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Reportaje a Alicia Kozameh

"Veo la actualidad como el producto de lo que los milicos dejaron"

Por Miguel Espinaco y Daniela Pierotti

     La conocimos en una entrevista en nuestro programa de radio y ni bien empezamos a hablar, nos dimos cuenta que las exigencias de brevedad del medio radial nos iban a dejar con las ganas. Entonces, quedamos en encontrarnos entresemana para seguir la charla que había quedado inevitablemente trunca.

     Mate va, mate viene, hablamos con Alicia Kosameh y con José Luis Hisi, de la Asociación El Periscopio, que colabora con la presentación de su libro.

     Este es el reportaje.
Sin cortes publicitarios.

     MDH: Estuviste en la Feria del Libro presentando tu libro Ofrenda de propia piel. Contanos algo de ese libro.

     ALICIA: Es una recopilación de relatos y cuentos, muchos de ellos ya están publicados en distintos idiomas, en distintos lugares, pero para mí es como una especie de collar, como digo un poquito al inicio, porque quería mucho mucho verlo convertido en un volumen. La mayoría de los cuentos están relacionados con la experiencia del exilio y de la cárcel y al final hay un grupito de tres o cuatro que son metáforas de encierro, diferentes, como por ejemplo Mungos Mungo que el personaje principal, el protagonista, se crea su propia cárcel dentro de su propio departamento. Y la forma también, es un hombre que está en su propio espacio en el que ha estado siempre, su casa, está viejo y también es su cárcel, de una forma u otra. Pero la mayoría, por ejemplo Último mensaje, que pertenece al primer grupo que es Consagraciones, es la ficcionalización de una carta en la que una presa tiene que comunicar a su familia que ésta es la última comunicación, que ya a partir de este momento van a estar totalmente incomunicados, no van a recibir más cartas, no van a recibir más comida, no van a recibir más visitas. Eso existió como episodio, pero la realidad es que la carta jamás pudo haber sido tan larga como la que yo inventé acá, realmente yo lo que estaba haciendo en este cuento fue expresar todo lo que habría querido expresar si hubiera podido,

Datos

    Nació en la ciudad de Rosario en marzo de 1953.

    Cursó las carreras de Letras y Filosofía hasta que fue arrestada en setiembre de 1975.

    En 1980 logró salir de la Argentina y se exilió en Los Ángeles, California, donde reside actualmente.

    Publicó las novelas Pasos Bajo el Agua, Patas de Avestruz y 259 saltos, uno inmortal, que han sido traducidas a diferentes idiomas, y recientemente presentó su trabajo Ofrenda de propia piel.

    Varios de sus cuentos figuran en antologías, revistas literarias y diarios de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.

en esa circunstancia en la que tuve que escribir esa nota para avisarle a los familiares que ya no íbamos a estar más comunicados.

     MDH: ¿Vos te apoyás en cosas que sucedieron y las hacés metáfora, o trabajas una metáfora y te lleva de la mano, digamos, a lo que te pasó?

     ALICIA: Y, sí, hay de las dos. Porque si por ejemplo me voy hacia los tres últimos cuentos, que son realmente metáforas, llegado a un punto yo llego a sentirme al escribir como me sentía cuando estaba en esa circunstancia de la cual el cuento es metáfora. No se si me estoy si me estoy explicando bien.

     MDH: Te transportás a ese momento, digamos, cuando escribís.

     ALICIA: Ok. Tengo un episodio sobre el cual yo quiero escribir pero digamos que emocionalmente no estoy preparada para escribir, entonces me invento una historia que podría ser una metáfora de aquel episodio. Voy a ser más concreta: por ejemplo en cierto momento sentíamos al estar encerradas, cuando nos tocaba estar solas o algo así, en la cárcel, uno sentía una necesidad de crearse un ámbito de ficción, como para superar el aislamiento. Bueno está bien, no me siento bien como para escribir sobre eso directamente, no tengo ganas de escribir un cuento sobre una mina que está en la cárcel y necesita superar ese momento y que entonces se crea un momento de ficción mental. Entonces me invento un tipo que está en su casa y que cierra todas las ventanas y que tiene una historia ficcional que él repite, como por ejemplo en este cuento Mungos Mungo, en el que el tipo tiene dentro de una pecera vacía de peces, una caja de vidrio quiero decir, dos animales, una mangosta y una cobra, entonces el tipo repite esta experiencia de ver la mangosta, que es su mangostita, matar a la cobra. Él completa eso con un par de cosas: en toda su chifladura el tipo utiliza una música determinada que es siempre la misma como un ritual, come pochoclos como en un cine en Estados Unidos, y además se masturba. Entonces llega a un determinado clímax que es su propia locura y cuando todo eso termina el tipo tiene que ir y se provee de pochoclos y de cobras, y cuando se le van terminando de nuevo sale a buscar. Y cierra todo, masca chicles y cierra todo. Entonces, cuando yo estoy escribiendo esto me siento como a lo mejor me sentí yo en algún momento, eso no quiere decir que los detalles sean similares ni nada, pero la sensación que yo tenía en algún momento estando en un calabozo de castigo, por ejemplo, yo la recupero a través de la ficcionalización.

La ficcionalización es una mediación que te permite lidiar con el tema. Si tuviera que escribir testimonio directo quedaría muy enferma, porque el testimonio directo es muy duro.

Ves? Es como vos dijiste, es así, La ficcionalización es una mediación, una mediatización, que te permite lidiar con el tema. Y vos te creés al escribir, te convencés de que ese es un personaje ficcional que nada tiene que ver con vos y por eso es que sos capaz de escribir sobre eso. Si yo tuviera que escribir testimonio directo, siempre digo que quedaría muy enferma, si no muerta, qué se yo, me agarraría un cáncer, porque el testimonio directo es muy duro.

     JOSÉ LUIS: Es lo mismo que dice Semprún en La escritura o la vida, que él no podía escribir sobre lo que le había pasado en lo inmediato, entonces durante muchísimos años no escribió nada, salió él en el 45 del campo de concentración y recién escribió sobre esa experiencia en el 87, después de haber escrito muchas cosas ficcionalizadas, y después recorre toda esa etapa de escritura y de cosas que vivió. Son experiencias muy fuertes, muy límite y por ahí.....

     MDH: ...es difícil procesarlas.

     JOSÉ LUIS: Si, claro.

     MDH: Vos estuviste presa Alicia ¿estuviste desaparecida?

     ALICIA: No, no estuve desaparecida.
Yo caí presa y en lo inmediato salió en la televisión, tanto que yo me vi, tan rápido fue. Yo me vi porque salió en las noticias, yo y el Colorado, mi compañero, salimos juntos en las noticias esa misma tarde. Lo que pasa es que para aislarme de las presas políticas que me iban a dar instrucciones de cómo declarar o qué hacer o qué iba a pasar, me pusieron con comunes, ese era el mecanismo, te ponían con presas comunes por unos días hasta que ibas al juzgado federal.

     MDH: Pero esto fue antes del 76, o ya estaba la dictadura?

     ALICIA: No, antes, por eso, esto fue setiembre del 75. Entonces caí y me pusieron en el pabellón de las comunes y tenían un televisor, entonces de pronto noticias, noticias.........

     JOSÉ LUIS: y estaban ustedes......

     ALICIA: .......la misma tarde. Y al día siguiente salió en el diario La Capital.

     ALICIA: Estuve presa en el sótano de la alcaidía de la jefatura de policía de Rosario desde setiembre del 75 hasta noviembre del 76, y de ahí nos trasladaron hasta Villa Devoto. En Villa Devoto concentraron a todas las presas mujeres que iban a sobrevivir, convirtiendo a esa cárcel en una cárcel de mujeres, cárcel vidriera donde estuvimos entre mil y mil quinientas.

     MDH: Ahí estaba todo lo legal? Lo que ellos legalizaban para mostrarle a Anmistía Internacional...

     ALICIA: ......a la Cruz Roja, a Naciones Unidas.... Pero ves? A partir del 24 de marzo del 76 la mayoría no sobrevivió, estaban o en Campo de Mayo o en la Esma o en otros campos....

     JOSÉ LUIS: si, ahí se notó claramente, el corte de llegada de presos políticos a las cárceles hizo notable que ya no tomaban prisioneros, que los prisioneros que tomaban no quedaban con vida. Y recién volvieron a aparecer de nuevo presos políticos nuevos, entre comillas, en el 78, con el mundial.

     MDH: Y te liberan entonces?

     ALICIA: Me liberan como regalo de navidad el 24 de diciembre del 78, creo que en la tercera lista de libertades que ellos empezaron a sacar. Sí, fue después del mundial.

La película

    Alicia Kosameh da clases en la Universidad. A través de uno de sus alumnos se contactó con Gastón - otro argentino en Los Ángeles - que por esos días hacía una película sobre la historia de una chica que era hija de desaparecidos. Gastón resultó ser Gastón Birabent, director y productor de la película Cautiva, que todavía no está difundida, pero que está yendo a festivales y ganando premios, por ejemplo en San Sebastián y en La Habana.

    "Nos juntamos a tomar mates en mi casa y él me dio el guión de la película que acababa de filmar y yo le di un guión que había escrito quince años atrás con otra amiga, basado en la novela Pasos bajo el agua, sobre la cárcel. Los dos nos enamoramos de nuestras mutuas historias. Él me dijo esperá que termine con lo mío, pasaron años, estas cosas llevan tiempo, él salió a ganar premios con Cautiva, y en ese momento dijo ahora estamos, listos para empezar. Ahora estamos retrabajando el guión, realmente está saliendo otro guión diferente de aquella versión primera. Como yo me venía para acá, me mandó a hacer una investigación visual de las cárceles donde yo estuve, de manera que estuve en Villa Devoto y en el sótano de la jefatura de Rosario, otra vez con mi hija y otras compañeras, filmando y recorriendo, para reproducir los escenarios. Es una película, no es un documental, tenemos que ponernos creativos porque si no nos ponemos locos."

    La película, explica Alicia, va a estar basada en Pasos bajo el agua pero va a tener también elementos de otros cuentos.

    "No hay fechas, no tenemos fecha, pero lo vamos a hacer. Hay que conseguir el dinero, pero por los antecedentes que él tiene con sus trabajos, a lo mejor vamos a conseguirlo. Pero no podemos decir en un año o en dos años, pero va. Yo creo que se va a llamar Pasos bajo el agua. Y si no cambiará, pero no importa."

Pero salí con libertad vigilada.

     MDH: Cuando vos en el libro contás la experiencia de reencuentro con tus 29 compañeras, cuando son 30 compañeras que se reencuentran y vos narrás ¿eso era realmente así? porque ahí está muy bien plasmada la realidad organizativa, la complicidad que había para que las carceleras no pudieran castigar a nadie.

     ALICIA: ¿Vos te estás refiriendo a Bosquejo de Alturas? Es la historia de vida de las chicas en el sótano. Yo tomé episodios diferentes de nuestra vida ahí abajo, tal como fue. Por ejemplo cuando nos tapian, que nos ponen la plancha de metal. Ahí está todavía la plancha de metal, entramos al sótano la semana anterior con las compañeras y mi hija que filmó y todo, para la película. Ahí verificamos que estaba la reja con la chapa que habían soldado los milicos. En el cuento hay un episodio de una obra de teatro, una chica que hace de Cleopatra. Ahí en la presentación del libro yo leí parcialmente esa parte de ese cuento porque estaba presente, había venido desde Paraná la que hizo de Cleopatra. Ahora, en un momento yo agrego en el cuento a toda la historia de Cleopatra que vienen, nos abren las rejas y nos sacan las sábanas con fusiles. Bueno, eso no fue así, nos dieron la orden de que sacáramos las sábanas, nosotras nos hicimos las estúpidas, sacamos las sábanas y ni bien se fueron las pusimos de nuevo. Pero pasaron otras cosas con fusiles, entonces yo para darle énfasis a lo dramático, para resolver dramáticamente el cuento.... entonces no puedo contar realmente cada episodio como fue porque no termino más, tengo que escribir la Enciclopedia Británica, sintetizo en un personaje varias personas o sintetizo los hechos en uno. Por ejemplo, la misma chica, Vicky aparece en este cuento como una que le duelen las muelas, se vuelve loca del dolor de muelas, pero yo le cambio el nombre, pongo otra, y la pongo judía, porque había un problema con una judía, las celadoras molestaban a una compañera que era judía, no era ella, pero yo mezclo para que quede todo cohesionado.

     MDH: O sea realmente el que lee ese cuento, ve esa experiencia, digamos?

     ALICIA: Sí, totalmente, porque una de las cosas que no dejo que se escape es la parte de la verosimilitud, todo eso podría haber sucedido, aunque la mayoría sucedió pero con a lo mejor modificaciones.
Aún con las modificaciones podría haber sucedido, o sea es totalmente verosímil porque el que lee siente lo que pasó porque eso es lo que pasó, aunque el fusil haya entrado en otro momento, pero eso no importa.

     MDH: ¿Y ahora que proyectos literarios tenés?

     ALICIA: Dejé de escribir una novela porque me entró una urgencia que no pude parar con nada por escribir Doscientos cincuenta y nueve saltos y uno inmortal, una novela sobre el exilio que escribí en un año y medio y que ya está publicada. Ahora retomé aquella novela que, para sintetizarlo, aborda los temas de identidad y pertenencia, son una serie de personajes que se van convirtiendo unos en otros sin una división, no tiene capítulos. No me lo va a comprar nadie, pero no importa. El que lee dice ¿pero como?

     MDH: No tiene cortes publicitarios...

     ALICIA: La idea es que el lector está leyendo sobre un tipo y de pronto es una nena de escuela. Y la idea es que el último personaje sea el primero otra vez, es totalmente circular. Estos son todos personajes que pertenecen a un grupo, porque se trata de la necesidad de pertenecer a un grupo y cómo operamos en grupos. Por supuesto que hay un militante de los 70 que tiene que lidiar con la desaparición de sus compañeros y cosas así, pero es uno de los doce o quince de los personajes de la novela. Eso estoy escribiendo, y el próximo proyecto a terminar es ése. Antes se va a publicar otra novela que la terminé hace seis años pero no la había querido publicar todavía, la había dejado a un costado, en un cajón.

Pasos bajo el agua, Saltos y Patas de Avestruz se leen, se editan y reeditan en inglés en español y en alemán. Eso también es parte del dinero que gano. Me invitan a universidades y allá eso se paga; dar conferencias es parte de mi trabajo.

Y ahora ya el editor me apretó.

     MDH: ¿Vos vivís de lo que escribís?

     ALICIA: No completamente. Doy clases de español, tengo talleres literarios y doy clases de literatura en español y en inglés.

     MDH: En muchas facultades muchos textos tuyos son de lectura obligatoria. En Europa.

     ALICIA: Si. En Europa y en Estados Unidos. Pasos bajo el agua es un libro que se lee, se edita y reedita en inglés en español y en alemán porque se estudia todo el tiempo y Saltos también, Patas de Avestruz también en realidad. Eso también es parte del dinero que gano. Me invitan a universidades y allá eso se paga, dar conferencias, todo eso, es parte de mi trabajo.

     JOSÉ LUIS: En la Feria del Libro te tendrían que haber pagado...

     ALICIA: No. Yo acá no espero eso, pero allá eso es regla, nadie trabaja sin que le paguen. Sobre todo hay que tener muy en cuenta la parte emocional del asunto, el desgaste emocional que representa tocar y tocar estos temas constantemente.

     MDH: Qué te gusta de la literatura actual? qué leés?

     ALICIA: Tengo problemas con la literatura actual. Creo que siempre termino volviendo a los clásicos. No quiero decir que no leo todo, yo leo todo, pero para decir qué te gusta qué se yo, me gusta Joyce, Faulkner, qué voy a hacer?

Actualmente hay demasiada cosa comercial y a mí eso no me conforma, no me llena ni nada, me da como rabia que se desperdicie la palabra para usarla en la pavada, no me gusta, me siento mal con eso.

No quiero ser tan drástica, pero no hay mucho que yo pueda decir me gusta como algo renovador, tengo una serie de autores que me gustan mucho: me gusta muchísimo Tununna Mercado, Reina Roffé...... Pero hay demasiada cosa comercial y a mi eso no me conforma, no me llena ni nada, me da como rabia que se desperdicie la palabra para usarla en la pavada, no me gusta, me siento mal con eso.

     MDH: Hablábamos el otro día en la radio sobre esto de los que critican que se siga escribiendo siempre sobre esto, de la cárcel y la represión, digo. Vos te fuiste de la Argentina en el 80. De ahí en más, vos tuviste una vida normal, digamos, para llamarla de alguna forma por contraposición a aquellos años. Te digo por la marca que hay tu literatura de lo que pasó antes..

     ALICIA: Sería buena idea que algún día se agenciaran de un libro que se llama Doscientos cincuenta y nueve saltos y uno inmortal, que es la ficcionalización de mi experiencia en el exilio. ¿Normal normal? de pronto para mí no muy normal porque yo nací en una familia con una cierta cantidad de dinero y todo eso, y siempre tuve señoras en la casa que hacían las cosas y yo no sabía cómo hacer una cama, pero cuando llegué al exilio me tocó trabajar de sirvienta cama adentro por un año entero, hasta que llegó el Colorado, hasta que llegó Eduardo. Pero yo necesitaba juntar dinero de alguna manera. Primero me tocó una familia que era mortal, era un tipo griego, viudo, que me quiso violar, qué se yo, siempre una primera experiencia de esa índole, no lo logró, claro, viste? yo tenía veintisiete años. La segunda casa era una familia.

     MDH: Vos te fuiste de movida a Los Ángeles?

     ALICIA: Directamente, me fui con la ayuda de una persona que seguramente todos saben quién es, Francisco Pancho Romero, que era la primera voz de Los Trovadores. Él tuvo la facilidad de sacarme, de hacerme salir porque no me permitían irme, me amenazaban para que me fuera pero no me daban el pasaporte, no me daban la visa, todo un lío. Finalmente él logró hacerme salir. Y llegué allá y el inglés para mí, está bien, yo había estudiado en la secundaria y algo en la universidad, pero vos llegás a California y decís "buk" y nadie te entiende, hasta que te ponés parejo con eso lleva tiempo. Entonces limpiando casas no me exigían idioma, no tenía que saber inglés. Claro, entonces en ese momento, todos esos años atrás una persona que tenía el aspecto que yo tenía no iba a limpiar una casa, entonces esta gente me vio y dijo y esta qué va limpiar. No me creyeron, pero yo necesitaba trabajar, entonces la señora que era británica, el tipo era californiano, dentista, pero ella era británica, europea, mucho más sensible digo, ella dijo bueno no importa, me va a ordenar los libros y chau, y yo a mis anchas porque había seis baños y yo tenía que lidiar para limpiarlos y no sabía bien cómo, era una mansión porque allá los dentistas ganan mucho dinero. Me pusieron un escritorio en mi cuarto, con una máquina de escribir eléctrica en esa época, y yo escribía mis poemas y cada tanto pasaba la aspiradora, sufría, me desmayaba (risas). Callate, que yo también intenté proletarizarme.

     JOSÉ LUIS: Bueno, está bien, es gracioso.

     ALICIA: Me fue más o menos.

     JOSÉ LUIS: Este criterio de proletarización es un criterio del PRT.

     ALICIA: Pero por supuesto.

La experiencia de la militancia fue totalmente hermosa. Me costó ponerme de acuerdo con los compañeros que no querían que escribiera, hay que militar, me decían, los indigentes no pueden esperar a que termines tus poemas para comer, y tenían razón.

Yo lo festejo y creo que fue una experiencia maravillosa haberlo intentado, no te voy a decir que tuve completo éxito, pero si hubiéramos durado un poco más en la actividad...

     MDH: Contá algo de tu experiencia de militancia. Digo porque hay toda una cuestión ahí que tiene que ver con lo que pasó después, casi que los 70 tienen esa memoria, lo que fue la represión, lo que fue la muerte, el exilio. Pero hubo un antes, vos hablás ahora por ejemplo de la proletarización. O sea, hay una experiencia, porque los 70 quedaron marcados por la violencia, como si hubiera sido todo horrible. Pero hubo una vida, no?

     ALICIA: Hubo una vida maravillosa. Yo pertenezco al grupo que creo que somos muchos, de militantes del PRT que reivindican totalmente la experiencia. Para mí, la experiencia de la militancia fue totalmente hermosa, y claro que tuve que intentar proletarizarme, si una de las críticas de los compañeros era que yo era pequeño burguesa con debilidades ideológicas. Está bien, me costó ponerme de acuerdo con los compañeros que no querían que yo escribiera, por ejemplo, hay que militar me decían, las personas indigentes y con problemas no pueden esperar a que vos termines tus poemas para comer, y tenían razón, así que me costó ponerme de acuerdo y nunca me puse de acuerdo, pero entonces aparté un poco la escritura y me puse a militar, qué va a ser? lo hice, me costó un huevo pero lo hice, me dolía internamente. No estaba dolida con nadie, me dolía adentro porque yo necesitaba escribir, era una lucha.

     MDH: Vos entraste al PRT ¿antes o después de la división?

     ALICIA: Yo ya estaba cerca del partido cuando el rosariazo. Yo nací en el 53, tenía 15 o 16 años y ya estaba cerca del partido. El día del rosariazo yo estaba todavía pupila en la escuela Nuestra Señora de la Misericordia de Boulevard Oroño y ahí nadie sabía lo que estaba pasando, pero otras amigas y yo paramos la actividad de la escuela.

Los jóvenes de estas generaciones nuevas fueron creados bajo la presión del terrorismo de estado, entonces qué van a pensar pobres chicos? que todo fue un horror....

Eso me valió que a fin de año no me dejaran rendir ahí las materias que me había llevado que eran unas cuantas.

     MDH: Y que balance hacés después de estos años? Por eso de que los 70 son mirados como un solo aspecto, digo en relación al balance que hacen los jóvenes hoy.

     ALICIA: Y, porque los jóvenes son el producto del terrorismo de estado, los jóvenes de estas generaciones nuevas fueron creados bajo la presión del terrorismo de estado, entonces qué van a pensar pobres chicos? que todo fue un horror, que la culpa es nuestra, no piensan en lo que nosotros podamos decirles, porque a nosotros no nos han dado la oportunidad de decir mucho tampoco, recién ahora empezamos a poder abrir la boca. La realidad es que nuestra generación fue la mejor generación que dio este país, yo lo siento y lo veo así, y lo siento desde el estómago, eh? Yo creo que nosotros fuimos absolutamente generosos y maravillosos en esa capacidad que tuvimos de estar dispuestos a dar la vida por un mundo mejor, por un país mejor. No me cabe ninguna duda.

José Luis y El Periscopio

    "Nosotros adoptamos como criterio, lo consensuado internamente, es apoyar todas las labores que confluyan en esto de reconstruir la memoria, por utilizar palabras de uno de los compañeros que es historiador, el Pepo Richardino que hizo su tesis justamente basándose en todas las investigaciones preliminares al libro Del otro lado de la mirilla. Un poco el rumbo es rememorar para conmemorar. Y en esto de reconstruir la historia de los argentinos, aportar nuestro granito de arena que significa entre otras cosas apoyar toda la labor como en el caso de Alicia y la difusión de la obra de ella y otras situaciones similares que se presenten. Ahora estamos preparando la segunda edición corregida. Estamos por agregar un capítulo que había quedado afuera, que es como una gran planilla cronológica, como un anexo donde marcamos por un lado los sucesos que ocurrían en Coronda y por otro lado los sucesos que ocurrían afuera, en el país, sobre todo en los períodos de mayor represión.

    Pensamos, sobre todo los compañeros que somos docentes que sea de utilidad, porque en las escuelas no hay material documental sobre ese periodo que sirva como trabajo que se utilice en escuelas y universidades. También tenemos otro capítulo que tenemos que transformar en artículo, que es un seminario que hizo un compañero de Rosario sobre las distintas formas de comunicación de los presos, es todo un enfoque foucaultiano y una labor sobre la represión sobre el cuerpo de los prisioneros. Hay que darle forma para poder adecuarlo y que no sea tan académico. Pero eso es parte de la labor y ya tenemos bastante avanzado el trabajo y hecha la corrección de más de la mitad del libro de aquellos capítulos que algunos decían "a mí me hubiera gustado que hubiera quedado así..." Y agregar esto, que ya lo completamos, con datos que no teníamos muy en claro, de ese suceso por ejemplo que fue el asesinato de Angeleli, precedido por el asesinato de monjes palotinos, todas cosas así que marcaron jalones, digamos, en la locura represiva, y bueno lo vamos publicando, ambientando, con más bibliografía de la que se utiliza normalmente en un trabajo literario.

    Es un trabajo muy lento, muy duro, y estamos trabajando en eso."

Reivindico todo, todo, y no voy a decir que no hemos cometido errores, porque quién no los comete, por ahí hubo apresuramiento, necesitábamos estar más afianzados en relación con las masas, con el pueblo. OK, está bien, pero también nos obligaron a apurarnos, a tomar decisiones.

     JOSÉ LUIS: Si, no es casualidad que los montos hayan cometido el mismo error un año más tarde. Cuando atacan Formosa cometen el mismo error de apresuramiento que había cometido en la parte militar el PRT. Y ahora mismo los muchachos, charlamos esto a propósito de Del Otro Lado de la Mirilla, de la experiencia del libro con los compañeros peronistas, ellos plantean lo mismo autocríticamente, es más, dicen que había un oficial que en el mismo momento de bajar del avión que vino de Formosa se dio cuenta de la cagada que habían hecho políticamente.

     ALICIA: Y, si, ok, cometimos errores pero la generosidad de los que estuvimos dispuestos a entregar todo, no se puede cambiar por nada, yo creo que es invaluable.

     JOSÉ LUIS: Pero además era la contracara de una verdadera alternativa de poder. Durante mucho tiempo la izquierda argentina no tomó en serio el problema del poder.

     ALICIA: Ahá. Y fuimos nosotros.

     JOSÉ LUIS: Fue la generación del 70, las organizaciones revolucionarias, las que con más o menos aciertos, con más o menos errores se plantearon directamente la toma del poder. Y esto fue lo que desató en el fondo...

     ALICIA: La represión...

     JOSÉ LUIS: Claro, una represión tan virulenta, porque los tipos se dieron cuenta de que la cosa venía en serio.

     ALICIA: Exactamente, eso fue.

     MDH: Vos José Luis ¿militaste también en el PRT?

     JOSÉ LUIS: En el PRT también. Nada más que yo tengo unos añitos menos, no muchos, pero yo empecé también de muy chico, yo estaba en tercer año en el 71 cuando me incorporé a los comandos de apoyo y después en el 73 me derivaron al trabajo barrial de la Juventud Guevarista. Yo ya militaba en el PRT.

     ALICIA: Lo que pasa es que en esa época los jóvenes estábamos guiados por un proyecto, no es como la juventud de ahora. Los chicos de 20 o 25 años de ahora son como lo que nosotros fuimos a los 12, a los 13. Leíamos cosas que ahora la gente ni siquiera lee, teníamos planes, proyectos, metas, ahora no hay eso, o sea no es la misma juventud. Vos decís éramos chicos, sí, éramos chicos pero éramos unos chicos que teníamos las cosas claras.

     JOSÉ LUIS: Aparte que otros chicos como nosotros que a los 13 años no seguían estudiando, los padres les decían bueno andá a laburar, entonces ya en uno o dos años maduraban a cascotazos, porque en un laburo te negreaban como loco, porque eso que le pasó a ella en el exilio nos pasaba a nosotros acá. Yo empecé a hacer mi primera experiencia laboral a los 13 años y a los 18 yo ya tenía varios oficios recorridos y sabía cuál me gustaba y cuál no.

     ALICIA: Nos íbamos tempranos de nuestras casas. Yo a los 15 hice el primer intento de irme y me fueron a buscar mis padres con la policía y a los 16 ya me había ido.

     JOSÉ LUIS: Aparte vos buscabas laburo y en 15 días conseguías.

     MDH: Estaba esa situación también, ahora es mucho más difícil.

     JOSÉ LUIS: Si, ahora te querés ir de tu casa y andá a buscar un laburo ......

     MDH: Me da la impresión que siempre caemos en una construcción un poco esquemática cuando se habla de los 60 y los 70,

La meta revolucionaria en los 70 abarcaba a una gran cantidad de juventud. Ahora, hay algunos que tienen esa idea, es mucho menor la cantidad, es una cuestión de proporciones.

porque los 70 también era la juventud del club del clan y de Lito Nebbia y su barrita...

     ALICIA: Si y de Violeta Rivas...

     MDH: Claro. Hoy también hay un sector de la juventud que posiblemente sí no sea tan joven, puede haber un desplazamiento generacional....

     ALICIA: Es una cuestión de proporciones. Proporciones. La meta revolucionaria por decirlo de alguna manera, en los 70 abarcaban una gran cantidad de juventud ahora, hay algunos que tienen esa idea, es mucho menor la cantidad, es una cuestión de proporciones.

     MDH: Ahora, entre los que tienen esa idea hay un balance y una discusión alrededor del tema de la lucha armada, sectores que plantean el problema del contrapoder, de la construcción, esta discusión sobre si hay que tomar o no hay que tomar el poder. Una discusión que en cierto sentido en esos sectores es crítica de lo que se hizo en los 70. Por ejemplo, los 60 fueron el mayo francés y el Cordobazo y los 2000, o como se diga, son el 2001 en la Argentina, las insurrecciones tipo la boliviana...... ¿Como es la visión desde este ahora de aquella experiencia? Digo desde el punto de vista del balance político.

     ALICIA: Lo que pasa es que ver las cosas desde ahora es verlas desde el efecto producido por el terrorismo de estado. Vos lo ves desde ahora, lo ves desde el terrorismo de estado, para decirlo esquemáticamente.

Yo estoy allá, no estoy acá, yo estoy más en los 70 que en esta actualidad porque esta actualidad no me toca el alma, esta es la actualidad que yo vivo como producto de lo que los milicos dejaron.

Con variantes, no? La visión de ahora crítica de los 70 es la visión de lo que los milicos implantaron en la gente. Por más que uno pudiera tener ciertas críticas es difícil encontrar ese balance, ese equilibrio, es difícil criticar aquello con objetividad, porque se critica desde el mensaje que se armó desde el terrorismo de estado. Entonces, yo estoy allá, no estoy acá, yo estoy más en los 70 que en esta actualidad porque esta actualidad no me toca el alma a mí, porque esta es la actualidad que yo vivo como producto de lo que los milicos dejaron. Vos podés decir ¿ahora cuestionamos la lucha armada? ¿no me digas? ¿ahora la cuestionamos? Y bueno, ahora hay en el gobierno un grupo de personas a las que qué vas a ir a lucharle? le vas a ir a matar a Kirchner? le vas a hacer la revolución a Kirchner? Estamos en una situación diferente. En aquel momento estábamos tratando de retirar del poder a otro grupo, a un grupo asesino, genocida.

     MDH: El 2001 ¿cómo se vio desde Estados Unidos?

     ALICIA: En lo personal lo viví con gran ansiedad, con gran angustia. Encima pude ver en vivo Todo Noticias en mi computadorita, en mi laptop pude ver el cuadradito con todo en vivo, esa ventanita que se ve como un televisor.

Me pareció que el 2001 era un muy buen momento, pero nunca llegué a pensar que empezaba una etapa prerrevolucionaria como algunos amigos quisieron ver. Yo dije no, cuando se libere el dinero del corralito esto va a bajar los decibeles.

Estaba ansiosísima viendo día y noche, desesperada. Además con mucha más ansiedad porque un amigo mío que trabaja en La Capital en Rosario, recibió un tiro. Me pareció que era un muy buen momento, pero nunca llegué a pensar que se dibujaba a través de eso una etapa prerrevolucionaria como algunos amigos dijeron, como algunos amigos quisieron ver. Yo dije no, cuando se libere el dinero del corralito esto va a bajar los decibeles.

     JOSÉ LUIS: Aparte el proyecto, al ser tan laxo no agrupaba a sectores concretos. En las asambleas barriales se agrupaba todo el mundo y no es que sea criticable, pero es una limitación histórica. Una asamblea en la cual no hay un proyecto medianamente claro, por lógica eso se va a desmembrar. En cambio cuando vos tenés objetivos ya sea de corto alcance como de largo alcance, pero bien contundentes, ahí el efecto multiplicador a lo mejor no va a ser ni tan espontáneo ni tan rápido como florecieron las asambleas, pero tampoco se va a apagar tan pronto.

     MDH: Qué opinás de Kirchner?

     ALICIA: Yo cuando me di cuenta desde Los Ángeles que perdía Menem ya respiré. Después cuando me di cuenta de quién era, respiré más.

Cuando me di cuenta que perdía Menem ya respiré. Después, cuando me di cuenta de quién era, respiré más. No soy peronista, pero no lo veo a Kirchner tan peronista tampoco. Hay que tener paciencia, dejarlo hacer todo lo que pueda hacer porque la economía es lo último que mejora

Yo no soy peronista, nunca lo fui y no he de serlo, pero eso no tiene mucho que ver, porque no lo veo a Kirchner tan peronista tampoco y lo que puedo decir es que realmente lo que hay que tener es paciencia con él y dejarlo hacer todo lo que pueda hacer porque la economía es lo último que mejora y va a tomar años y no quiere decir que yo tenga totalmente que coincidir con él en todo, porque además tampoco sé todo, pero yo tiendo a tener paciencia y a apoyar ese esfuerzo que este hombre está haciendo. Hay alrededor de él una serie de personas que yo respeto mucho, por ejemplo Eduardo Luis Duhalde que es el que en la editorial Contrapunto hizo la primera edición de Pasos bajo el Agua en 1987, entendés, gente como él. Y es el que intervino Santiago, el que mandó la intervención. Hay una serie de cosas que este gobierno está haciendo que al margen de las internas y de la locura general..... y qué mejor? tenemos algo mejor? En este momento no, a lo mejor se puede construir algo mejor, yo creo que sí, pero mientras tanto diría que le doy mi apoyo siempre vigilando, no?

     MDH: ¿Y como se conjuga esto con el socialismo y las ideas de la década del 70? Lo ves como un paso hacia eso?

     ALICIA: No, yo no lo veo como un paso hacia lo que nosotros hicimos. Tiene otro origen, viene de otro lado. Otra cosa es una revolución, mi idea es que necesitamos un cambio realmente profundo y de raíz, esto no es eso, esto que este gobierno construye no es eso.

     MDH: Esto sería como lo más potable en la medida que no se construye eso....

     ALICIA: Qué se yo... Si. Porque lo otro es hacerle a Kirchner una revolución? Estamos en una situación un poco rara en ese sentido.

Ahora las ex presas estamos armando un libro basado en las cartas que escribimos desde Villa Devoto, Estamos siempre juntas, vamos en patota, en barra; en las presentaciones de mis libros siempre están todas las compañeras, los compañeros. Son mi familia.

No es los 70, es el 2004.

     MDH: ¿Te encontrás con tus compañeros de esa época cuando venís?

     ALICIA: Ex presos decís? Ah, claro, son mi familia.

     MDH: ¿Ellos se quedaron acá, en Argentina?

     ALICIA: No todos. Hay muchos afuera y algunos se fueron y volvieron como yo, yo volví y me tuve que volver a ir, pero aunque sea por mail estamos siempre todos en contactos con proyectos siempre activos, siempre juntos. Ahora las ex presas hace años que estamos armando un libro basado en las cartas que escribimos desde Villa Devoto, en un rato tengo que ir a tomarles testimonio a un grupo de compañeras que estuvieron en Devoto sobre cómo fue el traslado de ellas, el primer traslado de Santa Fe a Devoto. O sea que estamos siempre juntas, vamos en patota, en barra; en las presentaciones de mis libros siempre están todas las compañeras, los compañeros.

Bush y Kerry son prácticamente la misma cosa, a lo mejor Kerry sea más cuidadoso. Bush es un loco completo, y además infradotado.

Son mi familia.

     MDH: Cómo se ven a Bush y a Kerry desde Los Angeles?

     ALICIA: Son la misma cosa, con la diferencia que sacándolo a Bush de encima, probablemente nos saquemos una cantidad de violencia gratuita que inventó este hijo de puta de Bush. Kerry, lo que tiene es una mujer progresista, que tiene mucha influencia sobre él, una mina ex hippie con onda muy progresista. Y él, dice que hay que mantener los soldados en Irak, yo no sé si llegado el momento lo va a hacer de esa manera, pero para mí Bush y Kerry son prácticamente la misma cosa, a lo mejor Kerry sea más cuidadoso. Bush es un loco completo, y además infradotado.



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