Cromagnon: como anillo al dedo

Por Daniela Pierotti

Si yo fuera chivo, sería Chabán... el chivo perfecto

A partir de República Cromagnon se sucedieron casi agazapadamente una serie de hechos y de resoluciones, a modo de pequeños y rápidos desenlaces, que nos alejan hoy, al momento de escribir esta nota, de un análisis minucioso del trágico y nefasto momento del hecho en sí, de sus factores y sus desencadenantes, innumerables y a la vez conducidos por dos o tres líneas que convergen en la mentalidad del sistema y de su estrategia de meternos en la cultura de la imprevisión.

Sin demasiadas vueltas, en un país de gobiernos caracterizados por la burocracia en el desempeño de la justicia, es decir de los procesos legales para resolver todas las cuestiones que tienen que ver con los derechos y deberes de los ciudadanos, a un mes y una semana de la tragedia, con cifras ajustadas de las víctimas, se resolvieron varios puntos. Chabán está preso, como el exponente de la máxima corrupción empresarial, coronado por la imagen prolija del detestado: el empresario corrupto, el falopero, desagradable, el que cumple con todos los requisitos del chivo de siempre, que hay que encontrar y rápido, el que tiene en su frente todos los índices señalándolo... "porque se lo merece", pero: y el resto?

El resto responsable queda en una discusión convergente desde distintos puntos de vista. Ibarra. Los inspectores... el Sistema. La Sociedad... los sucesivos gobiernos. Si tendríamos que elegir nos quedaríamos con un poco de todos, unos con más, muchas más, responsabilidades que otros, o quizá fagocitando responsabilidades distintas.

Las cosas que se dicen sobre Cromagnon, nos revuelcan a los santafesinos, inevitablemente, en el lodo negro que nos dejó la Inundación del 2003. Los paralelismos y las diferencias son muy tangibles y podríamos aquí dar una larga lista detallada. Pero bastaría con considerar que en lo sucedido en Santa Fe, sobre lo que hemos escrito mucho en este medio, cualquier chivo expiatorio humano posible y capaz de señalarse por la ciudadanía recaería sí o sí sobre al menos un funcionario público, artífice del gobierno provincial. Como el manejo fue complejo y las versiones de lo ocurrido distorsionadas desde ese lugar, el chivo terminó siendo de otra índole: terminó siendo la madre naturaleza, es decir, la culpa fue del Salado, de esta catástrofe "natural". En el inconsciente colectivo de los santafesinos esa es una culpa que no se puede ajusticiar, ¿le vamos a cobrar fianza por daños civiles a un río? El segundo chivo, bien pudo haber sido Álvarez, de hecho lo fue, no Reutemann, sino el intendente inútil que habló varias horas por radio, que ni siquiera se puso a hacer una lista de evacuados a mano... sin embargo, terminó siendo demasiado inútil como para defenestrarlo. Chabán, lejos de inútil, es la imagen que se concibe del "capitalista perfecto", diría un amigo: empresario corrupto, evasor de impuestos, aliado al poder político, ese que pone mucha guita durante la campaña del que le va a permitir mantenerse vigente en la ilegalidad...

Las marchas

Uno piensa que es Capital, Buenos Aires, que decenas de miles de personas manifestándose es algo de rutina... que en cuestión de proporciones, corresponde. Ahora bien, genera sospecha la rapidez con la que se siguieron las marchas, la prontitud quizá no de la primera, impulsada por la bronca, el desasosiego, el grito, la impotencia. Pero desde la segunda hasta ahora, la cosa fue cobrando tonalidades que generan mucha sospecha de manipulación. En las que hubo disturbios, las primeros piedrazos salieran de familiares de las víctimas, quizá de aquellos que jamás habían ido a una marcha. Hubo un gran intento porque no existiera representatividad partidaria ni política en las mismas. Sucede que no hay banderas, pero la gente es la misma, los distintos grupos de siempre, y en consecuencia, los grupos agitadores y los parapoliciales, encuentran en esta circunstancia de estar sin banderas, de pasar como "nadies", como número, la oportunidad apropiada para ubicarse junto a determinados sectores: justamente, a la par, detrás de los familiares... Estratégicamente agitando a los que nunca... Y no son marchas menores dentro de las grandes marchas porteñas... no lo son.

El pretender representarse a uno mismo en una marcha, a su propia ideología, en forma anónima, es algo irreal. Es como decir que el PC, el PCR, el PTS, etc., van a ir sin bandera y por eso van a dejar de cantar los cánticos de siempre... Los cantos que preponderan son perfectamente identificables para los que tienen "trayectoria" de marchas... Pareciera que los que quedan a expensas de y los que generan los disturbios son los mismos que antes del inicio de las marchas reúnen a todos y por megáfono se encargan de recomendar y de convocar a una nueva marcha "sin violencia, compañeros, esto no tiene que ser una marcha más"...

Caracterizar o decir qué significa la manifestación argentina en estos términos, es un punto a considerar y a poner en el foco del análisis también. Qué significa nuestra manifestación y qué tiene verdaderamente de popular, y si lo tiene, qué nos define como pueblo, cuando esto, desgraciadamente, es un punto que ha servido para la manipulación de muchos, por partidos de extrema y por los mismos entes de seguridad, para restar en lugar de sumar... para dividir más en vez de organizar... para confundir desde patrones sectarios, mezquinos, que reproducen el mismo esquema de poder que el gobernante.

La legitimidad de la lucha popular argentina, puede verse en crisis, hoy por hoy. Y no es sólo por lo conflictivas, internamente, de las marchas de Cromagnon, o las marchas por las Inundaciones en Santa Fe, cada vez más sectorizadas y minoritarias, no es por las características de las marchas que siguen andando en sí, es por lo que las sustenta, un espíritu que lejos de un objetivo común, claro, como lo fue el estallido del 19 y 20, tiene las connotaciones propias de las instituciones que nos componen, o nos descomponen, de los grupos aggiornados, de lo que se aleja de una conciencia popular, que quizás sea esto, pero que ciertamente no es lo que pretendimos en algún momento del 2001 de nosotros mismos como país.

Una interna que no existe

La pompa de la interna de la Legislatura, Ibarra - Macri, aunque muchos aseguren que esto a Macri le vino como anillo al dedo, no es tan así. Hay algo en el poder, entre contrincantes, que involucra siempre algún acuerdo, alguna alternativa media, que deja bien parados a ambas partes, que se conoce como "repartija del poder". Esto quedaría en un plano medio, entre la demagogia de Ibarra pidiendo que la ciudad decida si se queda o se va, y Macri zapateando porque no se vaya y lo deje en banda con los acuerdos que seguramente habían arreglado para este mandato.

De todas maneras, al margen de especulaciones, lo oportuno de Cromagnon no pudo haberlo sido tanto, sin un eje de conducción política al borde del abismo, es decir, lidiando entre arreglos con los empresarios que son quienes verdaderamente conducen el país. Esto, creo que es lo que no se nos puede perder de vista, cómo los grandes negociados son los que deciden el presente y el futuro de todos, hasta el grado de que ir a un recital puede significar que te mueras, o que se muera tu hijo. Eso, lo decide un grupo limitado de personas.

Amén de esto, y quizá como contracara, es cierto también que no estamos acostumbrados a ser previsores... ni cuando bajamos de un colectivo antes de que frene, ni cuando vamos a un boliche que sabemos no tiene salida de emergencia... menos somos conscientes de los posibles incendios, no somos un país acostumbrado a los incendios, ni siquiera somos previsores de las inundaciones, aún sabiendo que somos una ciudad propensa, construida sobre el agua... ni hablar. Pero, lo que quiero decir, es que, si tuviéramos la conciencia real de que no existe un estado protector que responda por todo esto, si tuviéramos la conciencia de que no es real eso de que el estado conductor es previsor, que responde a nuestra seguridad y garantiza nuestro bienestar, quizá seríamos más previsores en nuestras decisiones, en nuestros actos... y Cromagnon hubiera sido un fracaso en número el día del recital de Callejeros, y no hubiera sido esta tragedia.

Quiero decir, que hasta qué punto funciona en nuestra cabeza el hecho del no entender, del no oír, que los intereses del gobierno responden a los intereses empresariales, hasta en el diseño de una ciudad, que nos lleva a concebir hechos delictivos como catástrofes naturales y asesinatos colectivos como irresponsabilidad o negligencia de alguien (Chabán, Ibarra, algún otro, el pibe que encendió la bengala...) y no a asumir que el modelo funciona así, y que esta masa de personas muertas o heridas forma parte de las tantas masas que se consume el sistema: desnutridos, víctimas de la violencia callejera, militantes sociales muertos en marchas, piqueteros perseguidos, etc.

Lo ilegal de lo legal, desde ahora más ilegal

El circuito permanece. La payasada del jefe de estado de reunir a los empresarios y ajustarles las tuercas tuvo su lugar, porque tenía que ser. Un poco de apriete y luego las inspecciones seriadas en todas las provincias en busca de los evasores, de los bares truchos, de los pubs fuera de reglamento... hasta en las ruinas Machu Pichu...

Ahora bien, quisiera retomar dos opiniones. La primera de Hugo, quien vive en Buenos Aires, que participó de las marchas, él conversaba conmigo y me decía que desde que pasó todo esto, con tantas marchas en medio, con tantos reportajes a Ibarra, y tanta manija, dejando a un costado el profundo dolor de los familiares y amigos de las víctimas, sin siquiera arrimarse a ese análisis por una cuestión de no abordar ese aspecto tan delicado y difícil, decía "no escuché a nadie del gobierno, no escuché ninguna medida desde el gobierno que esté dirigida a facilitar que se puedan habilitar los boliches, los bares... porque, si hay tantos truchos por algo es. Digo, que aún los que están habilitados seguramente no sea porque tienen todo en regla, porque te piden miles de requisitos, sino que seguramente tuvieron que coimear al inspector para que les diera la habilitación... mientras que los otros, los que funcionan sin estar habilitados, seguramente son los que no tuvieron el mango de los grandes para coimear... truchos son ambos, los habilitados y los que no, pero es por algo, algo que viene mal desde hace tiempo en el sistema...".

Hugo denominaba a esta situación "lo ilegal para llegar a lo legal"... algo que tiene un trasfondo ligado directamente con el sistema de inspecciones, que son personas, acostumbradas a alimentar esta corrupción, son como el pasaporte, el ojo de la aguja que hay que atravesar, y son los perennes: los representantes del gobierno van cambiando, los inspectores, el modelo de inspección, siempre queda, se recicla, emparentado con los personajes perennes del gobierno, que son menos, pero que se siguen moviendo en la esfera nacional y provincial.

Flavio, de Santa Fe, me contaba lo que significó Cromagnon después, a lo que dio lugar, las medidas que se tomaron después, enseguida. Como dueño de un bar que tenía todo en orden, se vio en la situación actual de que al modificar los requisitos de habilitación, le pidieron demasiadas cosas, que conllevan un alto costo económico, y que son innecesarias, o quizá una exageración para la vida de un bar común y corriente de esta ciudad, la cantidad de gente que concurre a él, aún previendo lo peor. Me decía que muchos bares que estaban habilitados y que cumplían con todo "ahora los cerraron porque le faltan un par de requisitos nuevos...", que "no tuvieron ni siquiera la lucidez de dar un plazo a los que ya estaban habilitados para ponerse al día. Los dueños, que no son peces gordos, están muertos, repuntan en verano acá, y están muertos... Salieron escrachados en una lista en el diario, algunos bien escrachados, porque están hasta la manos, siempre se supo de algunos pubs acá que eran un desastre... no hablemos de detectores de humo, hablemos de matafuego, ni eso, y juntan mucha gente... Pero todo esto trajo algo que no se podía evitar, y que va a seguir siendo así, que va a ser peor y que era el punto justamente a aprovechar a cambiar: si tu pariente es jefe de inspectores zafás, si tenés dos lucas para coimear zafás, ahora tenés que tener un poco más... se encareció el circuito, con lo que los de siempre se engordan las arcas, el resto está muerto... yo no sé hasta cuánto me van a aguantar para ponerme al día con todo... pero el tema era ya, ya".

Nada de conclusiones

Más que conclusiones, lo que queda abierto son las discusiones, las indagaciones... De todas las opiniones que rondan la complejidad de Cromagnon, de los análisis, creo que uno de los puntos es ése, que todas rondan, por el borde, y que comprender, o penetrar, en esta complejidad, significa adentrarnos en la cara más cruda del sistema que algún día dejamos entrar o nos obligaron a hacer entrar en nuestra casa, en nuestro cuarto, en nuestra cama, en nuestra vida.

Y quizá con eso, tampoco nos alcance.



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