Crónicas Curturales

Umberto Eco en Apocalípticos e integrados apuntaba que el mayor logro de Súperman había sido su doble personalidad, Clark Kent era la máscara con la que el lector medio se identifica, y que funciona como puente entre el lector y el superhombre. Nippur de Lagash, "el errante", "el incorruptible", no necesitó de ese ardid publicitario para entrar a la piel de los lectores, ya que no se trataba más que de una persona normal sin mayores habilidades que su entrenamiento en el arte de la guerra por haber sido hijo de un general del rey de Lagash, allá por mediados del siglo XXIV AC.

por Maytland Goyeneche

Nippur y un episodio cuestionable

"Historia de una vieja rebelión" D'Artagnan 344 enero de 1975

Eso y una gran inteligencia, un humanismo desbordante, su poco apego por el poder, y lo más importante, era un filósofo, un sabio. Y demás está decirlo, todos los lectores de comics, salvo lo de gran guerrero, compartimos esas virtudes, incluso podríamos ampliar el círculo al resto de los mortales que no leen comics, a los que solo ven películas, a los que son doctores y mecánicos de autos, los maestros y la totalidad de los adolescentes...

Acerca del título

El episodio "Historia de una vieja rebelión" de la serie de Nippur se publicó en la revista D'Artagnan 344 en enero de 1975. Dejando de lado la valoración adjetiva-subjetiva sobre Nippur como historieta integral, como personaje y como baluarte del ser nacional, ya que como Mafalda, como Patoruzú, como Inodoro Pereyra es un personaje que ha trascendido las fronteras del papel para ser ícono de la argentinidad, como el mate, como el gol de Maradona, como tantas otras "maravillas".

Sobre los personajes

Nippur de Lagash fue creado por Robin Wood (guionista) y Lucho Olivera (dibujante)en 1967 en la revista D´Artagnan 151, editada por la Editorial Columba. Aproximadamente 449 episodios y 31 años de publicación.

Llegado a este punto me veo obligado a reconocer que Nippur nunca fue santo de mi devoción, siempre me pegaron otros personajes: Gilgamesh, el inmortal, o Jackaroe, el cowboy solitario desclasado. O Dax y sus contingencias por la manchuria agreste. O Mark y sus mutantes. Ni que hablar de Grace Henrichsen, la espía que amó a Dennis Martín, el espía experto en lanzar cuchillos y enamorar mujeres durante la guerra fría. Y no olvidarse de Dago, El Cosaco, Helena, Mi Novia y Yo, Or-Grund, Pepe Sanchez, Savarese, Wolf y alguna que otra maravilla que ha sabido, y con creces, hacer más felices las solitarias tardes de preadolescencia, adolescencia y temprana juventud de quien hoy escribe esto con la autoridad que le otorga el haber soñado despierto alguna vez con ser inmortal, tener los ojos brillantes y ser un experto del kung fú, enamorar a esa rubia autosuficiente, matar mutantes, hacer justicia en el lejano oeste, trabajar en una redacción de una revista, luchar contra los monstruos atlantes, ser legionario francés, dormir entre lobos y hasta con ser hincha de Chacarita (ni eso pude...).

Vayamos al grano

La historieta "Historia de una vieja rebelión" ha sido publicada en la Biblioteca Clarín de la Historieta en el especial sobre Nippur (abril del 2004), tal vez uno de los pocos aciertos de esa colección tan empeñada en desconocer ciertas leyes básicas como la diagramación original de lo que ellos republican. No ha sido así en esta ocasión y sea tal vez el de Nippur el mayor acierto. Aquí el principiante tendrá oportunidad de conocer al errante incorruptible en una selección histórica de muy buen tino donde se puede apreciar desde su nacimiento en 1967, su apogeo creativo según pasan los años y su decadencia formal hacia la década de los '90, la década decadente.

La historieta comienza con las reflexiones de un sumerólogo que cometa lo difícil que es para alguien de tan extraña profesión hacerse comprender para el resto de los mortales. Algo similar que sucede con los que leemos comics (la analogía no es una relación arbitraria que se me ocurriera a mí, solo es un dato más de todos los que andan por ahí). El señor este comenta con una señorita, que presuponemos su secretaria, que ha reunido una buena cantidad de tablillas históricas donde se relatan las aventuras del príncipe Nippur (su héroe favorito) pero que ha llegado a sus manos una serie de tablillas muy interesantes que estarían escritas de la propia mano del príncipe. Y a continuación pasa a leernos la historia directamente de las tablillas que escribió Nippur allá lejos y hace tiempo. El procedimiento formal de situar la acción en el presente para luego saltar al pasado en que se desarrolla la historia (la serie de Nippur siempre se desarrolla en la época de Nippur) no es un genial invento de Wood, pero sí es todo un hallazgo tratándose de una historieta que viene contenida en una revista que se caracteriza por su rígida política editorial de no pasarse un gramo de la convención. Luego Wood usaría este recurso para otra historieta de Nippur, La columna de los buitres, pero esa es otra historia (aunque no tanto).

Por último señalaré al respecto que es impecable la manera de encadenar la historia del presente con la del pasado, con el sumerólogo leyendo las tablillas en una viñeta rectangular que va de lado a lado de la página seguida de otra de igual proporción donde está Nippur escribiéndolas, pasando del presente del que lee la historia (el sumerólogo, nosotros) al pasado del que vivió la historia (Nippur).

La historia del esclavo La que nos cuenta Nippur es la historia de Idi-Narum que cuando tenía nueve años cayó esclavo en las manos de los hombres de Uruk. Nippur estaba con su amigo Emmeruk que iba a comprar esclavos y se lo llevó porque estaba en oferta, aparte de que se veía fortachón. "¡Cinco piezas de oro! ¡es suyo, hijo de Samás!" exclama el vendedor de esclavos dándonos a entender que es un hueso duro de roer y que no se avecinan tiempos pacíficos en las páginas que siguen. La cosa es que Idi es un rebelde que no se banca ser esclavo y arma alboroto entre los demás esclavos:

esclavo flacuchento:"- somos esclavos, los dioses así lo han querido"

Idi-Narum:"-Los dioses están muy alto y ven mal lo que ocurre aquí. No hay dios que haya forjado yugos"

entonces el amigo de Nippur decide terminar con el insurrecto y cuando lo manda a matar aparece la hija que se lo pide de jardinero, ya que evidentemente quería que alguien fortachón le riegue la margarita. Y como no podía ser de otra manera después de algunas viñetas en que se van desarrollando la relación de amor- odio entre Idi y la hija del amo, y mientras se ve el accionar de Idi como agitador político entre sus compañeros esclavos, sucede lo que tenía que suceder: Idi-Narum no solo se enamora con Ininna (la hija del amo) sino que es descubierto in fraganti por el padre de ésta provocando la irremediable sentencia de muerte sobre su cabeza, pero los demás esclavos al ver eso entran en rebelión y se sublevan haciendo desastres, matando a todos los dueños de casa, incluyendo a Ininna y su padre. Claro, Idi-Narum no pudo hacer nada ya que estaba atado y a punto de ser cortada su cabeza. Nippur tampoco pudo hacer nada ya que estaba de visita en lo de unos amigos y se enteró de todo cuando volvió.

Sigue la narración de lo que pasa con los sublevados, su violento accionar, la incorporación de otros esclavos a su pequeño ejército de libertarios y, quizás lo más importante, la incorporación de "bandoleros, fugitivos, los malditos que buscan el botín fácil y los dementes que buscan sangre." (Pero lo cierto es que en ningún momento de la narración se le llama ejército de libertarios, apenas "amenaza" y en el mejor de los casos "rebeldes".) La acción continúa con las matanzas de ricos para liberar esclavos.

Luego la desazón de los esclavos liberados que deben luchar demasiado por la libertad. Idi trata de convencer a uno de los esclavos liberados y recibe los argumentos de hierro que a esta altura ya sospechamos no solo argumentos del ex-esclavo sino también de Nippur, Wood y hasta de nosotros mismos: "Se lucha solamente por llenar el estómago. Y el de los esclavos está lleno mientras que nosotros masticamos dignidad, digerimos dignidad y nos morimos de hambre y dignidad." ¿Más claro? Pasale Blem.

Es destacable también la capacidad de organización de Idi-Narum para lograr sus objetivos, quien a esta altura sólo le faltaba barba y una boina calada con estrellita roja en el frente y un habano. Ante el requerimiento de qué hacer sin provisiones la respuesta es contundente: "No sé".

Entonces "Las Ciudades" decidieron acabar con la amenaza (nótese, son las ciudades y no los dueños de esclavos) y mandan ejércitos para exterminarlos. Un general de estos ejércitos contacta a Nippur, que hasta entonces y durante todo el episodio se mantendrá neutral, para que hable con Idi-Narum para que se rindan para evitar inútil derramamiento de sangre. Nippur habla con Idi y recibe una disertación acerca de la inutilidad de las cosas y que se vaya que él va a luchar hasta el fin. Dice que si se rinde hasta su muerte será inútil, lo que no aclara es porqué. Así es que en dos páginas de muy jugado diseño por Lucho Olivera (algo que luego desplegaría en todo su esplendor en las páginas de Gilgamesh, el inmortal) Idi- Narum es vencido y tomado nuevamente prisionero negándosele así hasta una muerte heroica que habría servido aunque sea para terminar como un canto a las causas perdidas, pero ni eso, pobre Idi-Narum.

Para terminar cierra la historia de Nippur en el recurso inicial inevitable, perfecto, encadenando dos viñetas simétricas con Nippur escribiendo sus últimas reflexiones y el sumerólogo leyéndolas. Después en unas viñetitas más para ir cerrando la historieta el sumerólogo se queda pensando en Nippur y una melancolía lo invade pensando en ese hombre tan lejano y que sin embargo siente su amigo. Chin pún.

El mensaje

La mencionada historieta data de enero de 1975. La editorial Columba se ha caracterizado más que por la falta de referencias históricas por su compromiso con negar todo lo que sucediera puertas afuera de la realidad del papel de las revistas, después de todo se trataba de historietas, mero entretenimiento para las clases populares, que los intelectuales, sabemos, leen libros que son más serios. Pero el problema es que los artistas no pueden, a veces, escapar al contexto que los cobija. Sin ir mas lejos este episodio de Nippur puede ser leído como un alegato contra la guerrilla que actuaba en el país en esos tiempos. Subversivos y rebeldes eran términos que estaban a la orden del día. Podrán alegar que solo se trata de una historieta y que no tiene nada que ver con eso, pero sería pecar de ingenuos suponer que la realidad es algo que sucede al margen de lo que se haga en ella. Y por otro lado la metáfora es evidente: los esclavos "violentos", "subversivos", "rebeldes". Aunque falta una pata de la historia: la triple A, Lopez Rega, Isabel, Lorenzo Miguel... Solo tenemos por un lado las gentes que viven en las ciudades, que como era costumbre en esa época, tenían esclavos. Y por el otro los esclavos que siembran destrucción en pos de la libertad, que después de todo no era algo que los dueños de esclavos negaran tan rotundamente, ya que "la mayor parte de los esclavos eran bien tratados. Vivían bien y luego de cierto tiempo podían comprar su libertad.¿Porqué arriesgar esa tranquila seguridad por una locura de espadas, hambre y muerte?". O sea, no era tan malo ser esclavo, tampoco es tan malo ser obrero, y menos aún en el marco de una democracia en la que incluso te podés convertir en millonario o playboy como le ocurrió al mismísimo Robin Wood.

Nippur:"No es la historia de una gran rebelión. No hubo mucha gloria o mucha proeza, eso sí, como en todo hecho humano, mucho error, mucha torpeza y mucho sudor. Casi nadie recuerda esa pobre rebelión. Tal vez yo soy el único. Tal vez no quiero que la olviden, porque si las pequeñas rebeliones son olvidadas, irán creciendo de volumen y un día destrozarán nuestro mundo y harán temblar a los dioses en sus lejanas moradas. Yo, Nippur de Lagash, he relatado esta historia para que los hombres no olviden". ¿Qué es lo que no debemos olvidar? ¿Qué no debemos alterar el orden de las cosas porque sino los dioses se van a enojar? En estas últimas sabias palabras Nippur anticipa algo que se veía venir, aunque no por olvidar estas pequeñas rebeliones, sino justamente por lo opuesto, para evitar que estas "pequeñas rebeliones" tomaran proporciones de auténtica relevancia los dioses instauran, apenas un año después, la dictadura militar con el saldo ya conocido de, entre otras calamidades, 30000 desaparecidos, que no eran precisamente ni 30000 esclavos enardecidos ni 30000 guerrilleros salvajes, bandoleros, malditos que buscan botín fácil o dementes que buscan sangre.

La moraleja

No es muy difícil aprender la enseñanza de Nippur: el orden de las cosas es algo que ya estaba dado cuando llegamos, y no es mucho lo que podemos hacer el respecto. Si todos tienen esclavos, no estará mal la esclavitud. En todo caso nos mantenemos al margen, ser un "errante" es más interesante que tomar partido por los rebeldes o por los dueños de esclavos. Eso sí, con el poder no te metas.

Después de todo alguien tiene que organizar la sociedad. Si el poder corrompe, es mejor ser un "incorruptible".

Abriendo el paraguas

Aquí solo he ensayado un análisis ideológico, exento de valoraciones positivas o negativas, pero no exento de ideología, ya que yo tengo la mía, y evidentemente, Nippur también tiene la suya, aunque no coincidan. No quieran leer en estas líneas que Nippur es una mala historieta, solo que este episodio en particular se puede hacer una lectura que va un poco más allá de la simple aventura que sucede en un lugar lejano en el tiempo y el espacio.

Buenas noches.


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