Los consejos de Seguro

presentados por Adrián Alvarado

Empeñado en recular con chancletas, me adentro en el túnel de la memoria, y en un anaquel olvidado encuentro un portarretrato con la foto de lucía, una de las mujeres que más supo moverme el piso, literalmente. La broma preferida de la piba consistía en sacarme la alfombra sobre la que estaba parado. Lucía tenía muchas alfombras distribuidas por toda la casa y no había forma de no estar sobre alguna de ellas en algún momento, entonces venía de atrás y te sacaba la alfombra, vos te caías y ella se cagaba de risa. Grandota era la loca y medio bestia pero hacia el amor como si fuera la ultima vez porque creía que se iba a morir en cualquier momento, su familia arrastraba una extraña tradición de muertes absurdas, el mito, alimentado por todos los integrantes de aquella particular familia, decía que inevitablemente todos los miembros morirían de forma absurda y trágica, el padre de Lucía por ejemplo murió en un circo, resulta que un elefante se asustó con un ratón y se llevó puesta la columna donde estaba parado el trapecista que se vino en banda y cayó sobre un pony al que se le salió violentamente una herradura que fue a parar a la cabeza del padre de lucia y le sacó la tapa de los sesos limpita. Tía Amelia, hermana de su padre una vuelta ingirió sin querer vodka pensando que era agua entonces se atragantó y tosió hasta que se le salió la dentadura postiza, está salió despedida a tal velocidad hacia arriba que terminó cortando con los dientes el cable que sostenía la araña del comedor que se le vino encima y se murió aplastada.

Lucía vivía todos los días como si fuera el ultimo y como para no contradecir su destino siguió la tradición familiar muriendo de forma insólita, resulta que se estaba bañando lo más bien y se le apagó el calefón, como estaba sola salió a ver que onda como dios la trajo al mundo pero más grande y chorreando agua, arregló el calefón y volvió al baño, mientras volvía el sol que entraba por la ventana se reflejó en uno de los charcos que había dejado en el camino y la encegueció por un instante, en ese ínterin se chocó un esquinero que cargaba libros se cayó y varios libros se precipitaron sobre ella con tanta mala suerte que el pequeño larouse ilustrado le dio de canto en la sien derecha y la dejó seca, estaba mojada pero quedó seca, se murió, por suerte ya no nos veíamos así que no tuve que ir al velorio.

Libertad a Seguro


Hay estrellas que con su brillo ponen en evidencia la opacidad de las noches silenciosas y el sinsabor de la vida ya no importa si es ese resplandor lejano el que llena de sentido la existencia, dijo Martín, Es probable que esa estrella que decís ya esté apagada hace tiempo y eso que ves es solo la luz de algo que está muerto, dijo Lucila, Vos siempre la misma con esa onda de mierda que tenés, vos siempre el mismo pelotudo que la va de poeta y se la pasa diciendo boludeces sin escribir una sola línea interesante, Habló margarita yourcener, Por lo menos no ando por ahí diciendo que soy escritora, Ser escritor es algo que se siente y que se revela de modos inexorables, para ser escritor hay que tener talento, Sí justamente, tá lento el escritor que no produce nada, escuchame una cosa beatriz guido, ¿a quien le ganaste vos? a esta altura del partido ya deberías saber que alguien que escribe se rige por reglas que solo serán dictadas por él mismo y que los tiempos de un artista se miden con un reloj de arena y cristales de lagrimas de musa, A vos se te debe haber trabado el flujo de arena y lágrimas con la piedra del riñón de un muso con cirrosis, Los musos no existen, Lo que no existe es la forma de comprar comida sin plata, habilitá que tengo que ir al súper, No tengo, Ayer tenías, Si, justamente, tenía, perdí todo en el casino, ¿Y desde cuando jugás salame?, Desde ayer, leyendo a dostoievski me inspiré y me fui a procesar la experiencia del juego como parte fundamental de la vida al límite, Al límite de hincharme definitivamente las pelotas estoy yo, le debemos una pequeña fortuna a mi vieja, otro tanto a la tuya y tu hermano vino ayer a buscar lo que le pediste el mes pasado y como si todo esto fuera poco estoy embarazada, ¿Y me lo decís así?, Te iba a mandar un correo pero nos cortaron Internet, ¿Y ahora que hacemos?, Vos que vas a hacer, yo ya se, voy a tenerlo y a criarlo lo más lejos posible de vos, Yo me mato, Yo te ayudo.

Libertad a Seguro


En la puerta un cartel con la foto de dios que dice, En esta casa somos católicos no se gaste en golpear si pretende hacernos cambiar de idea, toco el timbre y sale una señora que me pregunta qué deseo y le digo que deseo fervientemente que ella y todos los que como ella piensan se pudran en el infierno de esta perra vida, la señora me mira y me pregunta que como dije y le digo nada es que quería venderle la rifa del hospital de niños, No, gracias, me dice, Ya la compramos, y me cierra la puerta en la cara, pienso seriamente en hacer tronar el escarmiento pero me quedo colgado en las alturas porque un ave de presa me toma con sus enormes patas de los hombros y me lleva, desde allá arriba detecto como crecieron en la ciudad las construcciones irregulares que seguramente no han sido declaradas a la autoridad competente, el ave habla y dice con una voz un tanto aguda a pesar del miedo que el bicho metía, Eres lo que mas quiero en este mundo eso eres, ¿Y que soy? pregunto, Un impertinente y un hijo de la chingada, me dice, lo que voy a hacer es llevarte al cráter de las iluminaciones para que te enteres de que va todo esto, el cráter en cuestión parece que estaba cerca porque llegamos enseguida, ahí, como me había dicho el ave fui iluminado y hoy puedo ostentar este colorcito en pleno julio.

Libertad a Seguro


Cuando se cayó la pila bautismal todos en el templo se pusieron de pie y se dieron vuelta con intenciones de identificar el origen del estrépito por eso no vieron al cura cayendo fulminado a causa de un certero balazo que el mismo se había disparado a la altura del parietal derecho, cuando los feligreses voltearon otra vez al frente el párroco ya no estaba, solo se veían sus zapatos asomando a un costado del púlpito. Antes que los asistentes pudieran reaccionar las campanas de la iglesia tocaron arrebato y todos los vitrales se reventaron para adentro en una lluvia de vidrios de colores que terminó incrustándose en la piel de los aterrorizados fieles quienes a esa altura creían ser victimas de la ira de dios, pero no, dios estaba mirando un partido del mundial y no se enteró hasta bastante después cuando lo leyó por Internet. Cuando salieron, presas del pánico, pasaron a ser presas de las gárgolas que desde las cornisas se lanzaron en picada sobre las cabezas de los que no habían alcanzado a entrar en los autos, igual no safaron porque después cayó una llovizna de lava que terminó definitivamente con todos ellos.

El estupor y el desconcierto no tenían limites y los medios especularon con hipótesis descabelladas, lo que realmente pasó nadie lo supo ni lo sabrá nunca: resulta que un demonio subalterno se enculó mal porque su equipo quedó fuera de la copa por un gol mal anulado, el referí del partido era hermano del cura de más arriba  y justamente estaba con toda su familia esa mañana de domingo en la iglesia y todos murieron sufriendo dolores atroces, el arbitro se fue al infierno y ahí el demonio en cuestión le dedicó en exclusiva  tormentos personalizados.

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La pira funeraria
extiende
sus lenguas
de fuego
hacia arriba
con manos
como garras
como llamas
ahogándose
en busca
de aire 
de luz
hay quien muere
y es cremado
hay quien escribe
y quema
en una ceremonia vana
sus papeles
y jura
ante esas flamas
pasar en limpio
de memoria
todo
otra vez
de vuelta.



En la piel de acero bruñido me
quedo pegada fuerte para darte calor
y nada
rodeo tu literalidad
con mis brazos y aprieto
y nada
me siento
me apoltrono
me refriego
me froto
en repetidas ocasiones
y nada
nado también
en todos los estilos
sobre tus aguas
y cuando cambio
a modalidad mariposa
creo sentir que acusás recibo
pero no
no era nada
después
abrazada
a lo que de mi queda
sueño con manatíes
aplaudiendo.



par de pies
al pie del lecho
y una mano
pendiendo
de un brazo quieto
el saco azul
cubriendo
el respaldo
de la silla
y la corbata
sobre la alfombra
del piso
como una
víbora dormida.

Delfina Contreras

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