Los otros nombres del Hospital Francés

por Miguel Espinaco

El tema saltó a los medios cuando apareció la patota, cuando entró en acción a puro golpe y la televisión mostró el desquicio a la hora de la cena. Los noticieros logran convertir la anécdota en información y entonces el nombre que entra en el foco pasa de la noche a la mañana, así como así, de desconocido a ilustre.

El tipo en cuestión se llama Sergio Muhamad, es directivo y barrabrava del club Chacarita, es empleado sin funciones específicas del estado municipal porteño y según sintetiza el diario La Nación, es principalmente un "operador todoterreno en el PJ".

Lo que se ve desde lejos es sólo eso. Cuando uno se acerca aparecen más nombres, una historia que tiene su historia, gente de carne y hueso viviendo una larga lucha que todavía no termina. Ahí es cuando uno nota que la anécdota que fue noticia es apenas eso, anécdota, que adentro de la noticia aparecen otros personajes que no salen a los golpes en los noticieros pero que golpean - con su elegante estilo de saco y de corbata - más fuerte que el propio Muhamad y sus muchachos: José Luis Salvatierra, Alberto Fernández, Walter González, Héctor Capacciolli, Carlos Tossi.

El Hospital Francés está en el barrio de San Cristóbal, en La Rioja 951 para ser precisos. El escenario es un viejo edificio, delante un patio de ingreso en el que se ven carpas. Más adelante todavía, separando el patio de la vereda, una pared baja y una reja repleta de pancartas. "No está muerto quien pelea" dice un afiche firmado por un centro de estudiantes, "Juicio y castigo a los vaciadores del Hospital Francés" reclama otro trapo colgado por Terapia Intensiva, "Fuera la intervención, estatización ya, por un Hospital Francés para todos" pide la Multisectorial del Barrio, "No al convenio de crisis, reincorporación ya de los despedidos" escribe la Comisión Interna.

Detrás de la reja, algunos trabajadores discuten sobre el fideicomiso que parece el tema del día, otros toman mate, algunos juegan una improvisada rueda de truco mientras afuera, en la ciudad, pasa el lunes que hizo más largo este fin de semana. Más tarde, Marcos me iba a explicar que "hoy es un día especial porque es feriado" que "normalmente vas a ver acá lleno de gente que es la gente que tendría que estar trabajando" y me contaría que a raíz de su despido y el de otro compañero "decidimos instalar las carpas a manera de protesta y para que esto sea la sede de los compañeros que quedan cesanteados, despedidos". Entonces, claro, yo preguntaría si los que están acá son todos despedidos y él me haría una aclaración que, después de dicha, suena casi obvia: "de alguna manera estamos todos despedidos, no cobrás, la intervención te exige ir a trabajar, te exige agachar la cabeza y no te paga. Estamos en convocatoria de acreedores y se está por firmar un procedimiento de crisis emitido por la intervención que flexibiliza a los trabajadores, les da la posibilidad de aumentarte tareas, horas de trabajo, de cambiarte de sector, de suspenderte…".

Al principio hablan todos juntos, todos quieren decir lo que pasa, lo que sienten. Ellos están viviendo esto hace años, a mí los nombres y las fechas se me escapan, así que trato de desatar la maraña de apellidos que se entremezclan en el tiempo, que intervienen en fusiones y en separaciones en las que se vislumbran las huellas del vaciamiento.

Carlos Tossi

"Treinta años atrás, al Hospital lo tomó un tal Tossi y lo privatizaron. Desde ese momento hasta el día de hoy se afanaron todo, había 160 mil afiliados. De esto participó el Bapro, Provincia Salud, que pertenece a la Provincia de Buenos Aires. Después se retiró el Bapro, se retiró Tossi y dejaron 150 millones de deuda, dejaron esto en la quiebra" intenta resumir el correntino.

"Esto nació como una asociación sin fines de lucro - aclara Marcos intentando poner orden - es un hospital de comunidad que nació hace 160 años, igual que el español, que el británico, que el alemán, están todos acá cerca. Vino este médico Tossi que no era médico, era kinesiólogo, pero que en un año hizo medicina, una cosa medio rara. Se hizo cargo de la presidencia y de la dirección del hospital. A partir de ahí empezó a ser una empresa sin fines de lucro para evadir impuestos, pero con fines de lucro en realidad. El hospital andaba bien, se creó el CeFran que era la prepaga del hospital".

"Al CeFran lo hicieron en los 90. Se calcula que en el CeFran, durante esos años, entraban 15 millones de pesos o dólares, por mes. Y después vino el Bapro a terminar todo el vaciamiento." explica Eduardo, que era trabajador del hospital y que ahora trabaja en el Garraham y Marcos agrega que "el CeFran era del hospital, los que estaban tercerizados eran los servicios, por ejemplo unidad coronaria, radiología, todo tenía su propio dueño, era como si fueran kioskitos, cada uno tenía su negocio. Tossi era el dueño de kinesiología".

Alberto Fernández

Cuenta Marcos que hace unos tres años "hicieron una fusión con Provincia Salud, que deriva del Grupo Bapro que a su vez deriva del Banco Provincia y por supuesto, ahí estaba Alberto Fernández, el actual jefe de gabinete. Hicieron un contrato totalmente negativo para el hospital, porque el Bapro venía arrastrando una deuda de dos millones de pesos por mes que la pasa al hospital. Como se unió la gente del CeFran a la de Provincia Salud, de tener 45 mil asociados pasamos a tener 150 mil y el hospital ediliciamente no estaba preparado. Entonces se abrieron centros periféricos en San Justo, en la Provincia de Buenos Aires, se creó el centro de atención primaria que es el CAP que está acá en 24 de noviembre y Estados Unidos, el Anexo 1 que está en Honorio Pueyrredón, allá en el Cid Campeador. Esto trabajó por un tiempo hasta que deciden separar aguas, directamente deciden el hundimiento del hospital. Entonces, el año pasado, Provincia Salud crea otra obra social en conjunto con Carlos Tossi y se llevan los activos y nos dejan los pasivos, se llevan la gente sana, la gente pagadora, a muchos socios los pasaron automáticamente a la otra obra social, que se llama Osjera. Los afiliados estaban totalmente desubicados porque no sabían por qué los habían pasado, les juraban mejor atención, qué se yo, la realidad es que los chuparon. A nosotros nos dejaron el CAP, los centros periféricos que había en el conurbano, todo lo que empezó a dar pérdida porque estaba todo alquilado".

"Cuando salimos a la calle a manifestar los problemas del hospital, los salarios caídos, que hacía nueve años que no se hacían los aportes jubilatorios y una serie de irregularidades con el tema de los afiliados, el gobierno nos otorgó un subsidio, por única vez, de ocho millones y medio. Vino el subsidio y con el subsidio vino la intervención a través de la Inspección General de Justicia, del gobierno directamente, vino José Luis Salvatierra, al que lo manda otra vez el grupo Bapro, otra vez Alberto Fernández".

Victor Garay, personal no médico del hospital y delegado, también se acuerda del Jefe de Gabinete y compara: "sabemos perfectamente que le ha sido votada la libertad absoluta para manejar los fondos. Hace poco subsidió con una millonada mucho más grande que la que necesita el Francés, para que las empresas petroleras que están ganando guita a palas hagan exploración".

Héctor Capacciolli

El nombre aparece primero mencionado por Marcos: "el actual interventor Salvatierra, es abogado de Capacciolli que está en este asunto del Bapro", pero resulta que Héctor Cappaciolli es más que eso, es el actual superintendente de Servicios de Salud, mencionado también por el diario La Nación como amigo de Alberto Fernández y del ahora conocido patotero Muhamad.

Cuando Victor Garay cuenta que "más allá de que se han ido 200 trabajadores porque han conseguido otro trabajo, ellos nos dicen que acá sobran 500 personas y siguen con la presión" es justamente Capacciolli quien se encarga de responderle en los diarios que el Hospital Francés "con la dotación de personal que tiene es inviable".

Cuando Víctor explica y fundamenta que "nosotros le planteamos al estado la estatización, la nacionalización para ser más exactos, porque habiendo solamente un solo hospital nacional en la ciudad de Buenos Aires hay espacio para un segundo hospital, máxime tomando en cuenta la sobrecarga de pacientes que tiene el hospital nacional o municipal", es justamente Héctor Capacciolli el que se encarga de responder por medio de la prensa y sin dar razones que "no es viable" una "estatización" del Hospital Francés, y es el que se encarga de promover la creación de "un fideicomiso y una reingeniería" del hospital.

Como diría un amigo, parodiando un viejo dicho, la salud va y viene, lo que importa es el dinero.

José Luis Salvatierra

"Hace unos meses intervino el estado y puso a un interventor que continuó con el vaciamiento imponiendo una política de dictadura con los jefes. Los trabajadores se dieron cuenta y salieron, entonces empezaron a despedir gente, a suspender, cerraron un centro de atención primaria con 100 personas y esa gente quedó toda despedida, prácticamente despedida. Hace un par de días vinieron con una patota que trabaja con el gobierno, una patota que vino con el interventor un día antes y ya después vinieron a destruir, rompieron todo, eso fue lo que se vio por televisión. Esa patota venía custodiada por la policía, los tuvimos 12 horas acá adentro a esta gente, mientras llamábamos al juez para que hicieran el reconocimiento y el juez no apareció" cuenta el correntino. El interventor, ya lo dije, se llama José Luis Salvatierra y de acuerdo a las crónicas, responde políticamente a Alberto Fernández.

"Cuando vino el interventor el primer día, ya vino con esta patota, vino acompañado con la barrabrava de Chacarita y de Nueva Chicago. Durante la gestión de la intervención no se pagó más un sueldo entero, se fue dando dinero de a puchos, fueron cerrando los centros periféricos" cuenta Marcos, que también confiesa que al principio hubo cierta expectativa con su llegada: "lo que hace la intervención primero, fue focalizar los grandes problemas del hospital y entonces la gente tenía la expectativa de que en algún momento se iba a dar una solución. Acá había médicos de cierta trayectoria que cobraban 57 mil pesos por mes, había estudios endoscópicos que se cobraban como 8 mil pesos, una barbaridad, el jefe de radiología no ponía insumos pero se llevaba como 60 lucas por mes en estudios, un desparpajo, un desastre. Eso lo paró un poco la intervención, pero no nos dio la solución de fondo".

Víctor explica que desde la comisión interna hicieron una denuncia "sobre la forma que se estaba cobrando la cuota a los afiliados, con una comercializadora sin cuit, sin razón social, Juan Perez que se llame, Montoto Pirulo. Era un talonario trucho con el que le cobraban a la gente la cuota y se perdió el rastro de entre 85 y 100 mil pesos, les pedimos explicaciones y nunca las dieron, hay compra de materiales, tenemos copias de las boletas a un precio superior al promedio en plaza y al decir plaza me refiero a la librería, se supone que si compran al por mayor encima tendrían que tener descuento, todas esas cosas sucias, intentos de tercerizar, todo eso. Ahora agregaron otro gerente de personal y otro empleado de la intervención que se pone a cargo de la logística que no sé si los paga el hospital o el estado, pero no veo que sea la forma de reactivar el hospital produciéndole más gastos".

"Más allá de que nosotros sigamos manteniendo el planteo de nacionalización, estamos dispuestos a discutir cualquier tipo de salida, no es que estemos emperrados en esto, lo que sí, con esta intervención nos parece inviable cualquier tipo de arreglo, porque el dinero que entra no sabemos dónde va a parar".

Walter González

El doctor Walter González es el director general que puso la intervención, "es el operador del interventor Salvatierra" sintetiza Víctor, y cuenta cómo este personaje se dedica a intentar demostrar que en el Hospital Francés no está garantizada la atención de los pacientes: "González ha llamado preguntando por drogas que no se usan habitualmente, por suerte las tenemos, así que no puede aducir que no están. Sugestivamente ayer, día domingo, día de la madre en Argentina, donde hay muy pocos inspectores, aparecen dos inspectores a ver los residuos patológicos que tienen la denuncia de un particular. Obviamente, los residuos patológicos al ser contaminantes están en un rincón del hospital que la mayoría de los empleados administrativos ni siquiera saben dónde están porque no es su área. No sé como diablos puede un particular saber dónde están".

"González le ha dado ordenes a los jefes de guardia durante dos días de que vacíen de pacientes el hospital. Dado que no hay razones médicas, los responsables de la guardia se han negado a cumplir esa orden. Ayer han venido familiares de pacientes e inclusive algunos pacientes que están en condiciones de desplazarse, a hablar con medios para contar su propia versión. Uno de los pacientes contaba que le había llamado poderosamente la atención que mientras él veía por televisión el desastre que estaba haciendo la patota acá, a él lo estaban atendiendo normalmente, que no entiende cómo gente sin cobrar y bajo esa tensión nerviosa pueda mantener la atención. El secreto es que todos queremos este hospital y queremos seguir trabajando en él".


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Marcos

Después que lo cuenta, casi se disculpa, "es un caso personal" dice y yo pienso que al final todos parecen casos personales: "soy enfermero de terapia intensiva, tengo 17 años en el hospital, me falta una materia y presentar la tesis para la licenciatura y no me fui del hospital, porque son 17 años que no puedo tirar a la basura. Yo enfrenté al médico interventor adjunto y le dije que él no tenía las condiciones mínimas para mantener el servicio porque la gente moría y no había respiradores no había electrocardiógrafos, no había monitores, no había saturómetros. Me cansé del problema que había en el hospital, lo denuncié frente a los familiares de los pacientes y al otro día me despidieron. No soy delegado, pero aparecí en muchos medios, en fotografía de periódicos, muchas veces hablé en las asambleas, así que estaba marcado como un activista, creo que más que nada me despiden por eso".

"Acá si vos reclamás tu sueldo, si vos reclamás los nueve años de aporte que no te hicieron sos un zurdo, un piquetero loco. Y si vos no reclamás, cerrás las piernas, laburás como bruto sin decir nada y después te dejan sin laburo, sos un buen laburante, esta es la cuestión".

El fideicomiso

La idea del fideicomiso - cuenta el diario Página 12 - surgió en la Superintendencia del Seguro de Salud que conduce Capaccioli. Se trata de una figura jurídica para obtener fondos y se presenta como una variante para que el dinero que ingrese no vaya al agujero negro de la quiebra. Según la nota, los fondos provendrían de la Nación, de la provincia de Buenos Aires, a través del Bapro - otra vez el Bapro - de empresas francesas como Carrefour y Peugeot y hasta del propio gremio de Sanidad, que en palabras de uno de los trabajadores "desapareció", porque "hace más de un año que estamos en lucha y en ningún momento aparecieron y cuando aparecieron, antes de que saliera el subsidio que los trabajadores logramos, ellos proponían un plan trabajar, 150 pesos por mes, así que imaginate".

Obviamente, la propuesta despierta desconfianzas, pero a la vez, los trabajadores buscan denodadamente una solución al conflicto para que no haya despidos y se cobren los salarios. El delegado Víctor Garay, lo resume así: "queremos que se vaya la intervención, queremos que se reintegren los despedidos, ver cómo es el tema de cobro, porque ellos hablan de fondo fiduciario, bienvenido sea, pero lo único que tenemos en claro es que la nación pone plata, la ciudad están viendo si pone, que el Banco Provincia pondría plata y que están viendo si algún particular o alguna empresa privada pone plata. Todo muy en el aire. Ellos quieren que el fondo fiduciario lo siga manejando la intervención. Nosotros planteamos como gesto de buena voluntad, que si logramos un acuerdo de que se retire la intervención, se reintegren los despedidos, y se nos den con más claridad plazos de pago a través de un fondo fiduciario, estamos dispuestos a levantar el paro por 72 horas para que podamos negociar en un clima de mayor tranquilidad".

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