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"Conversando con Horacles"

Por Seguro Silva

     Seguro Silva y Delfina Contreras están de vacaciones y se nota. Además esperan un hijo, esto quizá no se note demasiado pero ya se va a notar.

     Este trabajo de Seguro es el primero de una serie que va a llevar el sugestivo título de "Conversando con Horacles".

     Nuestro artista creó un personaje llamado Horacles que será su alter ego y que a partir de ahora oficiará de interlocutor.

     Con ustedes, el artista.


     "En la casa de Horacles solían suceder aquellas cosas. En la casa de Horacles sucedían cosas, pasaba algo, no sé si me entiende. Pasa que sucedía la charla, la conversación, el antecedente inmediato de la literatura, eso, y que no le parezca poco.

     En la casa de Horacles redescubrí el principio de la fe que la mayoría de los habitantes de la tierra profesa, léase hinduismo, protestantismo, protagonismo, peronismo y todos los vocablos terminados en ismo que posee la lengua española incluyendo uno mismo que no es un vocablo sino dos pero no me importa. (Yo no pertenezco a ningún ismo dice un pelotudo en la radio.)

     Lo que pasa es que con Horacles charlábamos acerca de nada y nos topamos de frente con el mamut que es la fe cuando terminó de contarme una versión de la leyenda del pombero que había escuchado en boca de un hombre de Santiago del Estero quien explicando dicha leyenda tartamudeaba de miedo.

     En el Norte de nuestro país existen las creencias más inverosímiles desde Roland McDonald hasta el soldado chamamé, pasando por el crespín y el Almirante Brown. El hombre en cuestión, santiagueño para más datos, juntado con par femenino en campo adentro, trabajando en lo que trabaja esta gente: Recoger frutos de la tierra que después se importan a precio dólar. Las retenciones las usa el estado para pagarle al fondo y para mantener los planes jefes y jefas de hogar. El tipo labura de eso, y viaja donde haya frutos por recoger, Santa Fe es uno de esos lugares. Un amigo de Horacles escuchó en boca del susodicho santiagueño que el pombero es un enano que te manguea con descaro tabaco y alcohol hasta que te deja seco y después te coje la mujer, Lo más notable de esta versión de la leyenda del pombero es que el proceso es irreversible, si el pombero te agarra indefectiblemente te deja seco y te coje la mina.

     Otra versión que conocía de dicho mito cuenta que el pombero es una especie de monstruo gótico que porta un pedazo de proporciones descomunales con el que atrapa a sus víctimas y las posee sexualmente dejándolas embarazadas con violencia pa' que aprendan. Quizás esta versión sea un poco más clase b y no supere las interpretaciones que genera su versión santiagueña, además el tipo que la explicaba, ante el argumento lógico de la distancia aseguró que al pombero enano manguero y cojedor se lo puede encontrar en cualquier parte.

     Eso es la fe dijo alguno de los dos y se hizo un silencio. Al rato estábamos hablando de entomología.

     Después me fui. Saqué mi Vespa del garaje de Horacles y me fui despacio hasta el departamento de un amigo por calle República de Siria y sentencié dicha arteria a ser la calle más fea de Santa Fe centro y adyacencias inmediatas a pesar de tener árboles, esto lo entendí cuando doblé por calle Castellanos donde árboles en serio forman una cúpula en la cual los murciélagos más grandes del mundo traman un recorrido aéreo vertiginoso. Parece que se te vienen encima y agachás la cabeza pero no, te esquivan haciéndote sentir el viento que producen con sus alas.

     Cuando llegué y me puse a escribir cayó la ficha. Jugué un partido, perdí y me mandé a descansar, porque trabajar cansa como decía Pavese.

     No, escribir no cansa señora, lo que cansa es corregir, bien lo sabe usted que es docente.

     Lo que cansa es trabajar para tener tiempo de escribir, tomar un vino con Horacles y redescubrir que la fe es el miedo.

     El asombro sin pupitre nos invita a descubrir que todas las hormigas están locas y que los murciélagos de la calle Castellanos lo hacen a propósito.

     Charlando con mi amada Delfina llegamos a la conclusión que la fe es literatura. Respecto a aquella charla Horacles me dijo: no sea ingenuo Seguro, la literatura es la fe de los suicidas. La fe debería ser el sexo, el deseo, el impulso irrefrenable que nos obliga destapar la olla sabiendo que tiene adentro para ver si descubrimos in fraganti a la fantasía.

     Si Horacles lo dice.

Libertad a Seguro


      Perdido por perdido
      Es perder al cuadrado
      Así pierde el que espera
      El suicida perpetrador
      De cuanta tristeza
      El hacedor de pesadillas
      Cuenta la angustia
      De quien no cree
      Que el buen día está
      De aquí a mañana
      Por que al mañana ya lo vio
      Y vino para contarlo
      Perdido por perdido
      Prefiero a Víctor Sueiro.

            Delfina Contreras.

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