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"Tierra y Libertad"

Por Enzo Vicentín

     Tal vez un poco olvidada dentro de las revoluciones que marcaron nuestra historia, la Revolución mexicana iniciada en 1910 es un proceso que merece una revalorización en la actualidad, dentro de un marco latinoamericano de resistencia. La memoria y el recuerdo sobre la Revolución mexicana suelen rescatar a sus líderes -elevados a la categoría de mito posteriormente- Emiliano Zapata o Pancho Villa, más que sobre los hechos e ideas que estos y otros actores revolucionarios realizaron durante esos agitados años entre 1910 y 1920. A su tibio recuerdo favorece el hecho de que las ideas de los revolucionarios no hayan triunfado, y que en cambio el orden político a la salida de la Revolución haya sido el "maximato", período gobernado por generales del Ejército que se apoyaron principalmente en la burguesía del norte del país. También el hecho de que los sectores revolucionarios no contaron con una estructura que los organice en una unidad al estilo del Partido Bolchevique ruso, y por lo tanto el movimiento mexicano ha sido visto por muchos analistas como una revuelta o rebelión más que como una revolución.

Breve síntesis de los hechos

     El México de 1910 había sido gobernado durante sus últimos 30 años por Porfirio Díaz. El "Porfiriato" (como se le llamó a la etapa histórica entre 1876 y 1910) fue la etapa de consolidación del proyecto liberal mexicano, en donde este país se incorporó al mercado mundial capitalista favoreciendo las inversiones extranjeras sobre todo en las áreas petrolera y minera.
Porfirio Díaz
Una constante de todos los Estados nacionales latinoamericanos de esa época fue haber avanzado a través de leyes, represión y desalojos en la eliminación de las tierras comunitarias pertenecientes a comunidades indígenas y campesinos pobres. Díaz en México no fue la excepción a esta regla, y su política de tierras en favor de los terratenientes propietarios de grandes haciendas que se quedaron con los ejidos (tierras comunales) rurales provocó la miseria de muchísimos campesinos que serán luego parte del movimiento revolucionario. El largo período del Porfiriato no solo provocó la pauperización de gran cantidad de pobladores rurales, sino que al interior de los grupos dominantes tampoco abrió los espacios de poder al núcleo de burgueses que durante su gobierno se habían enriquecido en el norte del país gracias al desarrollo de industrias (relacionadas a la minería sobre todo) orientadas al creciente mercado norteamericano. Y aunque durante la segunda mitad del siglo XIX la economía mexicana había crecido para beneficio de los burgueses locales y extranjeros, la primera década del XX estuvo dominada por una crisis económica que ahondó las luchas internas entre terratenientes, industriales y funcionarios.

     Las fisuras en lo económico corrieron paralelas a las fisuras en el bloque político que sostenía a Porfirio Díaz. El gobierno de Díaz había sido de hecho una dictadura, donde la concentración del poder anulaba a los poderes provinciales y al supuesto federalismo que Díaz decía defender. Pero la crisis de comienzos del siglo XX favoreció a que los conflictos entre Díaz y otros sectores de la burguesía se expresen en facciones políticas antes no conocidas. Los "científicos" constituyeron un grupo de funcionarios de corte liberal que ganaron espacios dentro del gobierno y exigieron a Díaz reformas políticas que este aceptó pero nunca practicó. El gobierno de Díaz ganó fraudulentamente las elecciones de 1910 (cuando él mismo había prometido no presentarse) y a partir de ese momento se desataron numerosas reacciones de diversos sectores. La situación mexicana hacia 1910 es caracterizada por los historiadores Velásquez y San Juan Victoria como "una crisis de hegemonía" producto del enfrentamiento entre fracciones que rompen el bloque de poder, una crisis que "cae desde las esferas del poder de las clases dominantes sobre una sociedad que ha sufrido acelerados y violentos cambios económicos y sociales", produciendo la formación de una numerosa clase de campesinos expropiados y empobrecidos que confluyeron al momento de la revolución con la creciente clase obrera de las industrias.
"Pancho" Villa
Esta interpretación no debe ser tomada como certera sin objeciones. Lo que en ella se marca es una crisis descendente, desde los sectores de poder hacia una sociedad de masas pobres, dejando en un segundo plano las acciones que de esta clase se hicieron en contra del Porfiriato. Tal vez habría que matizar los aportes de la propia burguesía al proceso de desestabilización de Díaz con las acciones de obreros y campesinos que, a diferencia de los otros, fueron duramente reprimidos por el régimen de Díaz cada vez que protestaron.

     Independientemente de la importancia que tuvo cada uno, no hay dudas de que tanto el "problema agrario" como el problema de la "burguesía modernizante" confluyeron en los inicios de la Revolución. Francisco Madero, un hacendado de Coahuila (norte mexicano), encabezó el movimiento de un sector de la burguesía para sacar a Díaz del poder. Al mismo tiempo Francisco "Pancho" Villa (su nombre real era Doroteo Arango) y Pascual Orozco encabezaron alzamientos al régimen porfirista en el extremo norte mexicano, tomando Ciudad Juárez, y Emiliano Zapata se elevó como líder de los campesinos empobrecidos del estado de Morelos, una de las zonas más fuertemente afectadas por el avance de las haciendas sobre los ejidos comunales. Madero, por haberse postulado en contra de Porfirio Díaz en las elecciones de 1910, fue detenido por el régimen pero escapó hacia San Luís Potosí, donde el 5 de Octubre de 1910 hizo conocer el "Plan de San Luís" que en su 7mo punto llamó a que "el día 20 de noviembre, desde las 6 de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan". A nosotros en la actualidad podrá parecernos curioso convocar a una revolución…¡con fecha y hora!, pero esa convocatoria de Madero fue bastante efectiva, ya que los movimientos del norte y el sur comenzaron a avanzar sobre las ciudades después del 20 de Noviembre.

     Sin apoyo, Porfirio Díaz renuncia a la presidencia en Mayo de 1911, abriendo el interinato de Francisco de la Barra que, luego de convocar a elecciones, traspasa el poder al electo Francisco Madero el 6 de Noviembre de 1911. A esa altura Madero había reclamado el desarme a los sectores revolucionarios de Villa y Zapata, como medida para pacificar el país. Pero la respuesta de Zapata fue contundente: en el Plan de Ayala (25 de Noviembre de 1911) el sector zapatista desconoció a Madero como líder revolucionario y plasmó las ideas agraristas que marcarán su posterior lucha.
Emiliano Zapata
El cierre del documento dice "Libertad, Justicia y Ley", a los cuales en el futuro los agraristas le sumarán como 1er punto "Reforma", haciendo referencia a la necesidad imperiosa de una reforma agraria a favor de los campesinos. Zapata y su ejército se niegan a desarmarse hasta que se redistribuyan por lo menos la tercera parte de los latifundios del sur del país a favor de los campesinos. Los zapatistas tenían suficientes elementos como para enfrentarse a Madero: éste incluyó en su gobierno a muchos ex - funcionarios del Porfiriato, y las reformas prometidas no fueron decididamente encaradas. Tengamos en cuenta que Madero representaba a un sector de la burguesía modernizante, y sus ideas tarde o temprano terminarían chocando con los reclamos de Villa y Zapata.

     Pero paralelamente a la fractura de los sectores revolucionarios, un sector de los porfiristas retirados de la política volvió para intentar retomar el poder perdido. Primero fue la sublevación de Bernardo Reyes, y luego la encabezada por Félix Díaz (sobrino de Porfirio) las que fueron derrotadas por el gobierno de Madero, pero en una confusa situación tanto Díaz como Reyes (que estaban presos en la capital mexicana) vuelven a reagrupar fuerzas en la capital (EE.UU. apoyó estos movimientos en contra de Madero). Madero nombró a Victoriano Huerta para conducir las tropas oficiales, pero éste en vez de atacar a Félix Díaz acuerda con él y traiciona a Madero, derrocándolo en Febrero de 1913 y fusilándolo el día 22 mientras se lo trasladaba detenido a la Penitenciaría. "El usurpador" Huerta (como se le llamará luego) trató de imponer una dictadura que tuvo fuertes resistencias de Villa en el norte, Zapata en el sur y el ejército de Venustiano Carranza (un hacendado del norte del país que había sido senador porfirista pero que camaleónicamente se opuso a Huerta diciendo defender la Revolución). Importante fue la intervención del gobierno de Estados Unidos en esta etapa, que por un lado desconfió del ejército de Villa cercano a la frontera texana pero por otro ayudó al movimiento en contra de Huerta, desembarcando un contingente de marines en el puerto de Veracruz para bloquear el abastecimiento del ejército huertista.

     Flanqueado desde todos los sectores Huerta renuncia el 15 de Julio de 1914, dando paso a que los ejércitos constitucionalistas (Carranza, Villa y Zapata) ocupen la capital mexicana y busquen aplicar las medidas revolucionarias pendientes. Pero las contradicciones entre los grupos revolucionarios hacían que cada alianza se rompa rápidamente, y eso es lo que sucedió. Carranza quiso nombrarse presidente, pero Villa y Zapata lo expulsaron de la capital. Carranza se refugió en el puerto de Veracruz y desde allí se acercó al ejército sonorense (de Sonora, la región noroccidental del territorio mexicano) de Alvaro Obregón y juntos derrotaron a los agraristas de Zapata retomando el poder. Aunque tanto Villa como Zapata siguieron actuando a través de guerrillas en sus zonas de origen (Zapata en Morelos, Villa en Chihuahua), el gobierno de Carranza se apuntaló fuertemente a través de las victorias sobre sus rivales y la eliminación de las bases de poder de la oligarquía porfirista residual.

     La última etapa de la Revolución mexicana se identificó como "la institucionalización" del proceso abierto en 1910. En 1917, Carranza consigue sancionar la Constitución, dando una muestra de estabilización de su gobierno. En dicho documento, elaborado por el sector de Carranza y Obregón, sin la participación de los agraristas de Zapata o Villa, puede verse un intento por generar un estado nacional intervencionista y nacionalista en la economía, pero al mismo tiempo se otorgan derechos y concesiones a las reivindicaciones de obreros y campesinos, que todavía se encontraban movilizados, algunos bajo los movimientos de Zapata y Villa.
Las soldaderas fueron mujeres que se alistaron en los ejércitos revolucionarios
En general la Constitución es un documento muy avanzado en el marco de la historia latinoamericana, ya que si bien no altera las líneas de un proyecto liberal predominante, muestra que los grupos revolucionarios obreros y campesinos.

     El cierre de la Revolución, hacia 1920, está marcado por un descenso de la conflictividad social y la desarticulación de los grupos de Zapata (asesinado a traición en 1919) y de Villa (derrotado en Celaya por Obregón en 1915, hacia 1920 se retira de la lucha y en 1923 es asesinado). Carranza entró en conflictos con Obregón, que tenía cada vez más influencia dentro de su Gobierno. En 1920, Carranza es asesinado y Obregón (apoyado por el general Plutarco Calles) se erige como candidato a la presidencia. Obregón provenía de la región de Sonora (fue parte del famoso grupo de los generales sonorenses), donde al igual que todo el norte mexicano, las industrias desarrolladas durante el Porfiriato habían generado el surgimiento de una burguesía pujante, y por lo tanto la base de su gobierno fueron esos sectores. Además, Obregón buscó y consiguió controlar a los sectores obreros y campesinos, institucionalizando su accionar a través de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), que con tal origen oficial no tuvo independencia del Estado. El sucesor de Obregón, Plutarco Calles, que también provenía de Sonora, estableció bases sólidas para el Estado post-revolucionario, y su influencia fue tan grande que hasta 1934 fue la principal figura política en México. El período del "maximato" (1924-1934) estará marcado, entre otras cosas, por la fundación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), que luego convertirá su nombre al de PRI, partido que gobernará México hasta la década de los '90. Luego de la crisis mundial capitalista de 1930, el sector de Calles vio surgir diferencias dentro del Ejército, en donde Lázaro Cárdenas se convirtió en un líder nacionalista que en 1934 llegará al poder marcando el final del maximato y abriendo la etapa cardenista hasta 1940.

¿Por qué revalorizar a la Revolución?

     Esta ajustada síntesis deja un panorama más o menos aproximado de los procesos que transcurrieron durante los años revolucionarios en México. Sin embargo, como toda síntesis, deja de lado numerosos elementos importantes y que también colaborar en la comprensión del proceso global. Para nombrar un ejemplo, el papel de los gobiernos de Estados Unidos y las relaciones entre los distintos revolucionarios mexicanos y EE.UU. es relevante durante el proceso que traté de describir. Por cuestiones de extensión, se ha dejado de lado, pero eso no significa que sea de importancia menor, más bien todo lo contrario. En definitiva, la resumida síntesis presentada sirve para reflexionar sobre algunas cuestiones que, a mi parecer, muestran la importancia de la Revolución mexicana en la historia contemporánea de Latinoamérica.

     En primer lugar, la Revolución mexicana termina con el Estado de carácter oligárquico formado durante el siglo XIX, alrededor de 20 o 30 años antes que en el resto de los países latinoamericanos. Es decir, en México la conducción del Estado por la oligarquía (que aquí en Argentina tomó el nombre de Reorganización nacional) finalizó mucho antes que en Brasil, Argentina o cualquier otro país centro o sudamericano. Esto significó la aparición de un Estado central con fuertes poderes (llevados a la Constitución de 1917) bastante antes de que aparezca Lázaro Cárdenas, o un Vargas o un Perón. La Revolución mexicana marca por otra parte la consolidación de un Estado fuertemente anticlerical, profundizando el avance que desde Juárez en el siglo XIX se venía tratando de implementar sobre el poder material de la Iglesia mexicana. El Estado mexicano post-revolucionario es un Estado "adelantado" a los procesos del resto del continente subdesarrollado. Y ese quiebre temprano con el Estado oligárquico no desembocó justamente en los resultados esperados por Zapata o Villa (los agraristas), y ese es otro punto interesante.

     Porque aunque parezca obvio, el Estado post-revolucionario siguió gobernando para la burguesía industrial y los terratenientes y no para los obreros y campesinos. Pero sin las presiones de Zapata o Villa tal vez nunca se hubiesen incluido en la Constitución del '17 las concesiones que a estos sectores se otorgaron. La presión de los sectores excluidos en demanda de cambios revolucionarios terminó provocando no el triunfo de ellos, pero si la aparición de reformas en un Estado que ya no podía volver a ser el de antes. ¿Puede considerarse que entonces las luchas de Zapata y Villa fueron funcionales a la reconversión del Estado mexicano y a su fortalecimiento? No. Ellos sostenían posiciones con respecto a la reforma agraria que Carranza nunca aplicaría, y los agraristas lo sabían: "Nunca se le ocurrió pensar que la Revolución se hizo para beneficiar a las grandes masas, a las legiones de oprimidos a quienes usted estimuló con sus arengas" le dice Zapata a Carranza en una carta de 1919. Que el resultado del proceso revolucionario no haya sido el que buscaron no significa que ellos hayan colaborado con el resultado. El resultado de los procesos revolucionarios no siempre responde a los intereses de los actores de la revolución (a veces incluso los burgueses no consiguen los resultados buscados por sus acciones). Es más, a veces algunos actores que surgen o acrecientan su poder durante un proceso revolucionario terminan siendo los más beneficiados en el resultado final. Esto puede verse claramente en el caso mexicano, donde el Ejército a comienzos de 1920 aparece como un sector poderoso e influyente, al punto de ser el generador de los presidentes (caso de los generales de Sonora) durante los años '20 y '30. Este Ejército, antes de 1910 no tenía el poder que tuvo 10 años después.

     Por último, quisiera marcar la posibilidad de entender a la Revolución mexicana de 1910 como una muestra concreta de los resultados que tuvieron (y tienen) las políticas de exclusión dentro de una sociedad. Antes, me gustaría comentar algunas cosas sobre "Pancho" Villa y Emiliano Zapata. Tanto uno como otro no fueron líderes carentes de defectos. Zapata, por ejemplo, en su Plan de Ayala, confió en Pascual Orozco para reemplazar a Francisco Madero en la presidencia. Orozco (que junto a Villa encabezaban los movimientos insurgentes del norte del país) nunca llegó a derrocar a Madero, pero cuando Huerta efectuó el golpe de Estado contra Madero apoyado por sectores porfiristas, Orozco en vez de combatir a Huerta lo apoyó, traicionando a los demás sectores revolucionarios que veían en él un aliado. Por su parte Villa era un líder autoritario y personalista. Cuando ambos tuvieron la posibilidad de unificar a los sectores agraristas luego de ocupar ciudad de México y expulsar a Carranza, no cedieron en sus posiciones como para llegar a un acuerdo que hubiese afianzado su poder. Pero ambos fueron los más firmes defensores de los mexicanos oprimidos, de los indios, de los campesinos mestizos, de los ganaderos sin trabajo, de los obreros pobres. Y por sobre todo nunca traicionaron a su movimiento como si lo hicieron Orozco, Carranza y toros tantos.

     Las políticas de exclusión como las llevadas adelante por el gobierno de Juárez contra sectores pobres tarde o temprano generan movimientos de protesta de parte de los afectados. Ampliar las desigualdades sociales termina generando conflicto social. Si este conflicto se canaliza a través de instituciones o a través de medidas violentas depende de varios factores y de los actores mismos. Pero siempre aparecen, porque la explotación de unos sobre muchos es el combustible para los estallidos sociales. Y esto fue así tanto en 1910 como en la actualidad.



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