Los consejos de Seguro

presentados por Adrián Alvarado

Eso me parece una tontería, no creo que usted haya empezado a ser lo que es ahora a partir de ese momento, habla con vicios de escritor, como si estuviera escribiendo, dijo el agente. Son deformidades que nos impone el oficio, uno es lo que hace al fin y al cabo, respondió Pablo, Cabo soy yo, y gano muy poco para estar perdiendo el tiempo con chamuyo literario, dígame algo que valga la pena, alguna cosa que esté relacionada con los hechos, Pero yo pensé que estábamos charlando, reaccionó Pablo, como si hubiera despertado de uno de sus sueños, Le informo que está prestando declaración, dijo el cabo poniéndose la gorra, literalmente, Pero donde está el sumariante y la máquina de escribir, Eso ya no se usa más, ahora las declaraciones se filman con sonido directo, después el magistrado de turno las ve en formato digital, cómodamente instalado en su despacho, esto agiliza el tramite una barbaridad, ¿Pero desde cuando están usando este sistema?, Desde ahora, usted es el primero, ¿Y donde está la cámara?, Las cámaras querrá decir, son cuatro y están perfectamente disimuladas, aparte también tenemos un director que edita en vivo el material para darle un toque artístico a las declaraciones, todo esto es para que los jueces no se aburran, el director que contrataron es documentalista, dijo el uniformado, con indisimulado orgullo.

Pablo no cabía en su asombro, pensó, mientras miraba a su alrededor, que lo estaban cargando y lo dijo, Usted me está tomando el pelo, Convengamos que mucho no le queda, No se haga el vivo, esto es una joda, No señor, ninguna joda, el sistema judicial se está modernizando en serio, ahora los expedientes serán digitalizados, esto es una inquietud de nuestro poder ejecutivo, parece que la cantidad de papeles que se usan está terminando con los bosques que nos quedan, dicen que con el papel que hay en los tribunales de todo país se puede hacer una torre de 170 metros de altura con una base de nueve por nueve, No me diga, Se lo estoy diciendo, Ahora, yo me pregunto, dijo Pablo tomándose el mentón con una mano, No se les habrá ocurrido hacer un reality con el material que filman acá, ¿no es cierto?, Si se les ocurrió, pero eso depende de los que declaran, de ellos depende la difusión, son ustedes los que tienen que autorizarlo, Desde ya a mi no me interesa a menos que gane algo con eso, Tengo entendido que Endemol está dispuesto a poner mucha guita, dijo el cabo haciendo un ademán ilustrativo y sugerente. Pablo no lo podía creer, trataba de imaginarse el formato del programa mientras se arreglaba disimuladamente el escaso pelo que tapaba a duras penas su blanca cabeza, justo en ese momento suena una chicharra que parecía venir directamente del infierno.


El cabo se las toma raudo antes que Pablo termine de reaccionar, inmediatamente entra un tipo de traje y bigotes con aspecto amenazante que se sienta, lo mira y le dice, Usted es un hombre muy hábil con la lengua, eso ya quedó demostrado, con el cabo fue fácil, conmigo, vamos a ver. ¿Con quien tengo el gusto? Preguntó Pablo, Con nadie, dijo el tipo mientras se acomodaba el nudo de la corbata que era un salmón con la cabeza para abajo, No importa quien soy yo, acá lo que importa es quien es usted y la organización que representa, Yo no represento a ninguna organización, y hasta que no me diga con quien estoy hablando no pienso seguir con esta declaración, dijo Pablo, cruzándose de brazos como un pibe gigante haciendo un berrinche, el de bigotes pensó que ese grandote debía ser inocente, parecía muy boludo, Soy el inspector Magorno, ¿En serio se llama Magorno?, Si, de apellido, mi nombre es Marcial, Buenas tardes Marcial Magorno, un gusto, Igualmente, ahora dígame algo consistente, Tengo que seguir por donde iba, ¿No la puede hacer más corta?, Si le cuento porqué lo hice omitiendo los antecedentes, la historia estaría incompleta, ustedes tienen que entender como fue que terminé donde terminé, es probable que eso no justifique lo que hice pero al menos denme la posibilidad de entenderme, tengo derecho y me gusta su corbata, No me salameree, usted tiene derecho y nosotros la obligación de escucharlo pero no tenemos tiempo, hay más vidas en peligro, Me está jodiendo, dijo Pablo, sinceramente sorprendido, Para nada, siguió Marcial, esto es muy serio, esa gente es peligrosa, y usted es el único contacto que tenemos, Pero yo no tengo ninguna vinculación real con esa gente, yo solo me conecté con ellos por Internet y me mandaron a ese tipo, Queremos saber todo de ese tipo y de la caterva que personifica, Linda palabra caterva, le explico, en realidad yo entré a ese sitio por azar ni siquiera estaba desesperado, mas bien tenia como un estado de aburrimiento constante que ya no aguantaba, por eso, boludeando, se me ocurrió la idea de buscar en Internet, entonces me mandaron un tipo que ni siquiera me dijo como se llamaba y cuando me sacó la ficha desapareció. Necesitamos una descripción detallada, le mando al dibujante en seguida, después seguimos, ¿quiere algo para tomar?, Un café grande por favor, cortado, algo para comer y cigarrillos, Cigarrillos no se puede, ¿Porro?, No se haga el piola, nos vemos. Cuando Marcial salió, Pablo se puso de pie y dio un par de vueltas por la habitación, rascándose la nuca, pensando, que la cosa se estaba poniendo difícil.

Continúa en la próxima revista.


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Alguien me puede decir en donde mierda deje yo la sensatez, donde la dignidad y la alegría, el entusiasmo, el deseo, las ganas, el impulso, la fuerza, donde la puta salud, donde el dinero esquivo, el amor, la ternura de la piel contra la piel, donde esa estrella que una vez me regalaste y ya no encuentro.

De las palabras que no digo y de las cosas que no hago surge esa alquimia perversa que terminó convirtiéndome en esto que soy y ya no quiero.

Delfina Contreras

Pienso que estoy pero me voy yendo y digo que si lo que hay es lo que queda estamos fritos. Ahí afuera siento como un ritmo, una secuencia, un devenir de luces que en el pelo se prenden y en los ojos del que anda triste se quedan y se mueren. El que anda avanza a paso de rengo por la costanera del patio con esa cara que no termina nunca de desmoronarse y es una foto que ya vi. Y una, perdida en el laberinto de si, se presta, se regala, se humedece, para nadie, como una puta con ganas que espera al que no viene, nunca va a venir, y que no puede olvidar.

Delfina Contreras

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