¬ Página Anterior Ir a la Portada Página Siguiente ®

Seguro y Delfina de Diciembre

    Niño mi niño vendrás en primavera te traeré, gurisito mío, podrías haber sido más chiquito que te parió, y quien te parió es la mujer que elegí y que me eligió para traerte al mundo y juntos vamos a cuidarte y quererte en partes más o menos iguales.

    Eso de tortita de manteca para mamá que te da la teta y tortita de cebada para papá que no te da nada es un invento feminista porque papá va a tener que trabajar como un burro para comprarte pañales geriátricos porque los pañales normales no te entran, y mamá no se va a poder levantar de la cama por el post operatorio, la cesárea que le tuvieron que hacer para que salgas, pedazo de animal, fue de veinticinco centímetros. Tu madre, tan chiquita, tan frágil (frágil las pelotas dijo cuando leyó esto).

    Llegaste después de nueve meses de espera y un accidente, porque, como hace casi todo el mundo, no planificamos tu venida. Un espermatozoide hizo lo suyo con un óvulo y cual sea monkey creciste en el vientre de tu madre y hubo que sacarte abriéndote paso a golpe de bisturí.

    Naciste con los ojos abiertos como preguntándonos por qué, y claro, concebir un niño en este país de mierda es un acto de egoísmo extremo. Quizá nos convencieron con eso de que para realizarse en la vida hay que escribir un libro plantar un árbol y tener un hijo. A mí me falta plantar un árbol y en homenaje a ti, querido animal mío, plantaré en poco tiempo una semilla de sequoia en el patio de la casa de tu abuela que está muy contenta con tu llegada la vieja, que creía que se iba a morir sin tener nietos porque a ella también le da por la explosión demográfica como a casi todos. Si seguimos así no vamos a entrar y más si siguen naciendo niños de tu tamaño, seis kilos novecientos el muy bestia.

    Espero que crezcas sanito y que me quieras porque si no te agarro a trompadas y que quieras a tu madre a pesar de haberse arrepentido de tenerte, pero bueno, no deja de ser tierna la imagen: tu madre amamantándote casi no se ve abajo tuyo pero sonríe, orgullosa, porque logró lo que casi toda mujer espera, ser a través de su descendencia.

    Te quiero hoy, dentro de veinte años no sé. Si tú no me quieres en el 2024 la culpa será mía. Pero no te preocupes porque no se si llego.

Libertad a Seguro


    Hubo que debiera haber existido un hombre que podía olvidar y recordar todo a voluntad.

    Evaristo Salazar era obrero de la construcción y gozaba plenamente de sus facultades mentales como lo hicieran sus contemporáneos a quienes no les chiflaba el moño.

    Un día Evaristo decidió que olvidaría un acontecimiento vergonzoso y lo hizo, pero como no se acordaba que lo había olvidado siguió su vida normalmente. Repitió este procedimiento muchas veces sin advertir que era extraordinario.

    Un día estaba al cuete y decidió leer un libro que por una serie de fortuitos acontecimientos se encontraba a mano, el libro lo cautivó por completo y le pareció que sería muy bueno no olvidarlo nunca porque el contenido y la calidad de la literatura que vivió fueron tan notables que nunca lo olvidó. Una tarde en la obra se le ocurrió rescatar de su memoria este libro y lo hizo literalmente, palabra por palabra recordó lo que había leído y repitió aquello con maestría de avezado orador, cautivó a sus compañeros al punto de arrancarles sinceros aplausos.

    A partir de ese momento su vida dio un vuelco, se cayó de un andamio y se hizo mal. Físicamente no quedó tan estropeado pero su memoria fotográfica sufrió una merma notable porque quedó amnésico, pero aprendió todo otra vez de vuelta porque sus compañeros lo ayudaron y con Evaristo Salazar a la cabeza formaron un partido político que ganó las elecciones generales en primera vuelta, rescataron al país de la crisis, modificaron leyes, y le cambiaron la cara a todos. Tanto y tan bien administraron la economía que a todos les alcanzó para comprar todas las porquerías que los chinos les vendían.

    No compre importado. No compre nacional. Compre el libro que vamos a publicar.

Libertad a Seguro y a Delfina

    Nota de los editores: El libro mencionado es solo un proyecto ideado por los autores para solventar los gastos de la crianza de Federico Sergio, cuando salga les avisamos. Por ahora se aceptan donaciones.

    Esperamos que sepan disculpar tan desembozado mangazo, gracias.


      Alpiste
      creciste
      y tu madre
      no estaba ahí.

      Ajoderse
      si tu padre
      te explicó
      lo de la semillita
      y no lo entendiste.

      El tiempo es una ilusión
      estar o no estar
      es el problema
      ya sabés
      no todo lo que se quiere
      se puede.

      Los padres somos así,
      si no nos ves
      no estamos
      pero ya venimos.

      Delfina Contreras, del libro inédito "Puta madre".



Opiná sobre esta nota
¬ Página Anterior Ir a la Portada Página Siguiente ®