"La legalización del aborto es una cuestión de justicia social"

por Miguel Espinaco y Daniel Acosta

El sábado 17 de mayo se cumplía un año de la muerte de Ana María Acevedo; su caso fue paradigmático, un ejemplo cruel de lo que la presión antiabortista puede ocasionar. Como en tantos otros casos cotidianos que llegan a los diarios apenas como estadística, en el caso Acevedo, los supuestos "defensores de la vida" terminaban siendo responsables de otra muerte quizás evitable.

Con motivo del aniversario de este hecho que nosotros hemos ya abordado en esta revista en la nota "Los derechos humanos de Ana" y el reportaje "La mujer decide, la sociedad respeta y el Estado garantiza" ambos textos publicados en el 2007, la Multisectorial de Santa Fe convocó a compañeras de todo el país, para realizar un acto de repudio y exigencia de justicia para Ana María, un acto que según sus organizadoras representa también "un acto de difusión, de enseñanza para que esto se sepa y se conozca y para que no se repita nuevamente".

Las actividades se habían iniciado el viernes con un banderazo en la cancha de Colón en oportunidad del partido contra Newell's Old Boys, una acción contra la discriminación organizada por el Inadi, en la que no faltó una bandera recordando a Ana María.

El sábado, la jornada empezaba frente al Hospital Iturraspe "como una manera de denuncia porque acá es donde muere Ana María" y seguiría más tarde con una caminata por las calles del centro de la ciudad: "queremos denunciar a los médicos y a todo el personal de salud que no atendió a Ana María como corresponde, que no atendió sus derechos, que no atendió sus derechos paliativos para el dolor, que no atendió ni diagnosticó correctamente su cáncer ni permitió salvarle la vida".

Elsa Schvartzman vino de Buenos Aires. Ella integra el Foro por los derechos reproductivos que es parte de la Campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito y con ella charlamos, mientras los participantes de la actividad se iban congregando frente al hospital.

MdH: ¿Vos crees que la decisión de los médicos fue por presión de la iglesia o esto es resultado de que este sistema a los pobres no les permite curarse?

Elsa: Bueno…

MdH: O ambas….

Elsa: Eso es lo que iba a decir: ¿tengo que elegir? Yo creo que el caso Ana María Acevedo es un caso flagrante de violación de todos los derechos, porque Ana María no está atendida correctamente tal como lo definen lo que son los parámetros de salud de las Naciones Unidas, con el mejor nivel de ciencia que se pueda alcanzar. Ese cáncer que tenía Ana María, diagnosticado correctamente y tratado correctamente, quizás le hubiera permitido vivir. O sea que no fue atendida por pobre, no fue escuchada por pobre, no fue respetada por ser pobre, y encima ser mujer y no le permiten tomar las decisiones sobre su cuerpo. Las presiones de la iglesia se pueden dar de muy diferentes maneras, compartiendo ideologías, compartiendo situaciones de poder, compartiendo un Estado que no se hace responsable y no garantiza, no hace falta que alguien hable por teléfono para que exista la presión. La desigualdad social y la inequidad se combinan con esta ideología.

MdH: Nosotros recordábamos el año pasado cuando ocurría lo de Ana María, que Santa Fe había sido una de las pocas provincias que no había firmado aquel famoso documento de los Ministros de Salud.

Elsa: Es cierto, una de las pocas con San Juan, y una de las provincias en donde incluso se encuentran también depósitos de métodos anticonceptivos vencidos que no fueron distribuidos en su momento. Esto creo que ateniéndose a estricta justicia, merecería por ejemplo un juicio por mal desempeño de funcionarios públicos. Los funcionarios no pueden decidir según sus propios criterios ideológicos, tienen que supuestamente respetar las leyes. Existe un programa, existen leyes que se deben respetar, nadie les está preguntando lo que piensan, para eso tienen su práctica privada y si no están de acuerdo se deben retirar de las funciones públicas, esa es una exigencia de un estado laico y democrático.

MdH: ¿Cómo ves en general la discusión alrededor del tema del aborto? Digo más allá de lo que hasta ahí nomás acepta el código penal, la discusión más global sobre un aborto legal gratuito y seguro en la Argentina.

Elsa: La discusión alrededor del derecho al aborto en Argentina está dada y la gente está madura y lo está discutiendo. Muchas veces se escucha desde algunos funcionarios o desde algunos dirigentes políticos que dicen no es momento para debatirlo. Creo que es negar lo que es la realidad y por algo lo están diciendo. La sociedad debate, ante cualquier situación lo que se discute es esto, hay que darse la discusión en serio y tomar decisiones. Yo creo que hay mucho más gente que apoya el derecho al aborto que lo que nos quieren hacer creer desde determinados lugares. Desde la Campaña hemos estado durante dos o tres años en las esquinas, hablo de lo que conozco en Buenos Aires, que yo he estado en esquinas muy diversas y de muy diferente gente circulante y la gente se acercaba a discutir. No hemos sido agredidas en ningún momento, ha venido gente a discutir, a preguntarnos, a decirnos estoy de acuerdo o por qué hacen esto, a entablar debate, cada uno de las firmas llevaba diez, quince minutos de conversación, mucha gente se iba y decía lo voy a pensar y eso es un triunfo de instalar el debate y romper el pensamiento y el discurso único. Cuando la gente empieza a descubrir y a darse cuenta que es un derecho que se conquista, que es un derecho de justicia social porque el aborto existe, no lo estamos inventando nosotros, no es la coca cola que la queremos imponer. La realidad del aborto con todas sus consecuencias, existe, es un caso de justicia social en este momento la legalización del aborto, porque las que se enferman y se mueren son las mujeres pobres, las que pueden pagar un aborto seguro no les pasa nada y lo hacen con las máximas condiciones de seguridad. O sea, lo que estamos pidiendo es que no se agrave la injusticia social de una mala atención, que se atienda en los hospitales públicos y que se prevean las posibilidades de infecciones y de muerte, eso es la legalización. Y nadie obliga, la mujer que no quiere no se lo va a hacer como nadie se obliga a otras situaciones.

MdH: ¿No creés que no es casualidad que haya pocos hombres en esta movilización? ¿No se sienten solas por eso?

Elsa: Yo creo que lograr la militancia siempre es muy difícil. Hay muchos hombres que apoyan la lucha por el aborto. De hecho, una de las cosas que nos llamaba mucho la atención es la cantidad de hombres firmantes en las planillas, hay muchos diputados hombres, hay muchos médicos varones que apoyan, dan la cara, dan su testimonio en los medios y demás. Posiblemente la militancia en la calle la estemos llevando desde el movimiento feminista, o las mujeres de las organizaciones sociales aunque no sean de los movimientos feministas. Pero los hombres están y los hombres firman y esto no es un problema de hombres contra mujeres y es un problema de los hombres también. Es el cuerpo nuestro, pero es un tema de los hombres también.

MdH: No es un problema solamente de mujeres, pero la presidente habla a cada rato de que ella es mujer y reivindica la cuestión de género a cada rato y en cada discurso y sin embargo no se ha puesto a favor de un aborto libre, qué opinás vos? cómo está jugando Cristina Kirchner en esta discusión?

Elsa: Claro, el tema de las mujeres es eso, no es la mujer, somos las mujeres. Y además de la cuestión de género se cruzan otras cuestiones, se cruzan clase social, lucha de poder, relaciones de poder. Digo: María Julia Alzogaray también es mujer, Margaret Thatcher también es mujer, digo, yo no tengo la culpa, nosotros peleamos por otras cosas, no es un problema de mujeres contra varones, sino de mujeres que pensamos determinadas cosas y de hombres que pensamos determinadas cosas en confrontación con mujeres y hombres que piensan otras cosas.

MdH: Ustedes profundizan las movilizaciones por el aborto legal seguro y gratuito y el Papa organiza campañas en contra en toda América. ¿Qué opinás sobre eso?

Elsa: Y… que las fuerzas son un poco desparejas.


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"Fue una injusticia"

Norma Cuevas es la madre de Ana María. Ella, que junto a Aroldo ha venido acompañando la lucha contra la impunidad, nos dijo entre otras cosas que "fue una injusticia" lo que hicieron con su hija: "cuando no le quisieron hacer el aborto yo ya sabía que le estaban haciendo el mal. Culpo a los médicos porque ellos no hicieron lo que tenían que hacer y un poco a los curas, porque los curas se pusieron en contra mía siendo que mi hija era católica, nosotros somos católicos y los curas tenían que estar al lado de la enfermedad de mi hija, no del lado de los doctores que la estaban matando".

En este audio, la palabra de Norma Cuevas:

Las presiones de la iglesia se pueden dar de muy diferentes maneras, no hace falta que alguien hable por teléfono para que exista la presión.
Los funcionarios no pueden decidir según sus criterios ideológicos, nadie les está preguntando lo que piensan, para eso tienen su práctica privada.
Hay que darse la discusión en serio y tomar decisiones.
Yo creo que hay mucho más gente que apoya el derecho al aborto que lo que nos quieren hacer creer.
El aborto existe, no lo estamos inventando nosotros, no es la coca cola que la queremos imponer.
María Julia Alzogaray también es mujer, Margaret Thatcher también es mujer y digo: yo no tengo la culpa
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