Los hermanos no sé cuanto por Miguel Espinaco “Binner dijo una mentira bárbara, que yo privaticé el Banco de Santa Fe con los hermanos no sé cuánto. La verdad que está mal informado, porque yo con la privatización del Banco no tengo nada que ver.” (La Capital 18-02-09) El título, ya ves, no lo puse yo, sino ese famoso autodidacta inventor de frases célebres Carlos Reutemann, aquel mismo que mientras Santa Fe se inundaba decía “a mí nadie me avisó”, aquel mismo que juró que vio “algo” que no le gustó y que por eso declinó su candidatura presidencial en el 2002 cuando ya todos lo veían presidente. Los analistas se dividen entre los que aseguran que es y los que opinan que se hace, pero lo cierto es que este lamentable personaje maneja los tiempos de “la política”, lo cual en su acepción más mundana es lo mismo que decir los tiempos del verso y del engaño a la gilada. Sabe, por ejemplo, desaparecer y reaparecer oportunamente, retornar al escenario como si no tuviera la culpa de nada y acuñar un discurso que parezca casual. Ahora – justo ahora que el kirchnerismo se desfonda – redescubrió que su función de Senador le obliga a defender a la Provincia contra los intereses voraces del Estado Central y con esa cantinela repetida tantas veces para que al final suene cierta, pega el salto para ver si le dan los números para el 2011. La nueva es que ahora no se acuerda de quienes son los hermanos Rohm y juega a que ni le sale el apellido. “Ya desde la campaña electoral de Binner estamos con lo del 2001 y las muertes, lo de la inundación, el banco, la EPE, etc. Estamos dale y dale todo el día con esto” se quejaba unos días después el candidato a candidato (Data Santa Fe), pero entre todos esos temas, en la conferencia de prensa nacional que dio en el cuidado escenario de la clínica en la que se había operado, eligió acordarse de la privatización del banco y no por ejemplo de lo de Lepratti y el 2001, tal vez porque ese tema podría recordar a alguien que De la Rúa fue procesado por lo mismo que él ni fue molestado por “su” justicia santafesina. A decir verdad, una sociedad que fuera capaz de impartir justicia seriamente y no a través de las arbitrarias instituciones de la democracia de los empresarios, ya habría metido preso hace tiempo a Reutemann. Cómo mínimo, el jefe de un gobierno al que se le escapa la tortuga y es incapaz de garantizar que un terraplén detenga el agua, no podría volver a ser candidato a nada; como máximo, el jefe de un gobierno que no evacuó cuando verificó que el agua entraba a la ciudad y dejó que muriera gente, el jefe de una policía que mata a mansalva a tiro limpio en medio de la rebelión de la miseria, debe ser responsable de alguna forma de homicidio. Pero ahí está hablando, rodeado de cámaras y micrófonos, diciendo los hermanos no sé cuanto para hablar de los hermanos Rohm, gente conocida, especialmente para él. Carlos, el menor, el que “cultiva un bajo perfil” (Página 12 22/06/99) ya había salido en los diarios antes de la privatización del Banco Provincial de Santa Fe, porque sido procesado en 1997 por un tema de coimas y había sido sobreseído en 1999 por el juez Adolfo Bagnasco y por la sala 1 de la Cámara Federal, a pesar de que “curiosamente, los cheques que movía la cuenta investigada aparecían a nombre de mozas de pizzería y de muertos.” (Sergio Kiernan - Página 12 31/01/2002). Su hermano, José “Puchi” Rohm era habitué de los cumpleaños de Menem – el mentor del Lole - y por si eso fuera poco, el tipo tenía roce con José Alfredo Martínez de Hoz, con Adalberto Krieger Vasena y hasta era socio del banquero David Mulford, al punto que “cuando Mulford llega a Buenos Aires y se contacta con los periodistas, es José Rohm quien muchas veces oficia de traductor de su colega estadounidense” (Idem anterior). Reutemann, que ahora dice no recordarlos, telefoneaba desde Brasil - por aquellos días de la privatización - para alinear a sus legisladores bajo el mandato privatista, de lo contrario Obeid no habría llegado solo a juntar todos los porotos necesarios. Más adelante, los hermanos Rohm se harían más famosos todavía, casi siempre apareciendo en las páginas policiales: “antes de despegar desde el Aeropuerto de Ezeiza hacia Europa, fue detenido ayer el banquero Carlos Rohm, en el marco de la investigación que sigue la jueza María Servini de Cubría por lavado de dinero. El banquero es investigado por la operatoria seguida por el Banco General de Negocios (del cual es vicepresidente), que podría haber sacado dinero del país tras la implantación del corralito financiero el 3 de diciembre último.” (Periodismo) cuentan los diarios ya en el año 2002. Sin embargo Reutemann no necesita empaparse de lo que sale en los diarios para acordarse de los Rohm. Bien podría recordar aquel encuentro “catalogado por fuentes confiables como familiar” según cuenta el diario La Nación. Parece que en una grata cena en casa del mismísimo Carlos “no se cuanto”, se reunieron el “gobernador electo de Santa Fe y actual senador Carlos Reutemann; el candidato presidencial del Partido Colorado de Uruguay, Jorge Battle; el economista Roberto Alemann y el presidente de la Universidad de Harvard, Neil Rudenstine. La presencia de Reutemann en el lugar – sigue contando La Nación - respondió a una invitación especial que le hizo llegar Rohm, deseoso de entablar una buena relación con el ex corredor, habida cuenta de que su banco, el BGN, domina en la actualidad el recientemente privatizado Banco de Santa Fe, que se conserva como agente financiero de esa provincia.” (Diario La Nación 13/9/99) Opiná sobre este tema |
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