Las comunidades mapuche y su historia de resistencia

Nos paramos como pueblo

por Daniela Pierotti

Provincia de Chubut.
Lago Puelo.

Historia de Los Cárdenas

Caso Motoco Cárdenas

Pedro Motoco Cárdenas llegó al territorio en 1884. Nació en Chile, en 1872, en Río Bueno. Llegó guiado por Pesayen y Cayun, dos indígenas que arreaban ganado desde la cordillera. Desde 1902, desde la campaña al desierto, hasta los actuales gobiernos del PACH (Partido de Acción Chubutense) la Comunidad Mapuche Motoco Cárdenas ha sufrido persecuciones sangrientas. Una historia de penas, asesinatos, amenazas, asedios, en manos de grupos mafiosos que ocupan el poder político.

En diciembre de 1993, Doña Corina Hermosilla, madrina de todos, fue encontrada muerta por 33 puñaladas. Muerta por su vecino, el Dr Fatorino, médico y político de oficio. Fue muerta por defender la tierra de los intereses fiscales.

Años después, en 1996 a sus 91 años fue muerto Don Alfredo Cárdena. Apareció ahogado en el Río Azul. A los pocos meses, su hermano, Fernando Cárdenas, llegó con su familia para seguir trabajando la tierra. Fernando tiene 76 años y desde su regreso a Lago Puelo no ha dejado de sufrir persecuciones políticas. A partir de entonces, por la ordenanza 1/96 el predio que ocupaba la familia pasó a ser un "predio ecológico". Legalmente la comunidad de Los Cárdenas es considerada "intrusa" y el lugar que habitan puede verse invadido por turistas que pasean por la comunidad como si se tratase de una excursión. Se piensan que sus pobladores son los "cuidadores" del predio.

En casa de Liliana Cárdenas y de su compañero, alrededor de una salamandra a leña, a la espera de que Santi regrese de la escuela y mientras Anita juega con papeles y lapiceras, conversamos largamente. El mate va y viene, recorriendo manos y expresiones que son las partes mismas de un rompecabezas de historia que no concluye.

Liliana es hija de Fernando Cárdenas. Ella comienza esta charla diciendo:

Liliana: Acá en la comunidad somos familia… Te vamos a contar cómo empezó nuestra historia… Cuando viene Pedro Motoco Cárdenas a este lugar, abarcó mucho territorio. Y es esta parte donde estamos la que le deja a su hijo Francisco. En el año 1896, desde los descendientes de Francisco ocupamos este lugar. Del abuelo Francisco nacieron 18 hijos acá. Cuando él regresa a Chile, él era chileno, quedan los hijos mayores acá, que eran Alfredo y Victorino. Mi abuelo Francisco tenía registros de los censos agropecuarios de 1914 y del 37. Alfredo queda permanentemente viviendo acá, desde que nace. Y Victorino tiene una desgracia, no se sabe si lo matan o se mata él, de un tiro y, queda Alfredo viviendo acá. Se casó. Y en el 91 aparece asesinada Corina Hermosilla, su esposa, con 33 puñaladas… Una muerte por alguien que fue mandado, que hizo eso por encargo. El problema que tenían ellos era con un vecino acá, un doctor que les corría el alambre y ella defendía el territorio. Y quizás fue con ella más porque ella era la que decía y hacía más. En cambio Alfredo era tranquilo… ella era la que defendía. Y bueno, apareció la tía muerta ahí y no encontraron al culpable. Nosotros nos enteramos no hace mucho que a la casa la habían mandado a lavar, las pruebas se lavaron…

Fernando: A la casa la mandó a lavar Fatorino, ellos hicieron lavar la casa…

¿Y ellos quiénes eran?

Fernando: El vecino. Ese había sido. Le decían a la gente que no dejen nada, que laven bien, laven bien…

Liliana: Bueno, el puestero de esa gente estuvo preso un año. Como ella, la esposa, era abogada y tenían plata también, no se qué hubo de por medio que quedó libre.

Tona: En ese tiempo tenían todos cargos en el municipio.

Liliana: Él era concejal y ella secretaria de gobierno.

Tona: Todos son sabedores de todo, el complot que hay como para no entregar las tierras.

Liliana: Más o menos en el 91 fue. Cuatro años después aparece el tío tirado en el río. No había ningún papel. Cuando mi papá se hace cargo, este mismo hombre, Fatorini, con una abogada, va al juzgado y el juez le niega la llave. Y la abogada socia de Teresa Hube va con una escribana y cuando el juez niega la llave de la casa para que mi papá venga a cuidar, le decía "escribana proceda", en el sentido de que por más que el juez no quería entregar la llave estaba cometiendo un delito. Porque si el hermano muere y no tiene hijos y es viudo, son los hermanos los que tienen que reclamar. Hasta ese día nadie había reclamado porque el mismo juez el día que lo entierran a mi tío, dijo a los familiares que no se podía hacer nada acá. Sí se habían escuchado ofertas del asesor legal de Traverso que quería comprar la tierra. Ya tenían todo pensado.

¿Te acordás cómo se llamaba el juez?

Liliana: Raúl Ibarra, actualmente está también, la esposa es la concejala justicialista que nos vota en contra. A los poquitos meses de la muerte viene mi papá. A mi tío lo tiran al río, para nosotros solo no se tiró al río. El tío tenía mucho miedo. Hay vecinos que me contaron que decía me quieren matar, les pedía auxilio. Pero resulta que hay un judas que nos traicionó a todos. Y está con el municipio. Mi papá estuvo cuidando a mi tío pero cuando vio que había mucho problema decidió retirarse. A mi tío a los poquitos meses lo mataron. Apareció tirado en el río y fue un accidente para la justicia.

O sea que los jueces y abogados ya estaban comprados…

Tona: Todos convenidos, todo una mersa que está en el municipio. En ese tiempo estaba el comisario, el de Tierra que era Sirigoy y todos, Traverso, que era el asesor legal, el juez, el intendente que en ese momento era Dániel… todos… Sirigoy una vez le dijo a mi hermano que esta parte estaba para el que más billete verde traía, por eso no se la dan a nadie.

Acá estamos en el límite con Chile, con la cordillera…

Liliana: Sí… Para el que venga con más plata… No para el que lo necesita.

Ustedes vinieron y se instalaron…

Liliana: Claro, primero viene mi papá, después el hermano, después nosotros. Nosotros lo que no queríamos es que le pase lo que le pasó a mi tío, mi tío no tenía hijos. Eso ocurrió en octubre, en diciembre viene mi papá. Y el municipio dice ahora que estuvo abandonado mucho tiempo esto… Cuando viene mi papá, en enero del 91, sancionan una ordenanza, el concejo deliberante, como que la tierra ésta queda libre de ocupantes, y pasa a ser del municipio. Porque Alfredo era viudo y no tenía hijos.

Tona: Pero se olvidaron de que tenía hermanos directos, muchos…

Liliana: …Y que los hermanos tienen hijos.

Tona: Y que los sobrinos directos también pueden reclamar.

Liliana: Ahí con la abogada Teresa Hube hicimos juicio y lo perdió. Entre ellos arreglan. Fatorini era el patrón de la estancia, era el que mandaba acá. Llegó un momento que después de estar viviendo solo dos años acá, mi papá dijo basta. Y fue duro ponernos en contra de Fatorini. Ese hombre está ahí porque mi tío le vendió 6 hectáreas, pero la secretaria de gobierno le agregó dos ceros y tiene 600 hectáreas. Le sacaron toda la tierra a mi tío. Mi tío mensuró antes de morir y cuando mensura le da el saldo de 564 hectáreas. Eso para el municipio es mucho.

Eso le correspondía por lo animales que tenía…

Liliana: Él era solo pero tenía animales y pagaba impuesto inmobiliario. Desde entonces estamos como intrusos acá. Después hacen otra ordenanza y crean un parque acá, el parque ecológico municipal, con el nombre del tío… O sea que nosotros somos intrusos y vivimos en el parque ecológico. Y muchas veces la mujer del juez ha dicho a los turistas que hay un cuidador. Así que mi papá es "el cuidador" del parque…

Y cómo fue en esa época, Don Fernando, en que usted recién llegaba…

Fernando: Fue todo en contra en ese tiempo. Y no salía para ningún lado. Y cuando salía me iba escondido por el lado del río y cuando volvía hacía lo mismo, volvía escondido para la casa y me encerraba. Y a la noche me venían a molestar: gritaban del otro lado del río. Prendían las luces de los camiones del otro lado y veían si andaba alguno o no… yo por la ventana miraba…

Constante acecho…

Liliana: Después una vez prendieron fuego… para que se asuste mi papá…

¿Estaban los Cayún en ese tiempo?

Tona: Sí, vinieron juntos.

Liliana: Los límites nuestros de pastaje son al norte con el río Blanco, el río Motoco, al sur con Cayún, al este con el río Azul y al oeste con la cordillera, con el límite con Chile.

Tona: La comunidad Motoco no se opone al progreso, pero primero que nos solucionen el problema de la tierra. Porqué tenemos que irnos si descendemos del primer poblador de acá, cómo nos vamos a ir.

Ustedes a esta tierra la piden como propiedad comunitaria….

Liliana: Sí, ellos piden que parcelemos. Por ahí si pedimos el título individual lo dan al toque. Pero no es la lucha de nosotros. Por memoria de nuestros tíos muertos vamos a defender esto. Si no los hubieran matado nosotros no estaríamos acá. Pero los mataron… porqué los mandaron a matar si eran dos ancianos…

Tona: Aparte era gente que no molestaba a nadie.

Ustedes tampoco molestan a nadie…

Tona: Nosotros lo que hacemos por ahí es salir en algún medio, ir al municipio. Pero nunca recibieron a la comunidad, aunque sea para decir recibirnos y lograr algún diálogo… No hay un diálogo con el intendente. Hay unos concejales que son los únicos que nos atienden, otros dan el voto en contra. Están con el asesor legal, pagados por él. No hay esperanza de que el municipio te arregle algo.

¿Cuál es el nombre del intendente de acá?

Liliana y Tona: Iván Fernández

¿Esto es todo una comarca?

Tona: Sí…

¿Cuántas comunidades además de ustedes hay en esta zona?

Liliana: Están Los Cayún y los Wankelen Puelo, son varias familias agrupadas. Pero no con este problema, a nosotros no nos reconocen nada, nosotros somos intrusos. A Los Cayún le reconocen algunas hectáreas. Acá quieren hacer un camino vecinal que no necesitamos, estamos bien como estamos. Caminos no queremos.

¿Cómo es la vida acá?… por algo aman este lugar…

Liliana: Bueno, nosotros venimos desde chicos. Mi papá nació acá. Uno quiere el lugar.

Tona: Yo desde que me junté con mi marido veníamos a lo de la tía Corina. Siempre venía.

Liliana. Era la tía que nos cobijaba a todos.

Tona: También la encontraron muerta…

Liliana: Y la vida diaria acá es linda. Vivimos en el lugar que queremos. Vivir acá, ver los atardeceres, la mañana cuando aclara es lo más lindo que te puede pasar. Ahora se nos complica mucho en el verano. En el verano viene mucho el turismo. Se nos pone difícil luchar contra la corriente. El municipio te manda la gente a que vengan a visitar acá. Viene la gente y yo tengo que salir y decirle que no es municipal. Hay a gente que le lavaron la cabeza. Pero hay otros que ven el cartel de Comunidad Mapuche y vienen y te compran… yo hago pan casero… te compran para ayudarte. Y nosotros le contamos toda la historia. Igual el vecino trabaja con turistas y el camino pasa por acá, no te queda otra que indicarles es para allá.

Ahí aprovechan para contar…

Liliana: A algunos les da mucha bronca… pero tampoco uno quiere perjudicarles en su negocio porque nos han hecho mucho daño. Van a la comisaría falsos turistas diciendo que yo hice esto o lo otro. Me han hecho eso también. Nos han hecho de todo… rompernos la puerta a patadas… todo eso. Así que yo cuando viene la temporada me pongo mal. No te regularizan la tierra, ni siquiera nos dan el certificado de ocupación, ni siquiera eso. Con eso ya podríamos hacer los trámites para tener la luz eléctrica.

Y con el tema de la salud…?

Liliana: Mi papá necesita luz para nebulizarse. Se tiene que internar en el hospital porque acá no hay luz. Ahora empezamos a hacer unos trámites por el derecho de la protección familiar. Ya hemos golpeado puertas, estamos cansados. Ellos quieren cansarnos y que nos vayamos. Pero yo soy joven y tengo mis chicos, no me queda otra que tratar de salir y buscar a donde sea. He dicho unas cuantas veces que esta es la última, pero sigo. Tenemos abogado, pero igual demora y necesitamos la luz ahora.

Tona: Lo más barato sería con el agua que lo puede hacer mi marido. Pero para todos no, tiene que ser algo más grande.

¿Cuesta que las comunidades se junten para pelearla?

Liliana: En el caso nuestro, somos pocos los que estamos viviendo acá. Si bien la comunidad es grande, los que estamos viviendo acá somos pocos. Tenemos que trabajar, cuidar los animales.

Tona: Tenés que salir a buscar el dinero para comprar lo esencial. Es muy difícil. Para que tu hijo pueda ir a estudiar, hacer la secundaria, primaria. Ahora ella está mandando a su nene desde acá. Mis hijas están en El Bolsón, no pueden hacerse la casa acá porque tienen que ir a trabajar. Y anhelan un día tener su casa.

No le pueden dedicar toda la fuerza que pueden…

Liliana: Sí, en los hospitales también cuando te atienden tenés que perder toda una mañana hasta las 2 de la tarde…

Tona: En el campo es mujer y hombre, porque hay que hacer de todo. Si rompe una puerta, algo, tenés que arreglar el alambre… lo tenés que hacer porque tu marido está haciendo otra cosa. Y eso es lo que lo lleva a uno a querer más el lugar. Porque lo estás haciendo vos. Al ver que las autoridades se te niegan es como que vos le tomás más bronca a ellos y con más bronca no te van a sacar de acá, más la peleás. Ellos lo quieren para ellos y mientras haya gente acá no lo van a lograr. Hay mucha gente que te apoya porque ve la injusticia. Al negarte la luz, al negarte un diálogo con el intendente… dijo que por él no le daría un metro de tierra a los Cárdenas. No sé que tanto interés tendrá él para negarse de esa forma. No tiene diálogo con nadie, es una persona que te desprecia porque sos pobre. Todo lo que es tierra, lo que ven verde lo quieren para vender. Pero va a llegar el momento en que van a pagar lo que han hecho. Tiene que llegar el momento de pagar lo malo, lo malo se paga todo acá. Nosotros no deseamos mal a nadie, reclamamos lo que es nuestro y nada más, reclamamos lo que es justo. Yo creo que va a llegar su momento de rendir sus cuentas y de darse cuenta de que hicieron mal. Toda la vida no van a estar en el municipio. Los concejales que votan en contra son el PACH y el justicialismo. No dan el voto a favor. Se ha discutido a nivel de concejo y los concejales se te ríen en la cara. Nosotros hemos presenciado sesiones y les hemos dicho que le dejen la banca a los que quieren pelear la cosa. Los estás pagando vos, el pueblo los está pagando.

Historia de Los Cayun

Aún no he vuelto a cruzar el río Azul. Del mismo lado cordillerano se llega, tras hora, hora y media de caminata por el bosque y sus claros, a la comunidad de los Cayún. Otra de las comunidades mapuche en resistencia por permanecer en su lugar.

Con 76 años, apenas llego, el rostro surcado de Doña Feli me cuenta historias silenciosas de sacrificio y de fortaleza. Casi no camina, y eso la enoja y la amarga. Ella ama trabajar la tierra, cosechar, andar entre las frutillas y las frambuesas. Pero el frío es duro con ella, y permanecer adentro de la vivienda la angustia un poco. Ella, según cuenta, ha dado órdenes hasta a los duendes. Tiene muchas narraciones atravesadas por el amor a la tierra y por el sacrificio de haber trabajado desde muy joven como hijastra, exigida y desprotegida. Sus hijos la acompañan en esta vuelta a la tranquilidad y a las horas sentada frente a la salamandra calentita. Le duelen los huesos, se duermen sus manos y sus piernas… sus oídos también… no su voz, no su relato incansable que alimenta a los nietos de identidad y esperanza.

Cuénteme cuánto hace que está acá…

Doña Feli: Nací acá, nacida y criada. Cerca del lago, ahí nací, de ahí me vine aquí. Tengo 76 años… hijos todos acá.

¿Cómo es la vida acá?

Doña Feli: Trabajando en la quinta, todo todo. Ahora no puedo estar parada, tengo una enfermedad incurable en todo el cuerpo. Si no ando con bastón me caigo, me he caído. Como la vida mía fue trabajo por eso me encuentro mal, tengo que andar con dos palos para andar bien y si me caigo no me levanto. Mis hijos me están ayudando…

¿Cuántos hijos suyos hay acá?

Doña Feli: Cinco, los demás son nietos… Tengo 3 hijas mujeres, la Juana y la María.

¿Y cómo los crió?

Doña Feli: Trabajando en la quinta. Porque esta casa no la teníamos, esto se sembraba todo. Desde chiquitos les enseñé, los hijos siguen, yo no puedo, si no ando con dos palos me caigo…

Usted es mapuche…

Doña Feli: Sí, mi abuela hablaba la lengua pero mucho no le entendía. Mi padre era alemán y mi madre paisana… esa es la mixtura que tengo.

Su hijo, Rafael Cayún, relata la situación que viven cotidianamente.

Rafael: Estamos en la lucha por obtener un título comunitario. El intendente se opone. Desde hace 20 años hay un asesor legal en la municipalidad, un abogado, que domina todo. Hoy en día domina a los concejales y al intendente. Se hace lo que él dice.

¿Ustedes han tenido presiones fuertes por la tierra?

Rafael: Por ahora no hemos tenido presiones, ni amenazas, como quien dice. Estamos bastante tranquilos, vamos adonde tenemos que ir, pasamos casi todos los días por la municipalidad. Acá es un pueblo chico y nos conocemos todos. Y por ahí te da no se qué, porque ellos te cruzan y te saludan como si no habría ningún problema y el problema es justamente ese, que no nos quieren dar el título. Yo me los cruzo todos los días, trabajo en una escuela donde me los estoy cruzando permanentemente porque van los hijos de ellos. Pero nunca me han hecho mención al problema que te digo.

¿Y el resto de la sociedad, qué hace o qué opina?

Rafael: Y, es medio complicado el tema de la población. Yo noto una división. Hay mucha gente que ha venido desde Buenos Aires, de distintos puntos del país a vivir a Lago Puelo y esa gente nos ha venido a visitar para conocernos, muchos años que hacen que están acá, y siempre se han enterado del problema que estamos viviendo. Contamos con el apoyo de esa gente que ha venido de afuera. Y contamos con el apoyo de algunos vecinos de Lago Puelo. Pero algunos vecinos y concejales, nacidos y criados acá, no nos apoyan. Yo creo que hay algunas personas que, yo lo tomo como envidia, hay personas que han tenido sus grandes chacras, sus padres han tenido sus grandes chacras, mucho campo, y hoy en día se encuentran trabajando para la municipalidad y en un plan de vivienda. Es como que dicen yo lo mío lo perdí y que estos lo pierdan, que no tengan nada. Yo lo tomo así, porque es medio injusto que gente de acá de la zona no nos apoye como debería apoyarnos, nos conoce desde toda la vida. Y sin embargo la gente que viene de afuera y conoce se ha sumado. Tenemos mucho apoyo de la gente que ha venido de afuera. Junto con los Cárdenas, los Cayún somos los primeros pobladores de Lago Puelo y los antiguos pobladores ocupábamos más tierra del otro lado. El río se ha ido llevando también tierras y tampoco hemos recibido el apoyo de la municipalidad ni de recursos hídricos para poder realizar una buena defensa del campo nuestro. Al contrario, tratan de desviar el río en contra de la montaña, en tierra de los Cárdenas y Contreras… hay barrancas altísimas… y acá, todo aquello era tierra… el río se llevó todo, toda una arboleda que había. Se ha llevado mucha cantidad de tierra. La vida acá es complicada, más cuando no tenés apoyo. Tratan de echar el río para acá y no de que siga su cauce.

¿Y los alambrados que hay acá?

Rafael: Uno es para dividir con el vecino Contreras, por ahí por donde llegaste… Y los otros que ves son para dividir el pastoreo, las plantaciones, hay potreros también… La propiedad comunitaria es todo, no es por familia nomás. Desde allá donde entraste hasta el sur acá, serán 2 km más al sur… así que es bastante. Además no sé si te enteraste que tienen comprometido un paso internacional…Bueno ese paso pasaría dentro de tierras nuestras, ocuparía nuestras tierras… Es un proyecto apoyado por Nación y por la Provincia, ahora está medio parado, pero en cualquier momento empiezan… Las tierras son municipales y el bosque es de la provincia. Tienen que arreglar para que puedan darte el suelo y el vuelo como se dice. Y el tema es que en la época de la dictadura venían, deforestaban el bosque nativo y plantaban pinos, después venían y deforestaban… Pero acá tenemos como 11 hectáreas que estamos esperando que se las lleven, para evitar problemas, porque en algunos lugares están pidiendo el título del bosque, como acá en El Hoyo, donde se hizo una marcha el fin de semana… una marcha que fue por todo, contra el saqueo, contra las minas, contra los negocios edilicios… para que se conozca. Estuvimos en muchos lugares, en Buenos Aires, en FM La Tribu, con el Frente de Lucha Mapuche Campesino, para que se nos comenzara a conocer, el tema de la situación nuestra. Estuvieron los de La Liga también, sirvió de algo también, para que se sepa a nivel nacional.

Entre todos, los Cayún, son alrededor de 60 mapuche. Están en las tierras con permiso de ocupación precaria, a diferencia de los Cárdenas que están como intrusos. Valeriano Cayún, del otro lado del río, es uno de los referentes de la comunidad. Es un ejemplo de lucha y dignidad, no deja de mostrar con su relato la historia de desengaños, injusticia y estafa.

Han pasado muchas acá, no?

Valeriano: Sí. Nunca hemos tenido ayuda de la intendencia, al contrario. Usted va a la intendencia y ellos lo atienden bien, como gente buena, pero no es gente buena… Mis hijas han ido y las han anotado, pero después cuando hay trabajo, por ser Cayún o Cárdenas somos eliminados. Porque no es que no queremos trabajar como dicen, que somos unos vagos, totalmente estamos discriminados todos. Los chicos míos ninguno puede conseguir trabajo. Los tenían en la casa de la cultura, les dijeron que le iban a dar trabajo, le pagaban 150 pesos por mes. Eso no te alcanza ni para comer. Omar estuvo trabajando unos dos o tres meses y se vino. Los primeros meses no le pagaban. A los dos meses le pagaron, iba a cobrar y la plata no estaba. Después pasó a la escuela, hizo una notita para poder pasar a planta permanente. Siguió y siguió hasta que le cortaron el trabajo y el quedó a la espera. Hasta el día de hoy.

La historia de siempre…

Valeriano: Sí, si yo le decía que esa era gente rejodida, te palmean la espalda porque te necesitan. Te usan de yapa. Yo no se leer ni escribir pero yo se que te están usando. Ellos no nacieron en la municipalidad, ellos están por temporada. Por ahí cambia la política, los sacan, y quedan peores que uno… Un día yo bajo y le consigo un puesto de peón. Contento fue. Después en la casa de la cultura lo vieron y lo llamaron que vaya Juan a renovar el contrato. Juan dijo yo no voy. Después que tenía que ir a firmar la renuncia… yo le digo qué renuncia si vos son un pobre muchacho que has estado trabajando así nomás… así que no fue… no era empleado, ni contratado. No tienen vergüenza. Son del PACH. Por ahí uno es ignorante y te hacen firmar algo y después ellos lo llenan como ellos quieren. Ellos te pueden hacer esas camas, son gente sucia.

¿Esto cuánto tiene en hectáreas?

Valeriano: Una hectárea y un cuarto tiene esto. Nosotros pagamos pastaje de este lado. Vamos y pagamos todos los años los impuestos, pero ahora hace dos años que no pagamos porque empezamos a luchar para que nos den el título comunitario. No tienen derecho a cobrar ni una cosa ni la otra. Mucha gente nos decía que con los años que estamos acá tenemos esto repagado. La municipalidad nunca nos dio una mano, al contrario, les ha metido el perro a los muchachos. A José le decían que si votaba a los peronistas le iban a dar el título del campo. Y a Rafa si votaba a los pachistas. Yo les decía no les crean, si son puros versos.

Les prometen el título…

Valeriano: Claro, sí. Ahora el que tenemos de intendente le prometió al Rafa si yo gano lo primero que voy a hacer es darte el título. Y ganó y lo vetó enseguida porque el Traverso dijo que no.

Hay otros problemas, por ejemplo con la minería.

Valeriano: Ah sí, con el tema de la minería sí, también. Vienen atropellando a la gente por todos lados. El domingo estuvimos en Pedregoso. Van a empezar los cateos. Pero cualquier cosa van a avisar al pueblo para protegerlos, todos juntos. También estaban diciendo que a un poblador le querían tirar la casa. Esa gente se opuso y no se tiró. Echando esa casa ya iban a sacar a los otros. Y el cabecilla de eso es Cané, que está en la municipalidad acá. Él daba las órdenes, el famoso Cané…

¿Es del PACH también?

Valeriano: Sí, es el accionista. Que era diputado en Trelew y Rawson y vino acá y se metió en la municipalidad. Ahí se encontró con Traverso y empezaron a manejar todo.

¿Acá usted vive con sus hijos?

Valeriano: Sí con mis hijas. Nacidos acá. Yo no, yo me vine acá después. Buscaba un lugar donde estar. Yo trabajaba en la dirección de energía. En el 2004 me jubilé. Dependíamos de Rawson pero trabajábamos acá. Y acá hice mi rancho y crié a mis hijas. Así que estamos en la lucha. Nosotros en total somos 6. Tengo una nieta chiquitita… Yo no lucho por mí, yo ya pegué la vuelta. Yo lucho por mis nietos, para que el día de mañana tengan donde vivir. Que no los anden corriendo o que no anden alquilando, porque eso es feo.

¿Les pidieron que parcelen?

Valeriano: A nosotros nos dijeron que dividamos… hicimos todas las divisiones bien… Todos estamos luchando por lo mismo. Y ahí nos dijeron, ya que hicieron las picadas, ahora alambren… alambramos, compramos alambre entre todos y anduvimos alambrando. Ahí le fuimos a avisar al intendente que ya habíamos alambrado, ya estaba todo. Bueno, ahora que alambraron, mensuren… Uh… ahora para mensurar… buscamos a un agrimensor, fue y mensuró. Una vez que estaba la mensura hecha, fuimos y nos dice, mensuraron?, sí, y cuántas hectáreas salieron? Salieron 674 hectáreas. Y ahí se plantaron y dijeron que iban a ir a Rawson para ver lo del título. Después nos enteramos que dependía de ellos, no tenían que ir a Rawson. No tenía nada que ver con Rawson. Y quedamos a la espera. Después empezaron las elecciones y quedó todo ahí. Trata de verlos a Rafael, a José, a mí nunca porque le digo en la cara. Les prometía el título de las tierras si salía intendente. Salió y nada. Un día fui con mis hijas y le pregunté que qué pasaba que no sale el título y me dice que es el concejo que no quería hacer las cosas… mentira. Los que ponen traba son él y Traverso. Él sabe el daño que está haciendo a la gente. Fuimos a la municipalidad y esperamos que el concejo deliberante firmara. .. cómo puede ser criado aquí y que haga tanto mal a la gente… y quedamos a las patadas… Eso fue en el 2004, hasta ahora que empezamos a no pagar…

Hay un acuerdo de darles una parte nomás de la tierra y se negaron porque los perjudica.

Valeriano: Sí, porque no todas las hectáreas son para pastura, hay cordillera. Ahí se trabó todo. Los Cárdenas pasaron a ser intrusos. Cané decía que iba a dar luz a toda la gente que no tenía luz, y cómo a los Cárdenas no le da luz? Y a nosotros tampoco nos ayudaron, nosotros hicimos la línea por cuenta propia. La dirección de energía nos ayudó por haber trabajado ahí. Pero el trabajo lo hicimos nosotros, por eso tenemos luz. El doctor Fattorini, vecino de Cárdenas, tiene luz, y Cárdenas no… ahí ven la injusticia… es daño lo que están haciendo. Ahora quieren hacer el camino a Chile. A Contreras le van a echar la casa abajo, porque no tiene para donde disparar. Y parte del campo de nosotros.

El sabor amargo de la injusticia me acompaña hasta la casa de María Cayun, en el pueblo. La hospitalidad de estos hermanos me estremece. No hacen mal a nadie. Sólo quieren vivir de lo que hacen sus manos. Separarse del ciclo de la naturaleza, de la tierra, significa morirse lentamente. Son sus manos, son las raíces de los cipreses, son la cosecha de frambuesa y son la siembra, la caricia a los caballos y el ruido del arroyo que se derrama por las montañas… eso son, y se les niega serlo.


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