Crónicas Curturales

En Argentina la historieta nace, crece, se desarrolla, se estanca, crece de nuevo y así sigue, como si fuera el país. Después de todo, historieta es apenas un diminutivo de historia, como si fuera algo más chiquito, menos serio.

Sepa qué es la historieta

10 _ Argentina, un país de historieta

por Maytland Goyeneche

Prehistoria

En 1799 Manuel Belgrano funada la primera Academia Nacional de Dibujo y ya por esa fecha aparecen las escuelas particulares del italiano Ángelo Campone y el español Jesé Salas.

En 1820 Fray Francisco Castañeda funda una escuela de dibujo en el convento de los recoletos. El Fray edita varios periódicos satírico-políticos en contra del virrey de España. No tenemos noticias de que el Virrey lo haya acusado de mafioso.

En 1835 Bacle funda el primer periódico ilustrado, El Museo Americano.

En 1862 aparece El Mosquito, considerada la primera revista con humor político nacional. El Mosquito, editada por el francés Enrique Meyer (que se publicaría hasta 1893) haría populares los dibujos de Henri Stein y las caricaturas de Meyer. En 1869 aparecen por primera vez las caricaturas de políticos organizadas en secuencias con el fin de narrar una anécdota. Obra de Stein.

En 1884 llega la revista Don Quijote de Eduardo Sojo, que duraría hasta el año 1905. aquí se publican las primeras caricaturas políticas de de Heráclito, Manuel Mayo y de Demócrito II, José María Cao, quien fuera el pionero en lo que a caricatura política se refiere, no solo por haber sido uno de los primeros, sino por haber sido uno de los más mejores.

En 1898 nace Caras y Caretas, donde además de sátira política aparecen relatos costumbristas con ilustraciones y textos al pie. En 1912 se publica la que sería considerada la primera historieta, con personajes fijos y continuidad: Viruta y Chicharrón. El autor de esta historieta es incierto. Cuenta la historia que se trataba de una historieta de origen norteamericano que de un día para otro dejó de recibirse, y debido al éxito que cosechaba la tira entre lectores se decidió darle continuidad con autores locales. Hay quienes sostienen que fué continuada por Manuel Redondo o Juan Sanuy, o ambos. También aquí se publicaría por primera vez la historieta de Redondo llamada Sarrasqueta.

En 1904 tenemos a PBT con fotos e ilustraciones con sus respectivos epígrafes en verso, retratando una época describiendo tendencias y costumbres. Por su contenido de crítica política y de actualidad llegó a superar su propio eslogan: "semanario infantil ilustrado para niños de 6 a 80 años". En 1916 publica Aventuras de un matrimonio aún sin bautizar, más tarde llamada Las Aventuras de Don Tallarín y Doña Tortuga, de Oscar Soldati, con un planteo sin precedentes en el país.

Tanto Caras y Caretas como PBT fueron creadas por Eustaquio Pellicer y contarían con la colaboración de Fray Mocho, Cao, Giménez, Zavattaro, Redondo, Villalobos, Columba, Alonso, Caballé, Mayol y un montón más.

También en 1904, Alberto Haynes edita la revista El Hogar, la editorial Haynes sería más tarde editora de Mundo Argentino, Selecta y del diario El Mundo. Esta revista, aconsejaba a las familias, enseñaba a las mujeres lo que se usaba y a los hombres los libros y autores que debían conocerse. Le abría una ventana a la clase media para conocer cómo eran las formas de placer y diversión de las clases adineradas. Aquí Arturo Lanteri inicia su famosa historieta Don Pancho Talero.

En 1909, aparecería el primer número de la revista de aventuras Tit-Bits, de la editorial Láinez, y dirigida por Rodolfo de Puga. Publicación dedicada a folletines y variedades, incluyendo tiras cómicas y humor gráfico, que tomaba su título de una conocida revista inglesa. Con el tiempo incorpora mayor cantidad de historietas, en general de origen extranjero; desfilan por sus páginas Buster Brown, Katzenjammer Kids, Buck Rogers y The Phantom, (por si no se dieron cuenta, todas historietas norteamericanas) entre otras. En 1941 se hace cargo de las ilustraciones de portada Alberto Breccia (previamente eran ilustraciones inglesas).

En 1916 y en la revista El Hogar, aparece Las Aventuras del Negro Raúl del argentino Arturo Lanteri, que representaba al típico personaje porteño de la época.

En 1918, Constancio C. Vigil funda la Editorial Atlántida, que luego se convertiría en una de las empresas fabricantes de revistas más importantes del país. Atlántida es también el nombre de su primer producto.

En 1917 Revista Popular publicó Las aventuras de Tijereta de Lanteri.

En 1917, Zavalla (con el seudónimo "Pelele") y Columba (que había dibujado para la revista La vida moderna) realizarían caricaturas en unas pantallas luminosas en varias esquinas de Buenos Aires.

En 1919 llega la primera revista específicamente infantil, Billiken, de la mano del didáctico Constancio C. Vigil, que alcanzaría distribución en toda hispanoamérica. Ya para esta época aparecen varias revistas que contienen historietas nacionales y extranjeras.

En 1923 nace Páginas de Columba, del dibujante argentino Ramón Columba, quién le dio lugar a artistas locales. En esta revista se publica Jimmy y su pupilo de Gónzalez de Fossat, considerada la primera historieta deportiva y precursora del clásico continuará, marcando así que la historia tenía continuidad en el número siguiente y no se trataba de historias aisladas. De esta publicación en 1928 se desprende la primera revista que contenía únicamente historietas: El Tony.

Historia o historieta?

Como podemos observar después de esta catarata cronológica tanto las caricaturas como las historietas propiamente dichas, es decir, las que vienen en varias viñetas con globitos para que hablen los personajes y todo eso, no desarrollan su modus vivendi en los diarios como en el país de origen (esto es, en Norteamérica, por más que algunos se empeñen en adjudicarle el nacimiento en Europa) sino en revistas y magazines. Tal vez porque justamente al revés que en el país del norte (esto es, Norteamérica, no Bolivia) la prensa no tenía lugar en ella para algo tan poco respetable como los dibujitos sin intención artística.

Recién en 1920 el diario La Nación empieza a publicar la tira Bringin'Up Father de McManus, rebautizada Trifón y Sisebuta o Pequeñas delicias de la vida conyugal, lo que le ocasionaría no pocos enojos de los abonados, estas "frivolidades" desmerecían la "seriedad" de la publicación. A la larga la calidad de la tira se impuso, lo que llevaría a la editorial una modesta reflexión:

"Desde hace más de cinco años nuestros lectores vienen regocijándose con las andanzas, ya profundamente cómicas, ya fuertemente grotescas o impregnadas de un dejo de melancolía, de don Trifón Opez, el popular personaje creado por George McManus. A la distancia recordamos todavía la oposición que en una parte de nuestros lectores encontró la innovación que significaba el hecho de incluir un material de esa especie en nuestro diario. Un concepto un poco arcaico de lo que debe ser el periodismo hizo, en efecto, que al principio resultase chocante la publicación de aquellos dibujos en un diario tradicionalmente serio y grave. Pero no transcurrió mucho tiempo sin que se advirtiese que esa seriedad y esa gravedad, características, sobre todo, de la columnas editoriales y de ciertas secciones de señalado matiz intelectual, no eran de ningún modo incompatibles con la nota artística destinada a poner en los labios del lector todas las mañanas, antes de emprender las tareas del día, una sonrisa. Así, lo que alarmó al principio adquirió bien pronto una popularidad grande... El fondo de interés humano que revestían las historietas hizo, por lo demás, que éstas cautivasen por igual a grandes y a chicos. No hay en nuestro país un ejemplo equivalente de que lo destinado a los lectores adultos atrajese en igual proporción a los lectores infantiles" (La Nación, 30/7/1926).

De todas maneras la sagaz observación acerca del arte del comic no tendría hasta bien llegados los años 60' su oportuna aceptación social, pero lo veremos mas adelante en el tiempo, más exactamente cuando lleguemos a los años 60'…

Lo que no cambió fue ese destino de arte menor, y de entrada empezamos mal. Ni siquiera tuvo el arte secuencial la suerte de ser denominada tal vez como el género con el que se identificaba, Comic en Estados Unidos, o quizás por uno de sus elementos constitutivos, como Fumetto (globo) en Italia o Bande Desinee (banda dibujada) en Francia. Todas denominaciones que si bien no llegan a hacerle justicia a un lenguaje con identidad propia, por lo menos no despectivo y, hasta podríamos decir, degradante, como es el término Historieta. Que por uso y costumbre no suena ya despectivo o degradante, pero convengamos, no se puede tomar en serio un lenguaje que desde el vamos se presenta como la parte chistosa de la historia, ¿o acaso cuando la Presidenta llega a la reunión de gabinete y los Fernández están de jarana con cumbia villera a todo trapo no exclama "pero chicos!!! Que es esta historieta???".

Crítica de la historieta

Desde mediados de la década del '20 y a lo largo de los años '30 el diario Crítica será el campo más fértil y propicio para el desarrollo de las tiras nacionales y extranjeras.

Desde este memorable periódico habría que rescatar una serie de eventos afortunados para el panorama de la historieta argentina, en cuanto al aspecto histórico del diario en sí, lo dejo para otros analistas más lúcidos en ese terreno, pero desde ya que vale la pena indagarlo. Pero no puedo evitar hacer una breve referencia sobre el padre de la criatura, Natalio Botana, el Heartz argentino, a quien Leopoldo Marechal, en su novela Adán Buenosayres, lo condena al séptimo círculo del infierno y lo muestra como el jefe absoluto de una rotativa gigante cuyos rodillos devoran y aplastan hombres hasta convertirlos en papel. Confiesa cómo, en una noche de póker, aburrido, se dedicó a contar los fósforos que contenía una cajita de cartón. Descubrió que contenía uno menos que los 45 prometidos y logró que la empresa fabricante pagara fortunas con tal de que la noticia no llegara a la primera plana del diario.

Ávido por captar y mantener el interés de sus lectores, el diario de Natalio Botana aportará algunos de los ejemplos más memorables de la historieta, con el apoyo de una tecnología gráfica que en 1927 le permitía impecables impresiones en cuatro colores.

El diario adopta la clásica modalidad norteamericana de publicar las series de aventuras en dos versiones: la cotidiana, en esquemático blanco y negro, y la dominical, que suele encomendar a un dibujante más dúctil, o que aparece valorizada por un formato menos comprimido (la gran "plancha" dominical) y por una ejecución a todo color. Así en las páginas de Crítica tenemos el Tarzán acromático y de sintética factura que dibuja Rex Maxon para la tira diaria, y luego los barrocos lujos visuales del Tarzán de Burne Hogarth.

Ahora, de la serie de eventos afortunados: la captación de tipos y costumbres urbanas que realiza el "Mono" Diógenes Taborda desde las páginas del diario, la aparición del Suplemento Infantil de Crítica, las ilustraciones de Pedro Rojas para el ciclo folklórico de Juan el Zorro y la incorporación de Dante Quinterno, quien en agosto de 1927 comienza a entregar Un porteño optimista, la tira que más adelante rebautizará como Aventuras de Don Gil Contento y en la que aparece por primera vez el acaudalado terrateniente e indio Patoruzú, (mas noticias del mismo, en el próximo capítulo), el suplemento cómico en colores (1932), en el que aparecen historietas nacionales junto con materiales extranjeros contratados con United Features Syndicate y NEA Service.

Entre estas tiras se destacan Don Jacobo en la Argentina (en realidad Polly and her Pals, de Cliford Starret) y Breves tragedias de la vida moderna (originariamente Toots and Casper, de Jimmy Murphy), ambas orientadas hacia la exploración de la vida cotidiana en una sociedad moderna y ambas protagonizadas -girl strip- por clásicas heroínas del mejor cuño americano.

Entre los materiales más interesantes de Crítica debemos citar por esa época a tres grandes clásicos universales: Espagueti (Popeye), de Elzie Segar, La Pebeta del Pasaje (Blondie), de Chic Young, y en especial El Gato Loco (Krazy Kat), la ya nombrada historieta de George Herriman.

También ofreció historietas en la Revista Multicolor de los Sábados, el suplemento que acompañaba a Crítica hacia 1933 y que dirigían Jorge Luis Borges y Ulises Pettt de Murat.

Crítica no publica sólo materiales comprados a los grandes sindicatos norteamericanos. Tenemos los relatos argentinos de Pedro Ramauge, las tiras históricas de Bruno Premiani, las historietas de aventuras de Cazeneuve (Aventuras de Carlos Norton) y las infantiles de Guevara y Sorazábal (Pío-pío, Michín y Pelusita), que adaptan a nuestro estilo el viejo modelo de las kid strips.

Son todos cómicos son

Hasta acá, todos los nombrados tienen un denominador común, esto es, el humor. Solo la historieta cómica tuvo registro hasta entrados los años 20. Tal como sucediera tanto en Norteamérica como en Europa no habría espacio para la seriedad, no siquiera para la seriedad del folletín hasta el final de la década.

En septiembre de 1928 Ramón Columba funda El Tony. Raúl Roux intenta por primera vez la historieta sin intención humorística o con búsqueda de la anotación de costumbres, Hansel y Gretel, en 1928. a la lista le siguen una serie de adaptaciones de novelas de aventuras, como Robinson Crusoe, La Isla del Tesoro, Buffalo Bill y Nick Cárter y otros, pero lo vemos la clase que viene porque se me hizo re-tarde.

Buenas noches.


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