Las quejas de la Pachamama

por Miguel Espinaco

La palabra "pacha" designó en un principio sólo un tiempo o edad del mundo, un cosmos o universo, para pasar luego a referirse a un lugar o espacio y a la misma tierra generadora de la vida, ya como un símbolo de fecundidad. Es actualmente la deidad suprema de los indígenas de las tierras altas del Noroeste, de Bolivia y de Perú. Al parecer, su importancia creció al absorber a muchas deidades locales. (Mitología Argentina).

Cada mediodía, la pantalla del 13 lo muestra a Enzo Volken que se las sabe todas sobre las cabezas de ganado ingresadas en los mercados bovinos, sobre la lluvia caída en cada pueblo de Santa Fe y sobre los precios de la soja en Chicago. Por si usted no tiene el privilegio de ver el noticiero santafesino, le cuento que el tipo es el mismo que le canta los numeritos y le anuncia que el pozo casi siempre vacante del quini 6 resultará en un pozo acumulado de un montón de millones para la próxima jugada que es siempre promesa pero eso no importa, ahora no importa, porque lo que le iba a decir es que fue don Enzo el primero en el que observé una curiosa costumbre, un giro casi mítico para hablar de la gente hablando de las cosas.

Después me di cuenta que el asunto no era cosa de él, pero fue a él al que le escuché decir antes que a nadie que el campo pide, que el campo está preocupado, que el campo reclama, que el campo presiona, cosas así que me hicieron pensar que los dioses se han transformado en deidades modernas que recurren como taparrabos de otras cuestiones mucho más terrenales.

Fíjese usted que los trabajadores del subte reclaman, que los docentes piden, que los médicos están preocupados, que los piqueteros presionan. Los empresarios del campo no, el campo es quien. Cosa de locos.

Las cosas y los cosos

El campo no se resigna y sigue reclamando
El campo pide rebaja de impuestos
El campo, asfixiado por las retenciones
"Fuerte malestar" del campo por las retenciones
Más presión del campo por las retenciones.
Polémica por retenciones al campo
(titulares de diarios diversos)

A usted le parecerá nada más que un giro idiomático pero está rebueno, porque así ellos logran desaparecer, no ganan plata, no existen, las discusiones no los tocan porque ellos no son, las que son las cosas, en este caso el campo, la tierra generadora de la vida.

Si el campo se mecaniza debemos (debemos, dije) ponernos contentos porque le va bien al campo. Los tractores, las camionetas, los camiones y las maquinarias están a nombre de ellos, forman parte del capital de los empresarios del campo pero que no se note porque el que se mecaniza es el campo, el que se capitaliza es el campo, alabado sea.

Por qué digo nada más bueno si es brillante. Como el campo es una cosa, logra que el ministro Ceretto lo represente rogando por su suerte pero los docentes (para dar un ejemplo nomás, ahora que se habla de huelgas y otras discusiones) los docentes que son gente no, no tienen a nadie en el gabinete que se atreva a defenderlos: el estado es de todos, dicen, ¿qué quieren? ¿que resignemos la obra pública?

Los cosos se esconden tras las cosas y entonces los maestros los pierden de vista, no entran en su campo de visión. Discuten con Obeid que no hay plata en el presupuesto que hay plata en el presupuesto que te digo que me contestás, pero nadie se mete con el campo, sujeto predicado al que nadie en su sano juicio le discutiría nada.

Es una pena porque si hicieran un par de cuentas notarían que los muchos maestros y profesores que hay en la provincia recaudan en sus planillas salariales unos 1.600 millones de pesos al año, apenas un ocho por ciento de lo que recauda el campo solo por sus exportaciones, con las que embolsa unos 20.000 millones. Y el campo es uno solo, uno solito, aunque detrás de la cosa campo, pachamama renacida para el mundo del capital, haya un puñado de cosos que se llenan los bolsillos.

Exportaré y tendré millones

Se la describe como una india de muy baja estatura, cabezona y de grandes pies, que lleva sombrero alón y calza enormes ojotas. Vive en los cerros y a menudo la acompaña un perro negro muy bravo. La víbora es su lazo, y el quirquincho su cerdo. Carga a veces petacas de cuero llenas de oro y plata. Es celosa, rencorosa y vengativa, pero si alguien le cae en gracia lo favorece. Cuando se enoja, manda el trueno y la tormenta. (Mitología Argentina)

El campo es gritón y se queja, exige la atención de los mortales para culpar al Estado (la revista Nuestro Agro, vocera del dios campo, lo llama irónicamente "el gran socio") que se le lleva hasta la mitad de sus ingresos en impuestos.

Resulta que siempre el campo se quejaba, pero después del fin de la convertibilidad le aplicaron unos impuestos casi nuevos llamados retenciones que gravan el 23,5% para la soja y el girasol y el 20% para el maíz y el trigo. Es cierto también lo que usted dice, eso de que los precios se triplicaron porque el audaz campo vende en dólares, pero no se olvide de que hablamos de una deidad poderosa e insaciable que no tiene por qué andar soportando a ningún gran socio que le comparta el ingreso.

Es verdad que en 1998 el campo santafesino había exportado por unos 4.200 millones de pesos y en el 2004 anduvo cerca de los 20.000, así que si sacamos la tajada que se llevan las retenciones todavía le quedan unos 16.000 millones de esos pesos con los que usted paga en el supermercado. Es verdad que llenaría muchísimos carritos. Es verdad, sí, que es muchísima plata. Es verdad que impresiona un poco......

¿Como? ¿que a lo mejor que el campo no tiene derecho a quejarse tanto? ¿no le parece algo temerario meterse con la diosa rencorosa y vengativa? ¿no se da cuenta que es una falta de respeto meterse con la tierra que lo parió?



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