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Referendo al fin Por Daniela Pierotti "¡Queremos votar, queremos votar!" Para revocar el mandato de Chávez, la oposición representada por la Coordinadora Democrática, cuyo principal representante es Enrique Mendoza, gobernador de Miranda, requería unos 3,8 millones de votos, más del 25 % del electorado venezolano y que el oficialismo no obtuviera más sufragios que los opositores. La definición por el SÍ a la revocación o por el No quedaba prácticamente en manos de la franja electoral que se venía absteniendo del ejercicio electoral desde hacía más de una década atrás y que, según las evaluaciones tras la recolección de firmas,
Si la oposición lograba la mayoría, a Chávez le correspondía entregar el mando al vicepresidente José Vicente Rangel y al Consejo Nacional Electoral le hubiera correspondido convocar a elecciones 30 días después, en las que Chávez había dicho que se volvía a postular. Desde el mismo CNE se había declarado en las vísperas del domingo que los reportes señalaban que la cifra de abstención podía disminuir históricamente. Y así sucedió, ya que alrededor del 73% del padrón se presentó a emitir su voto. Más de 14 millones de personas de una población total de 23 millones fueron convocadas a sufragar, y se presentaron en la madrugada del domingo 15 de agosto frente a las más de 18.000 mesas electorales, contando las que se instalaron en centros fuera del país, como por ejemplo en Miami. Esta fue una de las principales estrategias especulativas de la oposición, para lograr la victoria. Venezuela llegó a esta salida electoral en medio de una gran tensión luego de dos años de convulsiones políticas que incluyen un fallido golpe en abril del 2002, y un paro obrero-patronal que se inició a finales de ese mismo año y que se extendió por dos meses. La mayoría de las mesas de votación abrieron a las 6.00 de la mañana mientras los periódicos locales fijaban en sus titulares las dos opciones: decidir entre la continuidad de la "revolución bolivariana" de corte izquierdista promovida por Chávez, o un modelo donde el Estado tenga menor intervención y no se mantenga en abierta confrontación con Estados Unidos. La jornada en sí De las más de 50 elecciones internacionales en la que había participado el Centro Carter la jornada del domingo fue la de mayor presencia de votantes hasta ahora. Y se desarrolló con normalidad, a pesar de algunos hechos pintorescos que mencionaremos a modo de muletillas de crónica. La oposición pidió al CNE resolver los retrasos provocados en la votación por las máquinas cazahuellas que "casi se han convertido en el elemento de sabotaje real de este proceso", según lo expresó Mendoza, quien además pidió al organismo electoral revisar el papel de las máquinas en el proceso. El dirigente opositor Henrique Salas Römer calificó por su parte de "abuso" que la gente debiera esperar "seis u ocho horas" para votar por las demoras causadas por esas máquinas. Recordemos que Römer es el ex gobernador del industrial estado de Carabobo (ubicado a 100 Km. al oeste de Caracas), quien fuera derrotado por Chávez en las elecciones de 1998, y quien también se admitió que "desde 1958 no había visto una concurrencia tan masiva" de votantes. Atendiendo a los reclamos, el CNE anunció luego que se modificaba el proceso: los electores debían votar primero y pasar por la máquina cazahuellas -que el CNE impuso para evitar fraudes a pedido de la oposición que ahora pedía lo contrario - después. De todas maneras, las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) y observadores internacionales del Centro Carter y la OEA destacaron la normalidad del proceso y pidieron paciencia a las personas que esperaban horas para votar. Incluso las opiniones de los contrincantes se expresaron con la más absoluta calma y soltura diplomática. Por un lado, el líder de la opositora Coordinadora Democrática, Enrique Mendoza, expresó en vísperas de los resultados finales que "hoy está ganando la democracia venezolana (...). Podemos resolver nuestros problemas pacíficamente, sin violencia." Por el otro, Chávez, con una seguridad más manifiesta, dijo: "Nosotros aceptaremos cualquier resultado que emita el CNE tan pronto el proceso concluya y ellos tengan los números sólidos que deben tener" dijo tras exhortar a la oposición a hacer lo mismo. También invitó a tener calma en las largas filas. "Rodilla en tierra, que nadie se vaya de las colas (...) Si hay que amanecer votando, amaneceremos votando, pero este es un día histórico para la democracia venezolana." "Todos los que dijeron (...) que el dictador Chávez va a desconocer las firmas, que habrá que sacarlo por golpe de Estado (...) Aquí está la demostración. Hugo Chávez, ciudadano inscrito e inserto en un proceso democrático, está aquí junto al pueblo venezolano manifestando su opinión," afirmó mientras sufragaba. Lo anecdótico vistió el proceso completo.
"Solicito (...) que inicien las averiguaciones del caso y se detengan inmediatamente a los autores porque esto es un delito de flagrancia," dijo Carrasquero, quien estuvo acompañado por el directivo electoral Jorge Rodríguez. Varios dirigentes opositores aseguraron que el disco compacto era parte de un programa cómico y calificaron la denuncia como un "acto desesperado" por parte del oficialismo. El CNE se vio obligado, debido a la afluencia de votantes y los retrasos que se registraron para emitir los votos, a ampliar el plazo de la votación por cuatro horas hasta las 20.00 hora local, cuatro horas más de las estipuladas en la Ley del Sufragio, manteniendo lo establecido en la normativa de que si hubiera votantes en las colas aún pasada esta hora debían permanecer operativas hasta tanto sufragara el último elector en espera. Como otra medida,
La intervención de la OEA en su versión mejorada Debido a la tensión política generada por la imparcialidad de la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la instancia de convocatoria a referéndum y certificación de firmas se nombró al embajador brasileño Valter Pecly Moreira como jefe de la misión que acompañó el referendo. En una entrevista, Pecly Moreira afirmó que garantizaría un "trabajo profesional y técnico, sin tomar partido", acompañando todo el proceso, antes, durante y después del refrendo. El anterior jefe de misión fue sustituido por la situación que se presentó en la etapa anterior, por la cual el gobierno y el Consejo Nacional Electoral quedaron con mucha desconfianza de la misión de la OEA. Estaban dispuestos a no invitar a ninguna observación internacional de este tipo. Después de algunas conversaciones reconsideraron la decisión y fue elegido el brasileño para encabezar la misión. La preferencia por un embajador brasileño pudo deberse a que Brasil tiene en la OEA una tradición de mediador en conflictos, de apoyar los actos adecuados en los momentos precisos. En el momento en que se anunció que sería propuesto un brasileño, al embajador de Venezuela en la OEA (Jorge Valero) le pareció excelente, y a los otros 32 miembros de la organización también. Recordemos que el último jefe de misión de la OEA en el país, el colombiano Fernando Jaramillo, fue duramente criticado por el gobierno por hacer declaraciones parcializadas en favor de la oposición, lo que en ese momento debilitó la credibilidad de la misión. Como previsión se acordó que si se observaba algo que no está de acuerdo a los patrones requeridos, no podía discutirse con la prensa, sino con el CNE. "Hay una diferencia entre detectar un problema, hablar con el organismo electoral y esperar que él lo solucione. Si consideramos que algo es inadmisible, que están violando alguna norma, claro que se puede ir a la prensa. Pero lo que no se puede hacer es discutir con la prensa sin que el órgano electoral haya tenido la posibilidad de analizar y corregir su error", opinaba Moreira quien fuera uno de los embajadores en Washington responsables de la Carta Democrática de la OEA. Primer desenlace El mandato de Hugo Chávez era ratificado por 4.991.483 (58,25%) de votos por el "No", contra 3.576.517 (41,74%) votos por el "Si" de la oposición, computados el 94,49% de las actas con 8.568.000 electores. Fue la elección con mayor participación de la historia del país. Mientras Chávez esperaba el anuncio oficial del CNE para hablar a la nación, millares de personas conmemoraban la victoria del presidente dentro y fuera del Palacio de Miraflores, que estuvo cercado por la población durante todo el día. Chávez pidió un reconocimiento a los venezolanos que optaron por el "Si" porque manifestaron su decisión e invitó a todos a tomar conciencia de que el proyecto que avanza en el país no los excluye. Señaló que "Venezuela cambió para siempre, no hay paso hacia atrás". La OEA y el Centro Carter llamaron a la oposición a asumir la decisión del pueblo venezolano.
También el ex presidente estadounidense Jimmy Carter llamó a la oposición a "asumir los resultados" y dijo que los informes elaborados por su organización coinciden con los que aportó esa madrugada el Consejo Nacional Electoral (CNE), y dieron la victoria a Chávez a favor de su permanencia en el poder. "Todos los venezolanos deberían aceptar los resultados del Consejo Nacional Electoral", agregó en ex mandatario estadounidense. Sin embargo, el vocero de la CD, Alberto Quiros Corradi, respondió que la oposición mantendrá su postura de no reconocer los resultados del CNE y anticipó que pedirá una "verificación más exhaustiva de las actas" de votación. Para calmar a los mercados internacionales que fueron obligados a inclinarse por una victoria de Chávez temiendo una desestabilización en los precios del petróleo, el presidente del cuarto mayor exportador mundial de petróleo anunció que seguirá enviando sus cuotas del producto, regularmente. Chávez exhortó al gobierno de Estados Unidos a interrumpir su presión sobre el país y a que "respete la soberanía venezolana". Fortaleza y debilidad La subida del precio del petróleo en los últimos meses tuvo efectos inmediatos en Venezuela. El país petrolero culminará 2004 con una impresionante cifra de crecimiento económico, del 12% del PIB según CEPAL, y servirá de locomotora para el crecimiento de toda la región de 4,5% del PIB. Hoy por hoy los millones que aporta en crudo pueden desestabilizar la base de la economía estadounidense, cuya presión económica, basada en la deuda externa, se sustenta a la vez en su dependencia respecto de los países que oprime. En los 40 años previos a la llegada de Chávez, con 300 mil millones de dólares de ingresos petroleros, se llegó a un 80% de la población en situación de pobreza y una deuda externa que alcanzó los 27.500 millones de dólares. Actualmente, el enemigo principal parece ser Bush para quien el panorama se le presenta diferente: la atención centrada en crear un clima de terror y de inestabilidad ligados a la continuidad de Chávez llegó a su punto final, o al menos a una pausa... Los mismos operadores en los mercados petroleros consideraron mejor que Chávez se sostuviera en el poder, para la estabilidad de los precios, un exportador mundial (el cuarto) de crudo en turbulencia puede inflar aún más el inflado precio del barril. "Si el petróleo fluye y los inversores estadounidenses están contentos, la administración Bush no hará gran cosa contra el mandatario venezolano", dijo a IPS en Washington, Michael Shifter, experto de la organización Diálogo Interamericano, porque "lo que Estados Unidos quiere sobre todo es estabilidad". Con la victoria de Chávez, Washington deberá relacionarse con Caracas en otra tónica. Por otra parte, la victoria de Chávez "indudablemente animará la alianza que él impulsa con los gobiernos de Argentina, Brasil y Cuba, así como a los movimientos políticos y sociales de izquierda en toda la región", dijo a IPS María Teresa Romero, docente de Relaciones Internacionales en la Universidad Central de Venezuela. Esto representa no sólo otro ámbito sino también otro frente de negociación del que se espera un proceso de unificación que represente una estrategia de salida de las reglas de juego yanquis y no un juego de alianzas que conduzcan a lo mismo.
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