Crónicas Curturales

¿Superhéroes para adultos? ¿Y encima para adultos que no le interesan los superhéroes como fenómeno sociocultural? Naaaaaaa! ¿En serio? Andá!

Sepa qué es la historieta

8 _ los héroes ya no son lo que eran

por Maytland Goyeneche

La historieta, otra vez un género menor

Uno de los problemas más serios a los que se enfrenta la historieta es la falta de legitimidad social. Solo una ínfima porción de la población intelectualmente activa la considera un lenguaje genuino, autónomo y, digamos, serio.

Bien por ignorancia, prejuicio o falta de interés miles de potenciales clientes del comic lo tienen como un subproducto para infradotados, niños (niños infradotados también), o en el mejor de los casos, snobs. Y no es que estos potenciales clientes sean intelectualoides prejuiciados. Incluso muchos de estos potenciales clientes jamás arriesgarían que la historieta es un "género menor", solo que no les interesa… lo que no es tan grave, a muchas personas el jazz no les interesa y eso no hace mella en él, muchas otras personas son incapaces de leer una novela y no por ello son acérrimos consumidores de la televisión basura. El asunto es que estos potenciales consumidores podrían haber sido consumidores clase A de historietas sino mediara entre ellos y la historieta una serie de incomprensiones que la historieta, como lenguaje, pero sobretodo como producto comercial, como industria, ha sido incapaz de corregir.

Una de estas incomprensiones es la franja de público al que ha estado dirigida. Siempre ha habido productos inteligentes, destinados a adultos y ciertamente "cultos". Pero el producto por si solo no puede atravesar barreras. Es aquí donde hace falta un política que se encargue de hacerlo. Una política editorial, por decirlo de alguna manera. Recién en los últimos años han aparecido políticas diseñadas para captar público de fuera del ghetto de consumidores típicos. Pero podríamos decir que estamos a años luz de una equiparación cultural con otras artes, tanto en lo que refiere a la aceptación "culta" como puede ser el caso del jazz, o la popular como el caso del cine. Quizás llegue el día que los consumidores de historietas no tengamos que gastar tinta ni bits para defender el lenguaje (cosa que por otro lado no es más que la defensa de la propia experiencia, de los propios gustos) y podremos poner el esfuerzo en mejorarlo antes que en hacer que lo acepten. Tal vez deberíamos hacer la revés, tratar de mejorarlo para que lo acepten, pero no, existen los suficientes casos de excelencia como para merecer un lugar en la historia de las artes mayores, como la pintura o el cine.

Los superhéroes, definitivamente un género menor

Otra de estas incomprensiones son los superhéroes. Nacidos con un público específicamente juvenil, luego como un producto del mas preclaro entretenimiento liviano y devenido finalmente en género propio independiente del formato en que esté realizado, ya sea este el papel del cómic o la pantalla grande del cine.

Desde que nacieron con Superman hacia fines del 1930 hasta la fecha (fines del 2010) los superhéroes han cambiado un poco. Si bien aún conservan ciertas características sería necio formular que desde entonces son los mismos de entonces. También sería necio formular que carecen de interés, aunque más no sea como curiosidad sociológica.

Pero sería osado afirmar que se trata de un género serio. De que a través de ellos se ha inspeccionado el alma humana, se la ha sensibilizado, se ha hecho, en fin, lo que Fedor Dostoievski con Guerra y paz, o Jean Paul Sastre con La náusea. Sería incluso osado decir que hay comics de superhéroes que son interesantes para un potencial lector de comics de calidad. Pero no sería falso.

Entonces no son tan menores

Bueno, si… y no…

El asunto es que este tema de los superhéroes de entrada viene mal parido. ¿Como pensar que puede ser serio un género cuyos protagonistas pueden volar, mirar a través de las paredes, usan calzas coloridas, la ropa interior sobre esas calzas, antifaces y otras prendas que cuando no configuran el ridículo configuran el sadomasoquismo? Evidentemente es una tarea ardua. Pero no tan ardua si pensamos en obras que nos obligan a aceptar policías, o reyes, incluso a presidentes de estados totalitarios como personas simples y buenas. Pero claro, se trata de literatura, o de cine, entonces está bien. Pero como son personajes de historieta… inclusive el mismo cine se ha negado a darles a estos personajes otro papel más que el de simple (y por lo general mediocre) entretenimiento. Pero para el cine.

Pero los superhéroes se han ganado este lugar a fuerza de historias trilladas, idiotas, maniqueístas, absurdas y panfletarias.

La cosa cambió en 1986, con Frank Miller por un lado (Batman: el regreso del señor de la noche, o mas precisamente en inglés: Batman: The Dark Knight) y Alan Moore por el otro (Watchmen).

No es que antes los comics de superhéroes no eran serios (por regla general podríamos decir que no), que no se hayan preocupado por tratar de brindar a su público algo más que simple basura para pasar el tiempo. Pero solo lo lograría entonces. Pero ojo. Cuando digo que todo cambió, no es que a partir de entonces la cosa cambió. Es que en ese año cambió. Y después, bueno… no cambió gran cosa después. Pero vamos… no seamos negativos.

Aclaremos sijo Lemos

Para que no se enojen los que leen historietas de superhéroes vayan estas palabras: no todas las historietas de superhéroes son horribles. Y no es que antes de 1986 lo fueran. Es muy posible encontrar historietas de superhéroes con argumentos serios, entretenidas y dinámicas desde el principio. Pero no fue la norma, y no lo es ahora. Recordemos la vieja sentencia de Teodore Sturgeon acerca de la ciencia ficción: "se quejan porque el 90 por ciento de la ciencia ficción que se escribe es una mierda. Pero el noventa por ciento de cualquier literatura que se escribe es una mierda. No estamos peor que cualquier otra rama del arte." Solo me temo que en el caso de los superhéroes el porcentaje de mierda es un poco mayor. Pero eso es materia opinable, y lo discutimos en la mesa redonda.

Alan Moore

Alan Moore nació en Northampton, Inglaterra, en 1953, y hay quien dice que es uno de los mejores guionistas de toda la historia mundial del cómic, y si nos atreviéramos a hacer una lista de cien nombres, no lo duden, estaría entre los primeros diez.

Moore empezó a trabajar como dibujante de sus propias historias en 1979, pero no estaba muy dotado para el dibujo y decidió concentrarse en los guiones. Sus primeros trabajos fueron para editoriales inglesas, y allí, en Inglaterra, en 1982 realizó Capitán Britania con dibujos de Alan Davis y participa en el lanzamiento de la revista Warrior con los seriales Marvelman y V de Vendetta (tal vez vieron la película, la cual fue ampliamente repudiada por el místico barbudo al punto que hizo sacar su nombre de los créditos), dos de sus primeros trabajos mas admirados.

En 1983 empezó a trabajar para DC (se acuerdan, la de Súperman) haciendo los guiones de una serie de terror redefiniendo al personaje y ganándose el reconocimiento internacional como "el tipo que revitalizó el género del terror en los comics". Lo hizo con La Cosa del Pantano (Swamp Thing) y estuvo cuatro años con la serie.

En 1986 con dibujos de Dave Gibbons realiza Watchmen.

1988 es año en que se pelea con la editorial por problemas de derechos y después de hacer Batman: La broma asesina y pasaría varios años de acá para allá haciendo cosas sueltas, muchas series que por problemas de financiamiento quedan inconclusas y entre ellas From Hell junto al dibujante Eddie Campbell y estaría años apareciendo en diversas publicaciones hasta poder terminarse. También se hizo una película de esta, con Johnny Deep.

Después sigue trabajando y haciendo cosas que siempre están por arriba del estándar habitual, hasta sus obras mas flojas elevan el nivel, acaso también les suene The League of Extraordinary Gentlemen porque también se hizo una película (La liga de los caballeros extraordinaria) con Sean Connery. Si la película es mala no se preocupen, Moore también se desentendió de la misma y renunció a cualquier tipo de relación con ella, incluso monetaria.

Y después sigue trabajando, y si bien parece que ya no podrá superar ciertas alturas a las que ha llegado, no os preocupéis, mientras siga activo, siempre está la posibilidad de sorprendernos una vez más.

Frank Miller

Si alguien dijo que los superhéroes eran unos personajes insípidos sin ningún tipo de atractivo, ese seguro no era Frank Miller. Se hizo famoso en los 80' por haber redefinido a dos personajes clásicos del género. Daredevil en la Marvel y Batman de la DC. En el primer caso un personaje segundón, pero en el segundo, un emblema de la casa.

En Daredevil empezó como dibujante para prontamente hacerse cargo también de los guiones dando un nuevo enfoque al personaje y creando a Elektra, una ninja asesina, que se convertiría en uno de los personajes femeninos de Marvel más conocidos, sumando una serie de innovaciones narrativas de las que los superhéroes no tenían noticias aún.

En 1982 escribe y dibuja la miniserie Ronin (DC Comics), un relato de ciencia-ficción mezclado con personajes del Japón medieval, no resultó un éxito comercial pero sí de crítica.

En 1986 vuelve a Daredevil como guionista en Born Again, con dibujos de David Mazzuchelli. Después Daredevil y Elektra regresan en varios proyectos puntuales: Elektra Asesina (1886-87, con Bill Sienkievicz, dibujante im-pre-sio-nan-te), Daredevil: Love and War (1986, de nuevo con Sienkievicz), Elektra Lives Again (1990, con dibujos propios) y Daredevil: el hombre sin miedo (1993; con dibujos de John Romita Jr donde reescribe el origen del personaje, introduciendo en él a Elektra). Cabe aclarar que en general estas series tienen un carácter experimental bien en guiones o dibujos que nada tienen que ver con las series de los superhéroes que aparecen todos los meses en sus comics books. Apuntan a lo que suele llamarse "Novelas gráficas", o sea, son comics también, pero se supone que son mucho más serios, con más calidad, tanto en la impresión como en la realización.

En 1986 con el el prestigio a sus espalda se lanza con Batman: The Dark Knight dando una visión que nada gustó a los dueños de la DC, pero que fue un éxito de ventas y que de alguna manera, dio la oportunidad a los superhéroes a crecer un poco, algunos lo hicieron.

Durante los 90 se ha dedicado principalmente a obras de creación propia entre las que destacan Sin City y el épico 300 (¿no vieron la peli?).

A destacar Hard Boiled con dibujos de Geof Darrow, alias el loco de mierda, obra difícil de catalogar sino fuera en las categorías ultraviolencia, ultradetalle y poco más. Recomendada para espíritus inquietos y desaforados.

Después hace Martha Washington va a la guerra, dibujos de Dave Gibbons (el de Watchmen) y la segunda parte del dark nigth, DK2: The Dark Knight Strikes Again (2001-2002, una secuela) y dice que está trabajando en una "novela gráfica" de Batman donde el famoso y oscuro murciélago se enfrenta a Bin Laden. Ah, después de la aventura de Sin City en el cine, también se hace el director y piensa hacer Spirit, una excelente historia de otro genio del comic de la década del 40' Will Eisner que si no fuera que pasó inadvertida como obra fundante de una manera de narrar, habría sido el Citizen Kane del comic.

The Dark Knight

Batman está viejo, retirado, pero Ciudad Gótica está un desastre, la policía no sirve para controlar el crimen y decide volver. Pero ya está viejo y encima Reagan en el poder, y están los medios de comunicación, parece como que de golpe el mundo real se hizo presente en Gotham City. Hasta se pelea con Súperman. Un dato: el Guasón se muere en sus brazos, pero técnicamente no lo mata él.

Watchmen

Pensado inicialmente para una serie de personajes de una vieja editorial adquirida por la DC mutó prontamente en una serie sin continuidad con sus personajes específicos. Aquí los superhéroes no tienen superpoderes, salvo uno que se va de mambo. Si tienen superconvicciones y se disfrazan para combatir el crimen. Hasta van a Vietnam y (ese que se va de mambo) le hacen ganar la guerra a EEUU. La premisa es una: ¿Qué pasaría si los superhéroes vivieran en el mundo real?, pero enserio. Bien podríamos decir que Watchmen no es un comic de superhéroes, ya que estos están como una excusa para contar otra cosa, pero están, son el eje y el motor de la historia, y además es una de las mejores historias de comics jamás contada. No hay caso, hay que leerla.

Elevar el estándar

Bueno, estos dos autores coinciden el año, el género y poco más. El Batman de Miller es superhéroe clásico, que no tiene dudas sobre lo que tiene que hacer, y lo hace. En Watchmen solo hay incertidumbres, incluso el personaje que hace lo que tiene que hacer no deja de considerar que puede haberse equivocado. Incluso allí, el único superhéroe que no duda, es un psicópata fasistoide.

Podríamos decir que Moore es un revolucionario, toma los temas y los da vuelta, los tergiversa, y crea un nuevo mundo donde ya nada será igual. Miller muy lejos está de querer revolucionar nada, pero en un lugar donde solo se trata de seguir la corriente podríamos decir que es revolucionario elevar el estándar. Y Frank Miller lo hace a base de trazo grueso y convicciones firmes.

Pero, ¿podemos leerla si no nos interesan los superhéroes?

Sí, deberían. Y si no les gustan, no podrán decir que no lo intentaron. Vamos chavales, a por ellas.

Buenas noches.


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