La desestabilización ya fue

por Miguel Espinaco

Reproducimos este editorial, leído en nuestro programa de radio emitido el sábado 27 de agosto de 2005.

Curiosa trampa, no?

Negar para decir lo que parece negado así, a primera vista. Como el que dice yo no estoy diciendo que te quede mal ese vestido, una forma de que quede dicho pero no, como quien dice no te estoy amenazando, te estoy advirtiendo, para que la amenaza caiga como pluma y no se note tanto el cachetazo.

Deben ser los modos elegantes que promete este país serio. No soy yo, es la ley, dice el presidente, aunque ahora el dicho ya no se diga así y ahora sea no soy yo, es la derecha, o sea todos los que son más malos que yo, los policías malos que te van a pegar si no cantás, si no te portás bien conmigo que soy un buen muchacho que te lo pide por las buenas.

La semana pasada, Kirchner se había despachado con aquello de la provocación.

Los piqueteros - esa gente que se quema más que nadie en este lugar a dos escalones del infierno que nos relata el presidente a cada rato - los piqueteros eran los provocadores.

Se refería, claro, a los otros, a los piqueteros que no son financiados por el gobierno, a esa gente sospechada de estar financiada por quién sabe quién, misteriosos enviados de "la derecha" quizás, o gente que se porta mal porque sí, que me están provocando a reprimir, che, que buscan un "gesto de autoridad" del gobierno.

La amenaza apenas se notaba, pero el tipo dejaba claro ya que si pegaba era culpa del golpeado, qué le vas a hacer?. Igual igual que en los casos de violencia familiar, es culpa tuya si te pego, no ves que me trajiste el mate frío?

Acá nomás, en Rosario, Cristina la candidata dobló la apuesta y habló de un plan oculto de desestabilización y después su marido dijo que había que dar nombres y dijo que Pati, que Duhalde y que Menem, y después Alberto Fernández lo agregó a Camaño y dejó correr la sospecha de que los que fueron a la Rural a entregar un petitorio están mezclados en el enjuague y que entonces eso justificaba los palos porque sí, porque "se pasan de la raya". Claro que a la raya la dibujan ellos, así que estamos jodidos.

Complicado enredo, tan enrevesado que a lo mejor no te diste cuenta que ya no tiene demasiada importancia si el plan oculto existe o no, aunque un muchacho tan educado como Bielsa aseguraba que ya iba a dar más nombres y aunque Monner Sanz se haya preocupado por llevar el tema a la justicia porque "ninguna campaña electoral vacía de ideas puede justificar superficiales maneras de referirse a temas de gravedad institucional mayúscula" y porque el presidente - curiosamente - se olvidó de hacerlo.

No tiene demasiada importancia si el plan existe o no, porque la desestabilización ya fue, ya sucedió ante nuestros ojos. En dos movidas y sin ocultar nada, el gobierno desestabilizó su propio discurso, le dio un autogolpe a la política que sus críticos habían llamado de "mano de seda" y estableció un estado de sitio a las manifestaciones populares.

Luchar porque al sueldo se lo morfó la devaluación o porque ciento cincuenta pesos por mes no alcanzan ni para ser pobre, movilizarse, protestar hoy - mucho más que un par de semanas atrás sin ir más lejos - es provocar, es ser cómplices de la derecha, es desestabilizar, es crear un clima de violencia, es convertirse en candidato al garrote del gobierno.

Ya se sabe que después va a resultar que eso de la desestabilización no tanto, que ya lo anticipó Fernández que trocó el plan oculto de desestabilización por el menos comprometedor concepto de "pacto de retorno al pasado", que es parecido pero no lo mismo pero que lo mismo es mentira, porque el gobierno que lo dice sigue siendo el pasado si son los mismos de antes los que gobiernan, si la pobreza sigue siendo la misma, si los grupos empresarios y los bancos siguen llenándose los bolsillos y la redistribución del ingreso es una promesa que ya recuerda aquella promesa del jamás visto salariazo de Menem, si el poder de represión del estado sigue sirviendo para agitar el dedo acusador contra los que se atreven a levantar la voz. Bastó ver ayer la movilización militar para cerrar el Puente Pueyrredón a los que siguen reclamando justicia para Kostecki y Santillán porque no la hay, el corte de calles realizado por la policía para que los desocupados no llegaran a la Plaza de Mayo porque queda feo que protesten, que muestren la miseria a los que miran por TV, si basta ver el abrupto giro discursivo desde el no voy a reprimir, pasando por el me están provocando, hasta llegar hasta el si se pasan de la raya...

Ya veremos si existe o no algún plan oculto de desestabilización preparado por Menem, por Pati y por Duhalde. El gobierno no se ha preocupado tanto por demostrarlo como por usarlo de parapeto mientras se cambiaba el disfraz.

Porque lo que por ahora sí hay, porque lo que sí es público y notorio, es el impúdico steap tease del gobierno de Kirchner, que ha decidido arrancarse violentamente los jirones que le quedaban a su piel de cordero.



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