Reportaje a Eduardo Lucita

"Decimos que no se pague deuda con reservas, pero que las reservas se utilicen"

por Enzo Vicentín

El sábado 17 de abril conversamos en nuestro programa radial con el economista Eduardo Lucita, integrante del grupo Economistas De Izquierda (EDI). Lucita, junto a Claudio Katz, Guillermo Gigliani, José Castillo, Jorge Marchini y Alberto Teszkiewicz (todos ellos del EDI) han firmado un documento titulado “¿Se ha vuelto progresista pagar la deuda?” donde critican la reapertura del canje que está llevando adelante el gobierno argentino.

MdH: ¿Cuál es la opinión de ustedes respecto al nuevo canje? Te pregunto como el título del documento que ustedes firmaron, ¿se ha vuelto progresista pagar la deuda?

Eduardo Lucita: Nosotros como EDI hemos fijado posición. Nos vimos obligados porque esta reapertura del canje continúa una línea anterior, es una política caracterizada como de desendeudamiento para volver a endeudarse, pero nosotros creemos que esto es verdaderamente nefasto por las características que ha tenido.

En primer lugar, ya con la reestructuración de la deuda en el año 2005 se había sacado una “ley cerrojo” aprobada por todo el Parlamento por la cual el que no había entrado en ese canje quedaba afuera definitivamente. Cinco años después el canje se reabre otra vez con el apoyo de todo el Congreso, porque hay que decir que tanto el oficialismo como la oposición de derecha habilitaron el canje de los 20 mil millones de dólares de los bonistas que no habían querido entrar al canje del 2005. Digamos, por un lado se viola una ley que ellos mismos habían puesto. Por otro lado, a diferencia del 2005 donde el dúo Kirchner-Lavagna había hecho la propuesta a los bonistas, ahora la propuesta viene directamente de los bancos que hegemonizan al conjunto de los bonistas, con la característica de que la “cabeza” de esos bancos, que es el Barclays, antes fue representante de los bonistas y ahora es representante del gobierno. O sea que ese banco está de los dos lados del mostrador, lo cual agrega una cuestión muy sospechosa a este tema. En definitiva, nosotros creemos que este es un canje verdaderamente nefasto.

MdH: Inclusive están hablando de pagar en efectivo los intereses corridos desde el último canje hasta ahora.

E.L.: Exactamente, no les van a dar un bono sino que lo van a pagar en efectivo, seguramente con reservas.

MdH: El argumento que esgrimen desde el gobierno es la necesidad de conseguir inversiones, y a través del canje buscar que baje el riesgo país y así conseguir crédito a menor tasa. ¿Es cierto que es necesaria esta reestructuración para poder conseguir crédito más barato?

E.L.: Bueno, hay solo dos países que están pagando tasas del orden del 13%, que son Argentina y Venezuela, con características económicas bastante diferentes los dos. Es decir, Argentina está pagando tasas de interés muy altas. A lo que apuesta el gobierno es que por un lado -una vez habilitado a pagar con reservas- da garantías a los acreedores de que si no tiene dinero en el presupuesto, abre la alcancía del Banco Central y paga. A esto los mercados han reaccionado rápidamente, porque los bonos han comenzado a subir hace más de un mes y medio cuando comenzó el conflicto por el pago con reservas. Y además ahora con la apertura del canje neutraliza a todos aquellos bonistas que venían hablando de que se continúa en default. Se supone que estas dos medidas conjuntas van a aliviar la situación y es posible que así sea, porque la tasa que le cobran a Argentina es demasiado alta cuando nadie paga más del 5% a nivel mundial. Fíjense que Grecia, que está haciendo explotar la deuda en Europa acaba de conseguir 1200 millones de dólares al 4,6 o 4,7% de interés. Inclusive prestándole a la Argentina al 9%, le están prestando al doble del mercado, o sea que tienen una ganancia adicional de casi el 100%. En definitiva, es posible que se consiga crédito más barato, y es posible que afluyan nuevos capitales financieros, pero que son capitales especulativos, de gente que aprovecha la coyuntura durante 3 o 4 meses.

El problema que tiene Argentina es, por un lado que vengan capitales productivos, inversiones dispuestas a montar fábricas, ampliar la capacidad instalada, y eso es difícil que vengan por ahora porque en realidad no hay mucho capital productivo en el mundo, y el que hay está yendo a China, Brasil, una partecita a Perú donde se están dando ventajas extraordinarias, pero no mucho más. Eso es lo que necesita Argentina. Inclusive todo el problema inflacionario, más allá de todo lo que dice la derecha de que es por un exceso de demanda, para nosotros es una inflación producto de insuficiencia de la oferta, es decir, la burguesía argentina no invierte, va siempre detrás del proceso e invierte en cuentagotas porque está siempre líquida, dispuesta a sacar capitales del país al extranjero.

MdH: Siempre tiene la plata debajo del colchón…

E.L.: Claro, entonces acá si no interviene decididamente el Estado con un proceso inversor de grandes proyectos… acá por ejemplo no hay ningún Aluar, ningún polo petroquímico Bahía Blanca, ningún Somisa, ningún Altos Hornos Zapla, entonces la industria no tiene perspectiva alguna, no hay un proyecto de envergadura en torno al cual poder nuclearse y que abra la perspectiva de un desarrollo nacional. No hay nada de eso.

MdH: El ministro de Economía Amado Boudou ya dijo que el próximo paso luego de esta reapertura del canje es negociar con el Club de París. Uno ve que en algún momento Argentina va a volver a sentarse con el FMI y a cerrar este periodo de los últimos 7 años de una forma paradójica, arreglando con quien indicaba como su enemigo.

E.L.: Es muy probable, si. Ahora con el Club de París hay que ver si logra sortear la condición de ese organismo de que antes de negociar la deuda, Argentina debe acordar con el FMI. Si el gobierno logra arreglar con el Club de París sin entrar nuevamente al Fondo, quiere decir que el Fondo va a cambiar las condiciones para que Argentina regrese al redil. Acá hay una doble necesidad, por un lado toda esta polémica con el Fondo al gobierno le viene bien porque ello plantea un problema de distanciamiento de los organismos financieros, de que es posible financiarse sin entrar, sin ellos. Y además coincide con Brasil y otros países en que el Fondo debe cambiar sus formas, reglamentos internos, condiciones de los préstamos, etc. Por otro lado el FMI y particularmente el G-20 necesitan que Argentina vuelva al redil, porque es el único país díscolo en ese sentido.

Argentina tiene dos cosas que son únicas en el mundo. Primero, que rompió con el Fondo y por ahora no quiere volver a él. En segundo lugar, es el único país donde se habían privatizado las jubilaciones y el Estado las recuperó. El resto de los países que las privatizaron no las volvieron a recuperar. Estas dos cuestiones hacen que el gobierno tenga contradicciones con el capital financiero internacional, a pesar de que hoy todos aplauden porque si hay algunos que están contentos con el canje y el pago con reservas, esos son los bancos. Más allá de estas cuestiones que son un poco más de largo plazo, en la coyuntura inmediata el gobierno está con una muy buena relación con el capital financiero.

MdH: Ahora, en el marco de la pelea por el uso de reservas y la autoridad del Banco Central, sobre si ponen a Marcó del Pont o no, sobre si pagan deuda con reservas o no… ¿eso es un entretenimiento para giles o tiene que ver con esta política del pago de la deuda?

E.L.: Más que con una política del pago de la deuda, tiene que ver con que Marcó del Pont expresa una tendencia en teoría y práctica económica muy distinta a los monetaristas. Impulsa una política activa, e impulsa una política que tiende a romper con esto de que las reservas son intocables o que no se pueden usar para nada.

Lo que nosotros desde el EDI decimos es que no se pague deuda con reservas, pero que las reservas se utilicen. En ese sentido, si hay que recuperar los ferrocarriles, o los puertos, las reservas están para eso. La idea de que debe haber un determinado nivel de reservas para respaldar el tipo de cambio es una idea que viene de la Convertibilidad, pero rota la Convertibilidad no tiene ningún sentido. Si uno se fija en Europa, ningún país tiene este nivel de reservas con relación a la base monetaria.

Marcó del Pont expresa una corriente ideológica totalmente distinta a la derecha neoliberal, al monetarismo. Son todos capitalistas, pero hay diferencias. Si ella logra asentarse, va a haber una disputa con los bancos porque éstos están sentados arriba de una montaña de dinero que no prestan, sólo financian el consumo pero no hay préstamos para inversiones, porque ponen una tasa del 40%. La pelea va a ser que bajen esa tasa.

MdH: Me llamaba la atención ver a la Presidenta, que encabeza al supuesto grupo más progresista de la burguesía argentina, diciendo que tenemos que pagar la deuda y cumplir con los compromisos. ¿Cuál es la actualidad de la consigna de no pagar la deuda? En los años 80 tuvo mucha importancia, pero hoy ¿se re-expresa o se puede mantener igual? ¿Qué opinión tienen ustedes?

E.L.: Nuestra opinión es que hay una reconfiguración de la deuda, que no es un problema solamente local sino que hay una tendencia internacional. Ya no es todo deuda externa, en el caso argentino es más la deuda interna que la externa. Aclaro que cuando me refiero a deuda interna me refiero a bonos, no a la deuda social. Como decía es una tendencia mundial, también Brasil tiene más deuda interna que externa, también Colombia, México, incluso hasta Venezuela. O sea, deben dinero a acreedores que han declarado su residencia dentro del país. La deuda interna hoy supera el 50% del total de la deuda.

Ustedes habrán visto que ahora se habla de deuda pública, no se habla más de deuda externa. En los 80 cuando decíamos “no al pago de la deuda” estaba claro que los acreedores estaban fuera del país, hoy no es así. Dentro de la deuda interna, el 46% está en manos de organismos públicos, es deuda intraestatal, básicamente el ANSES, el Banco Nación y otros organismos. Y dentro de la deuda interna que es privada hay un gran porcentaje que está en los bancos, pero además hay bonos que están en manos de jubilados que le han ganado juicios al Estado, hay reparaciones a víctimas del terrorismo de Estado que se han pagado con bonos, hay proveedores del Estado que también tienen bonos, los ex-combatientes de Malvinas también, por lo tanto esos bonos no se pueden desconocer. Lo mismo pasa con la ANSES, donde si uno dice “no pago” entonces se descapitaliza.

Lo que hay que hacer es actualizar nuestro programa en relación a la deuda, el no pago va a ser para una parte, por eso nosotros planteamos el tema de la investigación y el análisis de la composición interna de la deuda. Creo que lo más lógico en el caso de la deuda interna, particularmente la privada, es hacer un censo que diga cuántos jubilados, cuántos ex-combatientes, etc. tienen bonos, y a ellos pagarles. Pero los bonos que están en manos de los bancos locales, esos bonos deben discutirse, porque los bancos los compraron a precios regalados, y muchos de ellos se los compraron a particulares como jubilados o ex-combatientes que asfixiados han tenido que venderlos. O sea que para los bancos locales tenemos que tener el mismo tratamiento que para los tenedores de bonos que están en el exterior.


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