Brevísimos de sábado (13-09-08)

Gloria y loor a todos los maestros!

por Gabriela Invinkebried

Ser maestro o docente, es un viaje. No vas solo, tenés unos cuantos en tu espalda, que esperan que los acerques por lo menos...un trecho.

Si querés enseñar realmente a leer y escribir o lo que sigue, no solamente tenés que colgar un diploma en la pared, también tenés que abrirles la cabeza, lo más posible, a un montón de pibes para que puedan aprender.

De buenas a primeras tenés que aprender vos antes que la blanca palomita, ya que la carrera docente no te enseña un montón de cosas que necesitás, como por ejemplo:

que esa adorable criatura ni te conoce... por qué va a querer entender lo que le explicas?

por ejemplo:

que sos mucho más aburrida que la tele y la compu...por qué te va a tener que prestar atención?

por ejemplo:

que lo que le decís es chino básico y él estaba mucho mejor antes de tener que ponerse un guardapolvo.

por ejemplo:

que el pequeño ciudadano piensa todo lo contrario a lo que vos pensás, respecto de los contenidos, y encima no tiene ganas. TE QUERÉS MATAR!

Y bueno... por qué habría de tener ganas?

Si se tuvo que levantar a las siete de la mañana por obligación, desayunar dormido, lavarse la cara con agua fría y caminar 10 cuadras con un peso de cinco kilos en su espalda hasta la escuela y para colmo al llegar se le presenta uno más grande que está dispuesto a tratarlo de boludo.

Tampoco te dicen por ejemplo:

que les encanta torturarte psicológicamente para llamar la atención, ya que en la casa no le dan, ni pelota, con el tema de "la inflación" y "el nunca alcanza para fin de mes".

-Pibe, no te damos todo acaso, tu madre y yo?

-¿Qué más querés?

-Andá a la escuela, y dejame de joder!

Y bueno...después de unos años te caen las fichas y podés encontrar en el viaje un montón de otras cosas que tampoco te habían dicho.

Una, anticiparte a las miradas y entender que es lo que quiere decir ese pequeño Kruger y calmarlo.

Otra, agradecer a la vida el haber conocido personitas tan chiquitas y tan fuertes que no se doblegan ante nada ni ante nadie.

Además, reconocerte en él, ya que de un día para otro te cuestiona, te enriquece y hasta te hace reír.

Por último, hacerlos conscientes de su crecimiento y el poder que adquirieron. Ellos, los pibes que estuviste empujando un montón de tiempo.

Y al terminar la jornada, encuentro a mis hijos en casa... continúo con la clase, prácticamente. Ya que esos abusadores no tienen ningún hábito de orden.

¿A qué hora me van a relevar del cargo?

¿Cuándo me aumentan el sueldo?

FELIZ DÍA COMPAÑEROS!!!


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