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El Congreso

Por Javier González y Enzo Vicentín

De broncas, odios e impotencias

     Seguramente que es bronca, si. Bronca, odio, un poco de impotencia. ¿Cómo no sentirlo, después de todo? Si la voz del ex-intendente Marcelo Álvarez nos sigue asegurando que blablabla y en nuestra memoria la gente se sigue quedando, sigue pensando que el agua no va a subir tanto. ¿Cuanto puede subir el agua de un río? ¿50 centímetros, 1 metro? Exagerado.

     ¿Cómo no sentirse así, si a un año siguen sucediéndose los estudios, los contra-estudios, las verdades y las mentiras, sin que nadie aparezca como responsable?

     ¿Cómo no sentir bronca? Si el Lole es distinto, es bueno, es rubio, es macho, es puto, es lindo (eso si, dicen las viejas del barrio), se embarra las patas y toma frío para estar al lado del que siempre pierde,
recorre con su moto los terraplenes en dónde rehacen sus nidos los inundados. Muchos lo han visto, sólo, siempre sólo. ¿Como puede ser malo el que nos devolvió el Puente Colgante? ¿Como va a ser malo el que se enfrentó en cruentas batallas al poderío de Frank Williams y Alan Jones, dejando bien parado al macho argentino que se las aguanta todas sin chistar?

     "El tiempo no dura siempre lo mismo", dice un amigo mío afecto a los aforismos y a sentencias de este tipo. No dura lo mismo porque los 5 minutos que nos quedan para seguir durmiendo antes de iniciar la rutina diaria de vestirse, lavarse los dientes y peinarse, desayunar algo a las corridas, mandar los chicos a la escuela, fijarse que el perro no haya cagado adentro, y tomar el colectivo que muchas veces se rompe, no son iguales a los últimos 5 minutos del partido que Colón pierde y casi nunca puede empatar.

     No dura lo mismo el minuto que uno pierde en ver a Grondona y Blumberg indignarse por tanto morocho delincuente, que el minuto que transcurre viendo a las aguas marrones y pestilentes del Salado llevarse las descoloridas fotos de los chicos y el abuelo.

     Un año, seguramente no dura lo mismo para Macri o Amalita Fortabat que para un simple "inundado" santafesino. A veces los años duran una eternidad y las cosas que pasaron hace apenas12 meses parecen salidas de un libro de historia del polimodal.

Viernes 23 de abril

     Para recordar, para hacer memoria, para organizarse, para comenzar a plantear la lucha desde otra óptica más integradora, los días 23 y 24 de abril de 2004 se realizó en Santa Fe, el Primer Congreso de Afectados por la Inundación, Balance a un año de la tragedia, organizado por las distintas agrupaciones e instituciones que vienen juntándose, intentando el camino de unificar las luchas: Carpa Negra de la Memoria y la Dignidad, Marcha de las antorchas, Empresas afectadas, Mosid (Movimiento Social Independiente de Desocupados),
Movimiento "Madres inundadas", Casa de los Derechos Humanos, Vecinos de Diferentes Barrios, vecinos de Plaza Arenales, FM Popular, 1ra Escuela de Psicología Social "Dr. Enrique Pichón Rivière", Familiares de Víctimas de la Inundación, Asociación 29 de Abril Barrio Roma.

     El Congreso dio inicio el día viernes 23 con un acto de apertura en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral al que concurrió un número importante de gente, ocupando un 80% de la capacidad del mismo.

     Pudieron escucharse los audios de las voces de los protagonistas de la tragedia, las de los afectados y las de los responsables políticos, víctimas y victimarios. Por centésima vez el ex-intendente Marcelo Álvarez, nos aseguraba que había barrios que no se iban a inundar. Y por centésima vez también, la indignación y la bronca aparecieron en nuestras caras.

     Volvió a recordarse también, la situación de los pueblos inundados que no existieron ni existen para el Estado Provincial: Recreo, Elisa, Villa Saralegui, San Javier.

     "Porque ellos ya lo sabían", una producción en video del grupo Matecosido sobre letra de un tema de Josecito y Osmar Yossen nos refrescó a todos las imágenes de Santa Fe convertida en una Venecia sin poesía.

     El documento inicial de las organizaciones convocantes habló de: "reclamar lo que es justo", de "la necesidad de dar batalla", de que "todos hemos entrado en la categoría de inundados" y de la necesidad de "construir un mañana distinto".

Sábado 24 de abril

     Continuando con el desarrollo del congreso, se realizaron talleres temáticos en aulas de la Facultad de Derecho de la UNL. Organizaciones afectadas, salud, educación, trabajo y desocupación, voluntariado, familia, jurídico y medio ambiente fueron los espacios abiertos a los participantes. A pesar del escaso número con que contaron algunas mesas de debate, fueron rescatables algunas dinámicas interesantes y discusiones constructivas dadas en algunas de ellas, que se plasmaron en el documento final atacando muy duro a los responsables políticos de la catástrofe.

     En lo talleres se pudo observar el intercambio entre los mismos afectados y otros grupos, como estudiantes, militantes o profesionales del campo social. Un intercambio entre los relatos y el análisis, entre las observaciones hechas desde el agua y aquellas hachas desde la distancia, entre las lágrimas y la solidaridad, pero sobre todo entre la clarificación del pasado y la búsqueda de un camino hacia el futuro.

     De esos intercambios, el MdH grabó las voz de Héctor Rougier, psicólogo clínico y psicólogo social de Rosario, que se refirió a las secuelas de la inundación, al rol del Estado durante el suceso y al congreso en si mirando las posibilidades de confluencia de las luchas populares. También vale la experiencia de Eugenia y Astrid, dos estudiantes de la UBA que, como tantos en un primer momento, se acercaron a dar una mano, pero que hoy siguen trabajando en el barrio San Lorenzo, y nos comentaron su visión del congreso, del año que pasaron trabajando junto a los inundados y de las repercusiones del caso santafesino en Buenos Aires.

     Sobre la situación de los pueblos inundados del resto de la provincia que tuvieron su espacio en la presentación del viernes, el MdH dialogó con Héctor Carlos Jilguero, que vino al Congreso a contar la organización que el pueblo de San Javier se está dando para luchar por indemnizaciones justas por la catástrofe, a pesar de los "aprietes" de los caudillos políticos de la zona.

     Finalmente, la conferencia de Ana Gritti sobre el caso de Río Tercero - la explosión intencionada de una fábrica militar para tapar las evidencias de las ventas de armas a Croacia y Ecuador durante el gobierno de Menem - fue un testimonio de cómo puede investigarse y accederse a la verdad desde la resistencia y la memoria popular.



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