Los okupa en la mira del aparato represivo por Daniela Pierotti El Galpón Okupa Guille: El 11 de mayo, un grupo de compañeros y compañeras veníamos juntándonos en la calle en distintas expresiones, más que nada nucleándonos en la lucha concreta que planteaban los docentes que se nucleaban en ATEN. Ahí fue donde nos encontramos varios compañeros que proclamábamos las ideas libertarias y no teníamos espacios concretos donde juntarnos, donde expresarnos. Esa coyuntura del asesinato del docente nos ayudó a fortalecer algún tipo de organización entre gente que pensaba más o menos igual y bueno, llegar a hacer una acción concreta que derivó en mayo en esta ocupación. En un principio éramos diez compañeros u once. Sabíamos que la acción implicaba empezar a difundir para afuera con otras organizaciones, con otros compañeros que sabíamos que venían en una línea de acción y que podía llegar a aplicarse rápidamente el proyecto y otra línea hacia los vecinos para ganar consenso en lo que iba a ser la ocupación. También el laburo adentro. Tres patas que laburamos el mismo día y que estuvimos planificando durante bastante tiempo. Apenas se ingresa al lugar una comisión de compañeros empieza a trabajar rápido con los vecinos con un panfleto que teníamos preparado donde nos presentábamos, no con nombre ni apellido, sino quiénes éramos, qué pretendíamos para el lugar, para el barrio. Nos presentábamos y ofrecíamos embellecer el lugar, poner actividades culturales en el lugar. Éramos propositivos en la mitad del panfleto. Rápidamente se empezó a mover en el sentido de buscar recursos. Recursos materiales en cuanto a herramientas y materiales de construcción. Se empezó a trabajar el tema de lo mediático también. Se empezaron a sumar bocha de compañeros y compañeras y algunos se empezaron a ir, los que no coincidían con la idea o que tenían otra idea sobre esto y que lo estuvieron planteando en las distintas asambleas. Se llegó a un punto ahí de empezar a renovar y a debatir más en profundo el proyecto. Proyecto que se discutió y que se está discutiendo en todas las asambleas. La ocupación tuvo tres principios básicos que eran la solidaridad, la autogestión y el reciclaje (poder levantar el lugar). Y otra característica era el tema de la horizontalidad, en las asambleas que en un principio se hacían los domingos y que después porque a mucha gente le gusta usar los domingos para otra cuestión, por una cuestión cultural, se pasaron a los martes. Pero básicamente esos eran los principios que sustentaban a un montón de objetivos que venían detrás, como los objetivos fuertes de promover y practicar la subcultura. Nosotros llamamos subcultura a la cultura que crece de abajo. A la cultura que no es oficial, a la cultura que no se escucha, que los medios de comunicación oficial no toman. Esa cultura que es expresión simple, que está en los barrios, en la calle... acá llegaron muchos artistas callejeros también. Ese era uno de los objetivos concretos. Después poder darle creatividad a través del reciclaje. Concretamente hoy se ve esto, se empieza a ver, el reciclaje a partir de lo material, a partir de salir a juntar lo que este sistema considera basura. Lo que deshecha el sistema lo ocupamos nosotros para transformar esto. Para transformar un lugar que era frío y abandonado. Ya tiene bocha de vida. Otro de los objetivos era poder garantizar vivienda, la vivienda social como la llamamos nosotros para los que se involucren de lleno en el proyecto y que planteen una cuestión para adentro. También otro objetivo era contemplar un espacio de formación que se materializara en una biblioteca que bueno, es donde estamos haciendo esta entrevista. El tema de la subcultura se pensaba en los espacios de la música, de la difusión del arte callejero, de distintas disciplinas que van apareciendo y que se aceptan. Estos son más o menos los principios del proyecto y que bueno, es abierto. Tenemos esa particularidad, de ser abiertos, así que se siguen sumando compañeros y se siguen sumando proyectos. Hoy por hoy ya contamos con huerta orgánica, un horno para hornear cerámica, la vivienda para ocho compañeros, un salón colectivo para recibir viajeros. Ya vamos a concretar algunas otras cosas, como ser el piso, estamos planificando como concretar lo que son los vidrios. Ya hemos avanzado. Hemos tenido contratiempos, hemos tenido represión por parte del estado, por parte de las fuerzas policiales oficiales y paramilitares, o sea no oficiales, del servicio de inteligencia, pudimos detectar ese tipo también de persecuciones. Hemos sufrido apriete, detenciones, secuestros, allanamientos ilegales... eso nunca nos tiró para atrás, en sí nos ha fortalecido. Estamos aprendiendo a enfrentar ese tipo de ataque. Lo vamos a seguir enfrentando y creo que estamos creando resistencia en el día a día, simplemente eso. Yoni: Con respecto a la respuesta del estado a partir de lo que empezamos a materializar en el galpón fue, primero oficial: una denuncia de un funcionario del gobierno provincial que trabajaba en el archivo histórico de la provincia y que hizo la denuncia por la ocupación de este edificio que era un edificio histórico supuestamente. Argumentaba en su denuncia el cuidado del edificio histórico porque nosotros estábamos modificando paredes. En realidad esto estaba abandonado desde hacía 17 años, nunca se habían preocupado porque fuera histórico o no. Estaba en un deterioro bien grande y nosotros lo estábamos reparando. Este señor hace la denuncia por el edificio histórico y a partir de esa denuncia se abre una causa penal por usurpación en el juzgado de instrucción número 5, el juez a cargo es Benavides. La denuncia fue hecha el 24 de mayo, dos semanas después de la ocupación. Para el día 29 de mayo ya tenían una orden de allanamiento. Entre medio hubo un fin de semana largo pero de todos modos la justicia actuó rapidísimo, mandaron una orden de inspección ocular, allanamiento y muestra fotográfica todo el espacio. No fotografiaron a las personas pero sí las identificaron. Éramos 14 compañeros entre gente que estábamos trabajando y gente que estaba tomando talleres. Identificaron a todos los ocupantes y tomaron fotografías de todo el espacio. En ese momento nosotros no tuvimos tiempo de reaccionar, no pudimos hacer nada. Vinieron por la fuerza. Quisimos evitar que entraran pero entraron, tenían una orden y entraron. Después a la semana de eso volvieron a venir con un allanamiento pero ilegal, sin ninguna orden ni nada. Pensando que nosotros estábamos desorganizados o no sabíamos que ellos para entrar acá tienen que tener una orden, quisieron meterse y se metieron pero rápidamente empezamos a llamar a los medios. Salimos al aire en ese momento en una radio comunitaria que es radio CALF Universidad, que es la radio de una cooperativa y salimos al aire en el momento. Al salir al aire en una radio que se escucha en todo el pueblo la policía que estaba en ese momento se puso cola de paja... encima estaban llegando compañeros y se pusieron un poco cola de paja y se fueron. Se fueron rápido, no pasó más del intento de identificar a compañeros que no se querían identificar porque era ilegal el procedimiento. En ese momento se generó una tensión pero después con la llamada y los compañeros que empezaron a llegar fueron escondiéndose de las cámaras que empezaron a llegar. El procedimiento fue ilegal. Pasaron un par de semanas y vino un supuesto abogado de la subsecretaría de cultura al que supuestamente se le había adjudicado este espacio para que organizara un proyecto de un museo virtual, que era recuperar la fachada histórica del edificio y hacer acá algo así, no recuerdo bien. Lo que involucraba construcción, subsuelo, etc... Pero ese proyecto no se podía hacer por que acá en la esquina hay una estación de servicio, a 30 metros y la construcción que querían hacer acá requería de movimiento de suelo y ese tipo de trabajo ponía en riesgo a todo el barrio. Los tanques están abajo y están contaminando las napas además y todo eso. Bueno, vino el abogado de la subsecretaría de cultura a tomar posesión del lugar y nos daba media hora para que nos fuéramos sino la policía nos iba a sacar por la fuerza. El señor este no tenía ni nos mostró ninguna orden ni nada pero nosotros preventivamente llamamos a toda la gente a todos los contactos y empezó a llegar bocha de vecinos, de compañeros, de estudiantes, alguna gente de organizaciones sociales y políticas también. Y la policía se tuvo que ir y ahí fue la primera vez que se defendió el lugar con un grupo más grande de gente, no sólo con la que está involucrada en el proyecto. A la semana de eso nos enteramos por un medio extraoficial que había una orden del juzgado de desalojo. Entonces de nuevo, sabiendo que era inminente el desalojo, habíamos hecho una campaña previa de difusión. Ese día también empezamos a llamar a la gente que se había comprometido a venir a defender el lugar y hubo una respuesta recopada de unas 300 personas que vinieron acá. La policía ni siquiera se animó a entrar. Porque pasaron por afuera y vieron que había mucha gente. Después de eso los medios legales de persecución terminaron. La policía no vino más con órdenes pero sí empezó a partir de ese momento el trabajo de estudio por parte de la policía y los órganos que tienen de inteligencia para saber lo que pasa acá adentro. En realidad este es un movimiento que acá por estas latitudes es la primera vez que se ve. En otros lugares del país o del mundo es un movimiento que incluso ha tenido su auge y ahora está en decaimiento pero acá recién empezaba y no se había visto nunca. En un principio pensaban que iba a ser algo sencillo, que estábamos desorganizados, que no teníamos idea de nada. Pero después de que vieron que había organización y que se había organizado un entorno de gente dispuesta a defender el lugar, empezaron con el trabajo éste, más desde debajo de empezar a investigar, empezaron las persecuciones, los mensajes por teléfono, las llamadas, ha habido compañeros que han estado secuestrados y han aparecido de manera misteriosa. A un compañero lo levantaron y apareció como a las dos semanas internado en un psiquiátrico de la provincia de Buenos Aires. A otros compañeros que son amenazados los llevan a la comisaría, les roban plata, lo identifican, en procedimientos que son siempre bastante dudosos. A un compañero, un día iba caminando, lo golpean de atrás y se cae. Cuando se va a levantar le ponen una bolsa de arpillera en la cabeza y lo suben a un auto y lo tuvieron alrededor de 3 hs. con la cabeza debajo de un pie golpeándole las orejas en forma de sopapa para hacerle perder la orientación y aturdirlo un poco. Lo llevaron a un calabozo en un lugar descampado por lo que alcanzó a ver cuando le sacaron la bolsa de la cabeza y lo dejaron ahí casi 24 hs. hasta que lo volvieron a buscar y le dijeron "olvidate del taller (que es el lugar donde él trabaja), olvidate de El Galpón (que es el lugar donde él participa)... Eso te pasa por andar agitando", le dijeron. Ese tipo de casos han sido bastante frecuente. El otro día a un compañero que trabaja en un colectivo haciendo música cuando baja lo detuvieron, lo metieron preso, le robaron la plata, lo golpearon en la comisaría... Otros compañeros han sido directamente interrogados sobre en qué organización participa, si va a las marchas, etc., fotografiándolos ilegalmente. Ese es el trabajo que está haciendo ahora la policía o el servicio de inteligencia. Tareas de investigación, de amenazas y de intento de amedrentar todo el tiempo. La Construcción Marco: Esto es una bola de sensaciones... todo el tiempo nos vamos renovando, en el crecimiento fraternal, en la construcción... y en las ganas se va renovando. En las asambleas, en el trato diario que estamos viviendo con los compañeros en el día a día, con los compañeros, con los que van y vienen... Siempre hay un crecimiento. Hemos tenido altibajos pero estamos yendo para adelante. Fede: Muchos de los compañeros y compañeras que estábamos acá, que empezamos a participar de este espacio, que veníamos de otro tipo de militancia, de una militancia universitaria y por ahí otros compañeros y compañeras que no habían tenido ningún tipo de militancia nunca y que venían de otro espacio buscando lo cultural y cómo se pudo fusionar lo cultural y lo político. Había compañeros que se aburrían de las roscas políticas y nosotros tratábamos de interiorizarnos en lo que es la relación con los artistas callejeros. Acá vinieron muchos artistas callejeros, muchos malabaristas, y se pudo dar esa relación y a veces para los militantes universitarios era como poder desarraigarse de toda esa forma y adoptar una nueva forma, desestructurar ese esquema mental de que la militancia es tomada como una obligación, como una carga, como que tenés que seguir a raja tabla la línea de esa organización. A la vez los compañeros y compañeras que venían, artistas callejeros, se iban metiendo en la discusión política... empezaban a participar de las asambleas, daban el salto de empezar a discutir en las asambleas, a participar del laburo comunitario. Es difícil también no sólo hablar sino hacer concreto los valores que levantamos como principios, el principio de la solidaridad, de la autogestión, el principio del respeto mutuo en una sociedad que te impone el consumo, que te impone el individualismo, que te impone esa forma de "hacé tu vida y no te metás en nada y salvá tu culo y si el culo del de al lado se está cayendo no importa". Esto es una cosa nueva de todos los días, creo que también es diferente para los que viven acá, para los que no vivimos acá pero que formamos parte de la comunidad esta y que queremos que también se nos respete el lugar que tenemos en la comunidad. Eso es tener discusiones, poder plantear con los compañeros las diferencias, no enojarse. A veces es muy difícil llegar al lugar y verlo desordenado y ordenarlo, plantear che la pifié en esto, me estoy mandando cualquiera o poder decirlo a los compañeros. Es todo un día a día y es otra forma de militancia y de construcción. Yo en mi caso estoy desde el principio acá y por ahí me pongo a ver las fotos del primer día que entramos, que era un desastre y ver día a día cómo van avanzando los espacios, las actividades, es algo que te llena mucho y que a la vez cuidás y tratás de que nada lo ensucie. En los últimos días hemos tenido una campaña de difamación de estos tipos de espacios por parte de otra gente, diciendo que esto es instaladera, que acá no se está construyendo nada y a veces duele este tipo de comentarios. Medio que tira para abajo... Tratamos de dar vuelta eso y usarlo como motor para seguir avanzando. Mariana: Lo que más hace crecer al grupo me parece es que se proyectan cosas. Por ejemplo la biblioteca. Ahora pusimos la ventana, están trayendo libros. Viene gente y nos ofrece formas de empezar a inventariarlos. Los talleres se están dando con más continuidad, viene más gente, hay más compromiso. Después el tema de la construcción de los vínculos, que no es desde el lugar de las palabras, es desde la relación entre nosotros. Eso está bueno porque se plantea en todas las asambleas, lo de la construcción cotidiana con los compañeros y compañeras, cómo nos dirigimos hacia ellos, el lugar que se le otorga, los roles que se asumen, se está discutiendo bastante y me parece revalioso. Además la preocupación por todo, el adentro y el afuera. El imaginario que se genera, esto de que es un aguantadero, de que no se está yendo para adelante. Se trata de romper en todo momento con esas cuestiones. Guille: Cuando ocupamos tuvimos un acercamiento a todas las organizaciones de izquierda y a las organizaciones de derechos humanos que funcionan en la región. Presentábamos nuestro proyecto e invitábamos a participar abiertamente y a discutir las ideas que proclamábamos, los valores. Se hizo en forma escrita, se los invitó a la proyección de un power point donde mostrábamos lo que íbamos a hacer. Siempre fuimos claros y transparentes con esto. Utilizamos los canales de comunicación que tuvimos a nuestro alcance. Después estas organizaciones se fueron acercando en momentos claves. Decían "vamos cuando está el desalojo", por una cuestión de apoyo político ante un desalojo estaban acá. Pero prácticamente, en el resto de la vida cotidiana de estos cinco meses que han transcurrido, no se han implicado en lo que la actividad social, política, ideológica ni tampoco se han solidarizado en lo material. No hemos tenido ningún tipo de apoyo concreto. En el último tiempo esta expresión ha crecido, se ha realizado la ocupación en Cipoletti en el espacio El Andén. A partir de este crecimiento que se ha dado salimos a la calle, adherimos a las movilizaciones y participamos del pedido de justicia por el asesinato de Fuentealba y es claro que mucha gente adhiere porque se suma con nosotros en la movilización. Se difunden las actividades que se hacen acá adentro, está llegando a todos lados. Esto ha generado no sé si una mezquindad, o qué les ha pasado a las organizaciones de izquierda que han empezado a demonizar el espacio, no a venir porque ni siquiera han pisado acá adentro pero por cuestiones que ni siquiera existen. Hemos tenido agresiones físicas de parte de compañeros de otras organizaciones, que también son independientes, que supuestamente caminaban en la misma línea, es más de una organización que trabaja en el plano comunicacional atentó contra uno de nuestros compañeros en una marcha de los obreros Zanón. Se va generando eso como un fantasma alrededor de la ocupación. No así en lo barrial, en la comunicación con los vecinos, en los barrios. Pero parece que en Neuquén esta presión como no estaba nunca señalado, hay mucho prejuicio, solamente están acostumbrados a la militancia de partido, a la militancia orgánica y a acatar todo lo que digan los sindicatos. Esta presión es nueva y hay mucho prejuicio sobre esto. Me parece raro en Neuquén que se lo cataloga como un lugar de resistencia política y social en el país, como receptor de militantes de la dictadura que están activando acá, me parece raro. Todavía no nos termina de cerrar. Estamos demostrando día a día que no estamos pelotudiando. Tenemos en la semana tres o cuatro actividades políticas y sociales y culturales. Siempre tenemos abierto, tenemos talleres de todo tipo, desde HIV hasta de ley antiterrorista, desde malabares hasta huerta. Me parece que hay mucho prejuicio externo que cuesta entender, cuesta hacer un análisis. Pero me parece que tiene un trasfondo que es ideológico, el reivindicar las ideas libertarias en Neuquén no se había dado. No había tanta cantidad de gente levantando banderas negras, esto ha generado repercusión. Yoni: Por ahí una de las cosas que más ha llamado la atención es que es una muestra real de práctica de relaciones sociales diferentes, de nueva manera de concebir la lucha o la participación en el cambio social. Una nueva manera de intervenir en la realidad. Eso es una cuestión bastante copada que se está generando acá. Se está demostrando que se puede hacer diferente. Es una construcción de subcultura a partir de autocriticarse también. Apuntamos a generar un foco de resistencia ampliando lo que históricamente ya se ha evaluado que llegaron nada más a que como mayor conquista se haya llegado a un nuevo gobierno que sustituye a otro que va a ser igual o peor. Nosotros apuntamos a cambios reales que sean perdurables en el tiempo. Se empiezan a vivir relaciones en base a otros valores y a otras motivaciones. No desde el punto de vista de la especulación o de las alianzas políticas para conseguir más poder. Está bueno que acá vengan compañeros de otros sectores y empiecen a cambiar esa lógica de pensar especulativamente sobre la participación política del otro. Y de que empiecen a entender las coincidencias. Mariana: Demostramos que las ideas libertarias no queda en palabras. Nos está costando pero hemos hecho avances. Fede: Cuando se cerraron las puertas y el diálogo por parte de las organizaciones de izquierda se abrieron otro tipo de puertas. Con la Universidad Transhumante, con los MapuChe, con la gente de Quebracho que vinieron, con compañeros universitarios, etc. Vimos que no nos teníamos que colgar en la discusión con los compañeros de izquierda y teníamos que seguir avanzando. Inmediatamente después del acto electoral de este octubre, los ocupa volvieron a tener amenaza de desalojo. Los atropellos, detenciones y amenazas no han cesado. La socialización de esta situación es un paso, una forma de protegerse y de fortalecerse. Las fuerzas de seguridad especialmente en el sur tienen total impunidad para proceder como en un gobierno de facto. La mira está puesta en los grupos que intentan una forma de vida comunitaria, autogestionada, que se opone a la propiedad privada y que se fortalece dando poco a poco la espalda al estado que utiliza legalmente e ilegalmente la represión y la persecución política. También se vale de las características del imaginario setentista y utiliza el miedo colectivo y el prejuicio social clasista para dividir aún más los procesos que podrían generar una forma más amplia y masiva de resistencia frente a tanta corrupción política dominante. Opiná sobre este tema |
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