recursos de narración en la utilización de las viñetas, y valga decir ya que estamos, recursos que en las historietas nacionales, pero cómicas, ya estaban incorporados de lo más naturalmente.

La era de la adaptación

Las historietas estadounidenses estaban dando vueltas por Argentina desde principios de siglo. Si bien con un tratamiento muy poco respetuoso Popeye fue conocido inicialmente como Los líos de Dedalito y Espagueti (porque comía espinacas, si llegaba a comer bolas de fraile ni te cuento como le abrían puesto), Blondie, que después acá se conoció como Pepita, se empezó llamando La pebeta del pasaje (¿hacía falta criollizar tanto una tira que representaba una típica familia yanqui?), pero por si no quedaba claro que se trataba de traspasar los personajes al propio terruño, a Polly and Her Pals, que sería algo como Polly y sus compañeros le pusieron… Don Jacobo en la Argentina.

José Luis Salinas inicia en la revista El Hogar "Las Grandes Novelas de Aventuras", donde adaptaba autores como Alejandro Dumas, Ridder Hagard, la baronesa de Orczy, Emilio Salgari, etc. Notoriamente inspirado en Harold Foster (Tarzán, Príncipe Valiente) también como el norteamericano procede del campo de la publicidad.

Comienza en 1936 con Hernán el Corsario, continúan El Capitán Tormenta y Miguel Strogoff (1938), La Costa de Marfil (1940), El último de los mohicanos (entre 1941 y 1942), La pimpinela escarlata (1944), El libro de las selvas vírgenes (1945) y tres versiones de Henry Rider Haggard, Las minas del rey Salomón, Ella y Ayesha. Ciertamente Salinas es reconocido como uno de los mejores dibujantes que han pisado el suelo historietístico argentino, reconocimiento ganado a pulso de sus magníficas planchas totalmente detalladas, documentadas y con un manejo espectacular del dibujo realista, tanto figura humana como paisajes y demás decorados, no importa ya que ese afán de realismo se haya perdido en la maraña de documentos no siempre confiables. Podríamos decir que hasta ese momento, Salinas fue el máximo exponente en lo que a calidad gráfica se refiere. Pero agamos una salvedad. Puede ser el mejor, en el terreno de la representación realista. Pero como el arte del dibujo no es una sola mirada, no basta con tener una cualidad nata, y también deberíamos recordar a esta altura, que en términos artísticos, solo se trata de observaciones subjetivas. Un dibujante como Jorge Pérez del Castillo que supo dibujar para El Tony o Intérvalo por esa época demostró un manejo simplista y totalmente sintético casi en las antípodas del realismo tan aclamado por el público, que sin embargo demuestran un artista integral impecable. Claro, es otra apreciación subjetiva.

Otras adaptaciones

Adaptar es "acomodar una cosa a otra", y en el caso de la historieta es hacer una transposición de lo literario, cinematográfico, operístico o lo que fuere. La operación no tiene nada de malo, incluso es visto con buenos ojos por ciertos círculos cultos ya que ayudaría al niño que "no lee", porque que quede claro, leer historietas no es estrictamente leer, como si alguien se jactara de leer todos los prospectos de los remedios y llamara a esa tarea "lectura". Decía, ayudaría a los niños acercarse a la verdadera literatura. Aunque para ello hará falta que lo que se adapte sea algo prestigioso. No vale adaptar un radioteatro. Bueno, en realidad si vale, pero no será tenido en cuenta a la hora de evaluar el poder didáctico de la historieta. Si bien en su momento la literatura de aventuras, esas que adaptó Salinas, tipo Las minas del rey Salomón, no estaba muy bien catalogada, hoy en día ya casi no se hace diferenciación, y después de todo sirve como trampolín para que el niño después se zambulla en las aguas profundas de la cultura universal.

Pero las revistas de historietas que buscaban ampliar su espectro a un público adulto, acaso mas exigente que los niños, necesitaban un aval culto para su existencia, y allí tenían cabida las grandes novelas decimonónicas (esto quiere decir, del siglo XIX).

La Editorial Columba saca Intérvalo en 1945, se especializaba en adaptaciones de novelas, obras de teatro y películas. De maneras estáticas y con parrafadas enormes de textos, no representó un gran paso para el lenguaje del comic, pero de a poco se fue estableciendo en el mercado como revista de historietas dirigida al público femenino.

En otro registro Rico Tipo retomará la temática ahora en clave humorística, como si la historieta hubiera dado un giro de 180 grados, comenzando con las caricaturas, las historias cómicas, pasando a las aventuras y volviendo, sobre la historia culta en que los historietistas serios buscaban la aceptación para encarar el tema desde el humor. Ya volveremos sobre los pasos de Rico Tipo, pero nos interesa ahora son César Bruto y Oski que desde las páginas de la revista hacen frente a la adaptación desde la risa, Shakespeare, Dumas, Melville, óperas de Verdi, El Quijote, El Cid, en dos páginas resumen un argumento de forma magistral. La adaptación no es ya una transposición sino la reformulación del texto en una nueva versión del original.

Los clásicos según el Negro

Las bases están sentadas y en los años 70 Fontanarrosa (¿se los presento? no, después lo vemos mejor), moviéndose cómodamente en el campo de la parodia revisita a Hansel y Gretel, La Odisea, La cabaña del Tío Tom, Ivanhoe, La ilíada y unas cuantas más. Todas ellas están recopiladas por Ediciones De La Flor, y es un libro para regalar a la gente culta y quedar re-bien.

Nos seguimos adaptando

Félix Saborido a sabido trabajar para Piantadino, Capicúa, Cariseca, Afanancio, Mengano, Lanciostory, Skorpio, Satiricón, Eroticón, Politicón, SuperHumor, Magazine, Humor, Fierro. Hizo los dibujos de una pila (es decir, muchas) de figuritas, por ejemplo los Supercampeones donde aparecían miles de personajes de dibujitos animados (Hanna y Barbera sobre todo) y actores y superhéroes. También publicaron sus trabajos El Gráfico, El Diario de la tarde y ha sabido estar en cuanto proyecto editorial apareciere desde los 60' para esta parte. Últimamente no se lo ha visto mucho pero será recordada su facilidad de imitar el estilo de historietistas clásicos en sus propias realizaciones en una perfecta evocación de estilo. Lo suyo fue también un ejercicio de adaptación.

En Satiricón Oskar Blotta e Izquierdo Brown hicieron El Marqués de Sade y Grondona White Los viajes de Gulliverti, allí el libidinoso Marqués de Sade puede (intenta, porque todo le sale al revés) llegar al éxtasis sexual al ser comido por una vieja, Gulliverti (versión libre del clásico de Jonathan Swift) es un petiso que vive sus desventuras en el mundo de la gente de estatura normal.

Una nueva forma de adaptación de textos literarios viene de la mano de Alberto Breccia quien junto a Norberto Buscaglia (adaptación literaria) realiza en historieta varios cuentos de H.P. Lovecraft en Los mitos de Chtulhu (1973), con un estilo expresionista que se adapta a la perfección al tono de la obra. Y tiene por ahí una serie de parodias junto a Carlos Trillo (guionista) de Drácula y otros clásicos (Drácula, Dacul, Vlad?, Bah..., 1984). Entre sus últimas obras destaca Informe sobre ciegos (1991), adaptación de un pasaje de la novela de Ernesto Sábato Sobre héroes y tumbas donde su evolución artística llega a su cumbre pero descuidando fieramente el aspecto formal. La obra parece un cuento ilustrado.

En 1984 la revista Fierro nace y con ella la sección Argentina en pedazos presentada por Ricardo Piglia. Las historietas hablaban de episodios significativos de la historia de nuestro país, en el primer número Enrique Breccia (hijo del Breccia anterior) dibuja El Matadero, texto escrito por Esteban Echeverría entre 1838 y 1840 considerado el primer cuento realista del Río de la Plata. Por esta sección desfilaron de la mano de distintos dibujantes caracterizados por una excelencia desacostumbrada H. Walsh, Puig, Discépolo, Arlt, Quiroga, Borges, Lugones, Gelman, Cortázar y algún otro que seguro me olvido.

Sin prestigio ajeno

Así las adaptaciones van atravesando la historia de la historieta primero como una búsqueda de legitimidad hasta llegar a convertirse en una auténtica fuente de inspiración totalmente genuina que supo aportar al comic verdadera obras de arte más allá de su origen culto y prestigioso.

Buenas noches.


Opiná sobre este tema

Titulo:
Comentario: (no más de 500 palabras please)
Firma:
E-Mail:
¬ Anterior Ir a la Portada Siguiente ®