Reportaje a Patricia Aguirre

"Ahora tenemos comida de pobres y comida de ricos"

por Daniel Mangona y Miguel Espinaco

Entre actividad y actividad de las tantas que realizó en Santa Fe, Patricia Aguirre nos recibió para este reportaje y le dedicó tiempo como si hubiéramos sido los únicos. Lejos de eso, la visita de esta antropóloga alimentaria fue cubierta por casi todos los medios de difusión santafesinos, que anunciaron su visita, que la entrevistaron y que hablaron de sus trabajos como consultora de Unicef y de Fao, como docente de la Universidad de Buenos Aires, como directora de proyectos de investigación del Conicet y, especialmente, de sus muchos libros publicados, entre los que fueron mencionados "Ricos flacos y gordos pobres: la alimentación en crisis" y "Estrategias de consumo: ¿que comen los argentinos que comen?", que desde sus títulos ya dicen tanto.

La primera pregunta la hizo ella y fue ni bien nos presentamos y dijimos: somos de El Mango del Hacha.

"A la pregunta que querés ser cuando seas grande, un pibe griego te habría dicho justo, uno de la edad media temeroso de dios, un pibe de hoy bombero o médico"

Patricia: y por qué le pusieron ese nombre?

MdH: uyy. Es una larga historia. Mirá la cuestión fue un poco así, nosotros queríamos hacer un medio que hablara desde los trabajadores y no para los trabajadores. Entonces la discusión era qué hacíamos, qué nombre, y bueno, uno de los primeros compañeros que estaba en ese momento y después ya no estuvo más, vino con la idea de ponerle el hacha, porque el hacha daba la idea del trabajo. Entonces otro de los pibes quedó en escribir una especie de apertura para el programa de radio que fuera conceptual. Y bueno, en realidad trabajó toda una cuestión bastante expresiva del manejo del mango del hacha, que reflejaba la idea de haber perdido el poder del trabajador. Era el año 2000, así que imaginate. Y bueno, ahí quedó el mango del hacha, que después modificamos este escrito original y pasó a ser un poco más la idea de la cuestión que tiene que ver con ese escrito de Marx sobre el arma de la crítica y la crítica de las armas. Bueno, un poco pasó a ser eso conceptualmente el mango del hacha. El mango del hacha es como la idea que mueve la fuerza. El problema de construir el mango del hacha como construir la idea del golpe, o el objetivo del golpe. Quedó transformado en eso pero tuvo un principio más deprimente.

Patricia: qué bueno! Vos sabés que los antropólogos somos casi el reservorio. Yo lucho contra esa idea de que seamos el reservorio de la galería de monstruos. Entonces todo el mundo genera algún tipo de idea acerca de tal cosa y tiene que preguntar, decime no hay alguna cultura donde la gente se pinte con helado? Yo no quiero ser la galería de monstruos y además ser la voz de los que no tienen voz. No quiero ser eso. El antropólogo está para otra cosa, pero una vez vinieron de una revista sobre trabajo y me preguntaron, a ver vos en alguna lengua indígena, en alguna lengua rara, la palabra trabajo? Entonces yo dije, mirá, lenguas indígenas no porque si vos no tenés nada que ver con los pueblos originarios, no vas a usarles su lengua. Entonces ponele trabajo en griego, en romano, porque vos estás en las raíces de la sociedad occidental, entonces no es labor sino el empleo para la sociedad salarial. Bueno, cómo se decía trabajo en griego? No sé. Entonces fui a un experto y le dije, che, cómo se dice trabajo en griego? Y me dice no sé, entonces empezamos a buscar -el era un profesor de griego de la facultad- y me dice, che, no hay en griego la idea de trabajo, hay trabajos. Esa noción abstracta del trabajo, los griegos no la tenían, era la cosa concreta de que vos trabajabas como carpintero, viñatero, sastre. Pero lo que habían eran trabajos, la concepción abstracta de trabajo no está. Fue muy triste decirle ponele trabajo, porque fueron conceptos que no existieron antes de ahora. Yo siempre digo, si vos le decías a un chico romano, si alguien se hubiera ocupado por preguntar a un chico griego o romano -no les interesaba porque la niñez no era el foco de su interés, ellos empezaban a ser interesantes en su adolescencia si habían sobrevivido, la mortalidad infantil era gigantesca- pero si alguien hubiera tenido interés en preguntarle a un pibe griego qué querés ser cuando seas grande? El pibe hubiera dicho bueno, justo, sabio. Si le hubieras hecho la misma pregunta a un pibe de la edad media hubiera dicho temeroso de Dios, etc. Si vos le preguntás a un pibe de hoy te va a decir, presidente, bombero, médico porque una sociedad salarial genera trabajo, entonces los pibes te contestan con un trabajo cuando antes te hubieran contestado con un valor porque nuestra sociedad corta por ese lado.

"Todas las poblaciones numerosas y circunscriptas han llevado su consumo a los cereales, las de bajas densidades y grandes estepas herbáceas llenas de herbívoros a las carnes. Es una ecuación ecológica-económica."

MdH: y qué es una antropóloga alimentaria?

Patricia: Eso no importa, eso es lo de menos. Lo que importa es lo que hacemos. La antropología alimentaria tiene a la alimentación como un hecho social, no como "los nutrientes" sino como "la comida" y la comida como haces de relaciones sociales. Porque comemos como comemos porque hay una sociedad anterior a nuestra comida, a nuestro evento alimentario que ha designado a uno como comida y a otro como comensal. Entonces esa comida es producto de relaciones sociales que nos anteceden y a la vez va a producir relaciones sociales. Porque la cantidad y la calidad de esa comida van a formar el cuerpo del comensal y van a determinar su actividad, la reproducción social o no de su riqueza o de su pobreza. Entonces nosotros vemos a la comida como relaciones sociales, vemos a la comida desde la sociedad y desde el sentido. Porque los humanos somos bichos que leemos la relaciones biológicas como si tuvieran sentido.

MdH: sentido por significado?

Patricia: Si, sentido por significado.

MdH: y qué significado le damos ahora? Vos hablabas del romano, del griego, del indígena, pero qué significado diferente le damos nosotros a la comida?

Patricia: la comida tiene un uso social. Ni yo ni ningún otro antropólogo lee la comida como nutriente. Vemos los usos sociales de la comida. No nos interesa -eso se lo dejamos a los nutricionistas- comer bien o mal. ¿Qué es bien o qué es mal? Para una cultura, para toda cultura sus pautas alimentarias son la buena manera de comer y las del otro son las malas maneras de comer. Y la comida del otro siempre es una asquerosidad, la única que es rica es la mía.

MdH: Si, como ese que viaja comiendo cucarachas, el de la televisión…

Patricia: Bueno, lo que el intenta con esa joda es enfrentarte con los ascos de nuestra sociedad que no tiene nada que ver con lo comestible, la cucaracha, el grillo, son comestibles pero para nosotros no son comida y en el sudeste asiático son comida. Nosotros no nos comeríamos nunca un grillito tostado y los chapulines en México se consideran una exquisitez. Yo tengo un mezcal de Oaxaca con gusano rojo. Está el mezcal con el gusano. Vos vas al mercado en Oaxaca y comprás los gusanitos rojos para ponerle a la copa. Pero para una porteña atravesar esa barrera de estar comiéndose un gusano es una barrera cultural obviamente, porque el gusano es comestible. Solo que para nosotros no ha caído dentro del rango que llamamos comida. Es comestible pero no es comida, y por qué no? Porque la ecuación económico-ecológica del área pampeana donde yo me crié hacía que fuera innecesario comer insectos. Desde hace 500 años, la pampa, cuando llegan los españoles y se largan, se escapan los primeros animales domésticos, se reproducen en este ecosistema donde no tenían predadores naturales y de repente la pampa se llena de herbívoros mansos, era más fácil matar una vaca criada a pasto y agua que abrir un surco y sembrar trigo. El Virreinato del Río de la Plata tenía grandes problemas con las tierras de "pan llevar" porque había poca población para levantar la cosecha de trigo. Entonces desde el punto de vista ecológico era más fácil alimentarse con ese recurso -que se veía como infinito en ese momento- que era la carne bovina. Entonces esas ventajas ecológicas se traducían también en ventajas económicas y eso fundó el patrón cárnico del área rioplatense. Ventajas ecológicas que se traducen en ventajas económicas. Durante 500 años era más rendidor, digamos, desde el punto de vista de la producción y del consumo alimentarse con grandes cantidades de carne que con grandes cantidades de pan. Por qué? Porque el pan era caro, porque el trigo era costoso, era ecológicamente costoso. Como la densidad de población era baja y la pampa estaba llena de vacas criadas a pampa y agua, esa ecuación se dio en Argentina, en Mongolia, en Australia, en el sur de África con los ingleses, siempre poblaciones pequeñas, con bajas densidades de población frente a estepas herbáceas enormes. En cambio en aquellos lugares como China, India, donde hay mucha población en ambientes circunscriptos esa ecuación ecológica se da vuelta y ahí te conviene alimentar a la gente con cereales, porque con un kilo de cereal, bueno los hindúes con arroz, los chinos con arroz, la medialuna de las tierras fértiles con trigo, las grandes densidades de población en ambientes circunscriptos, ahí te conviene alimentarlos con cereales, quiero cereal, quiero pan. Para criar un animal donde no tenés espacio necesitás 8 kilos de cereal para producir un kilo de músculo de un bovino, 3 kilos de cereal para producir un kilo de músculo de un porcino. Te das cuenta que esa ecuación te lleva a la opción cerealística. Todas las poblaciones numerosas y circunscriptas han llevado su consumo hacia los cereales, todas las poblaciones de bajas densidades y grandes estepas herbáceas llenas de herbívoros han llevado su patrón hacia las carnes. Es una ecuación ecológica-económica.

MdH: de todas maneras esa ecuación ecológico-económica hoy no tiene mucho sentido porque las poblaciones no están siguiendo naturalmente o espontáneamente alguna modalidad, porque eso que era más fácil en el pasado, comer vacas, hoy no se está haciendo lo más fácil.

Patricia: Hoy tenemos 6.500 millones de habitantes en todo el planeta. La relación demográfica sobre los recursos naturales ha cambiado totalmente. En la época del Virreinato del Río de la Plata, acá había poquísima gente y los pueblos originarios también eran muy pocos.

"A partir del año 1985 hay más alimentos de los que se necesitarían, estadísticamente, para alimentar a toda la población del planeta."

MdH: ¿qué pensás del consumismo?

Patricia: desgraciadamente este es un mundo loco, pero tenemos que ver en términos de relaciones sociales. Pero mirá qué cosa loca, a partir del año 1985 hay más alimentos de los que se necesitarían, estadísticamente, para alimentar a toda la población del planeta. El planeta tierra, si hacemos una ecuación sumando la producción de alimentos, nos encontramos con que hay suficientes para alimentar a todos los habitantes con casi 3.000 kilocalorías por persona por día. Sin embargo en ese planeta pródigo excedentario de alimentos tenemos 854 millones de personas hambrientas. Esos son datos del año 2004. ¿Qué pasa? ¿Cómo puede ser que en un planeta pródigo, con más alimentos de los que se necesitarían tengamos tantos millones de desnutridos? ¿qué está pasando? Esto tiene que ver con las relaciones sociales que legitiman que unos coman y que otros no lo hagan y esto tiene que ver con la forma como organizamos nuestra sociedad. No con las catástrofes naturales, no con las posibilidades de la tierra sino con la sociedad humana. No con la biología, ni con el clima ni con la ecología, esto tiene que ver con la forma en como legitimamos que el 20% del planeta se coma el 80% de los recursos y el resto bien gracias.

MdH: ¿Se puede revertir esta situación?

Patricia: Si, pero lo que hay que hacer es cambiar las relaciones sociales. Cuando una sociedad ubica un término de intercambio, a ese organizador de la sociedad que es el mercado y bueno, estamos recogiendo lo que sembramos.

MdH: Y los biocombustibles cómo juegan en esto?

Patricia: el tema de los biocombustibles que algunos ven como la gran solución para no contaminar, personalmente creo que se instala sobre el mismo tipo de relaciones sociales. Vamos a cambiar de amo, pero nada más. No vamos a cuestionar si al automóvil lo alimentamos con choclos o con dinosaurios. Nosotros ahora estamos alimentando automóviles con dinosaurios, pero los dinosaurios se nos acaban y ¿entonces qué vamos a hacer? Biodiesel con soja y alconafta con maíz o caña de azúcar. Lo que tenemos que cuestionar es la monstruosidad de vivir en un mundo de automóviles. Entonces transportarnos quince cuadras poniendo en funcionamiento una máquina de varias toneladas para ir a comprar naranjas? Para después por no caminar, venir y pagar tres veces por semana para subir a otra máquina que me haga caminar todo lo que no caminé. Esa es la sociedad en la que estamos viviendo ahora y creo que si tenemos que mejorar la sociedad, tenemos que introducir un espacio de racionalidad que detenga esta cadena de valores. La cadena de valores que produce alimentos en forma loca para después desperdiciar el 40% en transporte, en comercialización. Todo eso lo tenemos que cambiar. Hoy yo contaba una anécdota a los alumnos de la universidad: le fui a comprar un regalo a mi hija, una pulserita. Entonces la chica que la vendía la puso en un papel de seda, después lo puso dentro de un sobrecito de papel. Al sobrecito lo metió en una bolsita de cartón y sobre la bolsita de cartón volvió a poner un papel de seda con un gran moño. Yo mientras la miraba hacer todo esto le dije, sacá todo esto y dame el árbol, porque entre las dos acabamos de matar un árbol. Si estamos pensando en términos de hacer una sociedad más justa, si estamos pensando en distribuir alimentos con equidad, tenemos que eliminar ese perfeccionamiento nefasto que es talar árboles para hacer packaging absurdo, para hacer cosas inútiles. Sacame todo eso y dame solamente el envoltorio, el primero, y dame el árbol. Prefiero el árbol vivo y no todas esas cosas absolutamente superfluas. Tenemos que introducir racionalidad en las cadenas alimentarias del cabo al rabo. Hay un teórico que dice -él hace un trabajo casi obsesivo en persecución de la generación de estas cadenas de valores- Estados Unidos consume una cantidad enorme de energía, produce mucho y despilfarra mucho. Por ejemplo por el mal manejo, se pierde cerca del 40% de la producción agroalimentaria en diversos momentos de la cadena, se tira, se pierde. En el transporte, se pierde una cantidad equis por no tener un transporte acondicionado, está contemplado que tantas toneladas se van a perder, está contemplado en el precio. No, pensando en términos un poco más racionales, es preferible perder un 5% pero conservar un poco más la diversidad, extender menos la frontera agraria, presionar menos al ecosistema, cambiar las formas de producción actuales. Esta producción extensiva es un matricidio, quizás no sea la mejor manera para el futuro. No soy anti-industrialista pese a todo lo que me dicen, yo creo que necesitamos una buena industria alimentaria, no podemos alimentar al planeta con métodos artesanales. A mí me gusta hacer conservas, sé hacerlas, pero la complejidad del mundo cotidiano exige una industria, una industria saludable, una industria con menos conservantes, una industria con menos colorantes, una industria saludable, que los alimentos no sean buenos para vender, que los alimentos sean buenos para comer. Ese es el tercer artículo que estoy viendo en una revista de medicina muy prestigiosa, que asocia los colorantes en los alimentos de los niños con los niños hiperkinéticos. Pongamos un ojo sobre eso porque esos niños que han llegado a ser hiperkinéticos por estar absorbiendo desde su más temprana niñez esos colorantes, después le vamos a dar otros químicos en forma de medicamentos para bajarles la hiperkinesis. No querido, no le pongas colorantes al pochoclo! Para evitar los efectos de los químicos, no le pongas químicos a la comida! Los niños no necesitan comer un pochoclo violeta. Debemos, se lo debemos a nuestros chicos a los que le vamos a dejar un mundo, espero que un poco mejor, introducir racionalidad en las cadenas de valores, cambiar las relaciones que organizan este mundo que es altamente inequitativo.

"Los alimentos no son mercancías iguales a los zapatos o a las bufandas, son un tipo de mercancías especiales. No pueden ser sólo buenos para vender, tienen que ser buenos para comer."

MdH: me llamaba la atención tu libro que se llama "Qué comen los argentinos que comen", porque una vez escribí un artículo sobre una propaganda del Doctor Mercado de Danonino, hice una nota con mucho odio y esto viene a colación de plantear esto, porque qué pasa con los que comen, qué pasa con los que no comen y que pasa con este tipo de problemas porque a raíz de ese artículo, un doctor Marcipar, que ya murió, nos mandó un aporte al correo de lectores de la revista diciendo que estaba muy enojado porque muchas madres dejaban de comprarles comida a sus chicos para comprarles el Danonino, ¿Cómo funciona todo este artefacto alrededor de la publicidad y de los hábitos de consumo?

Patricia: Claro, yo no he estudiado en especial ese producto, pero cae dentro de la lógica de la producción de los alimentos creados. En el siglo 19 la industria alimentaria se organiza primero en Europa y después nosotros por efectos de demostración, se organiza como cualquier industria, se organiza como una industria para vender mercancías de manera tal que a través de la mecanización, a través de la venta mayorista-minorista establece cadenas de producción y comercialización y no se diferencia demasiado de cualquier otra mercancía y los alimentos no son mercancías iguales a los zapatos o a las bufandas, son un tipo de mercancías especiales. Los alimentos no pueden ser sólo buenos para vender, tienen que ser buenos para comer. Y en esta lógica de la ganancia basta que vos tengas un producto que se venda y que se venda bien y con eso está justificado. Ninguna industria quiere matar al comensal-consumidor rápido, ahora si te mata a lo largo de 40 años, como el cigarrillo por ejemplo, bueno, ahí no importa total estuviste comprando el producto, pero bueno, nadie quiere vender algo que sea tan malo que el comensal no lo compre de nuevo. Ahora, si te produce un daño, si tiene tanta grasa que te tapa las arterias a lo largo de 40 años eso no les importa porque durante 40 años me consumió mi hermoso "tapaarterias" y después el problema es del individuo, a lo sumo de Salud Pública, del Estado que tiene que habérselas con una población con las arterias tapadas, pero la ganancia es individual. Entonces este tipo de organización de la industria es lo que tiene que acabarse. La industria alimentaria debe tener ética empresaria y responsabilidad social. Debe ser una industria especial y ahí es donde debemos recuperar un rol indelegable del Estado, de un severo control para que los alimentos no sean chatarra, para que los alimentos alimenten. En este sentido me parece que debemos exigir una nueva industria, una industria saludable de alimentos, antes que nada un alimento debe ser saludable.

MdH: ¿una nueva industria o una nueva legislación? Porque las empresas imponen sus productos como por ejemplo Coca Cola…

Patricia: Claro, por ejemplo Coca Cola no quiere ser más una empresa de venta de gaseosas, ahora quiere ser una empresa de hidratación humana.

MdH: queda mejor eso…

Patricia: Queda mejor, después de que hizo engordar a media humanidad con su bebida azucarada ahora se dio cuenta de que no, eso tiene que ver con que ahora la obesidad es una epidemia global y ahora las industrias, las grandes industrias por lo menos, les está cayendo la ficha de que así como con las tabacaleras, algunos gobiernos se están poniendo las pilas y están empezando a decir no podemos producir cualquier cosa porque después las ganancias son privadas pero las nanas son públicas.

"Fabricar alimentos saludables es un tema donde ganamos todos, pueden ganar los industriales y ganamos los comensales, y además protegeríamos el medio ambiente."

MdH: ¿Algunos gobiernos como cuales por ejemplo? ¿En el primer mundo pasa eso?

Patricia: En el primer mundo, exacto. El tema de la Salud Pública se está empezando a ver que es mucho más interesante ponerse "antes", los factores pre-patológicos, porque si no se hacen políticas de la enfermedad y no políticas de salud pública. Entonces nos ponemos a legislar sobre factores pre-patológicos, el ambiente, la alimentación, entonces podemos hacer una política de salud pública porque si no siempre vamos a estar haciendo políticas de enfermedad pública. Legislar sobre los alimentos es legislar sobre factores pre-patológicos por excelencia. Cuando vos bajás las grasas contenidas en los alimentos que a veces no tienen que ver con el alimento sino con el proceso de producción, ahí se puede negociar, se debe negociar en busca de producción de alimentos más saludables.

MdH: ahora, esto tiene que ver también en cómo la industria maneja los gustos y los consumos y cómo fabrica. ¿Cómo hace el Estado que es más de las empresas que de los consumidores, por ejemplo hablemos de Tabaré Vazquez con el papel o hablemos de Kirchner con el proceso de la soja, que sus manejos de política económica es aumentar un poquito más las retenciones para quedarse con un poquito más del negocio este que está reventando la tierra y restando tierras para la leche, para la carne, para la verdura, para el tomate..

Patricia: el Estado es una negociación permanente entre grupos que intentan cooptarlo. El Estado no es monolítico, es un juego de poderes y sangría de poder donde Kirchner, como Tabaré, como muchos otros presidentes tienen tantos condicionamientos como vos y yo cuando llegamos a nuestra casa. Siempre hay negociaciones, nadie hace lo que quiere ni comemos como queremos, comemos como podemos y el Estado también funciona en mayor o menor medida en medio de grandes circuitos y negociaciones. Negociaciones que yo ni me atrevo a pensar cuáles son, trato de decodificarlas. Kirchner no es un iluminado que dice para allá y vamos para allá, el tiene presiones de acá, de allá, de afuera, de adentro.

MdH: Nos contaron que a vos te habían declarado "persona no grata" en la Coordinadora de la industria de Productos Alimenticios, ¿cómo fue eso?

Patricia: Que se yo, me contaron…fue un chisme. Con esta posición mía de que hay que hacer alimentos saludables. Esos son detalles son anécdotas, el tema es que sigo pensando que en todos lados hay buena gente y se puede uno apoyar en esas dinámicas razonables para luchar contra las dinámicas perversas porque creo que si en última instancia nos va mejor a todos, ganamos todos. Hay juegos que vale la pena jugar, hay juegos de a uno y hay juegos sociales. Los juegos sociales vale la pena jugarlos porque ganamos todos, como el medio ambiente, si cuidamos el medio ambiente ganamos todos. Fabricar alimentos saludables es un tema donde ganamos todos, pueden ganar los industriales y ganamos los comensales y aparte creo que abarataríamos mucho los costos industriales si les dejáramos de poner colorantes y un montón de cosas que son absolutamente superfluas y además creo que en esta producción del consumo superfluo en alimentos, en packaging, protegeríamos el medio ambiente. La otra vez compré un queso en el supermercado y venía adentro de un potecito, el potecito adentro de un sobrecito de plástico blanco y esto dentro de una cajita. A mí que me venga a convencer algún técnico en alimentos que los tres packaging son necesarios para que se conserve el queso. Eso es superfluo, es un auténtico despilfarro, es para cobrarme más el queso. Podríamos tener un queso más barato, no derribaríamos árboles por la caja de cartón y se utilizaría menos petróleo por el nylon, que en última instancia depende del petróleo, si evolucionamos hacia otro tipo de sociedad menos loca, más racional en cuanto a las cadenas de valores.

"La sociedad se polarizó y la comida también se polarizó y ahora tenemos comida de pobres y comida de ricos."

MdH: hace 35 años había un modelo completamente distinto. ¿Cómo cambió ese modelo y si vos pensás que el capitalismo puede volver a un modelo de consumo más racional donde no haya tanta diferencia entre pobres y ricos, entre pobres gordos y ricos flacos?

Patricia: si, efectivamente, cuando uno analiza las encuestas de gastos e ingresos de los hogares, la primera que se hizo en el área en que yo trabajo que es la del CONADE, Consejo Nacional de Desarrollo en 1965 y la última que tenemos disponible que es la del 96, se ve que en la primera, la de 1965, pobres y ricos comían de manera similar, no comían lo mismo porque la carne del pobre era cuarto delantero y la carne del rico era cuarto trasero, pero los pobres comían carne, comían frutas, comían lácteos, que ahora nos parecen consumos propios de clase media. De hecho en aquel momento, a principios de los 70 un amigo mío me decía: "pero ustedes tienen una pobreza gorda" porque él era europeo y pasar ante una obra en construcción y ver a los albañiles hacerse un asadito, le parecía una cosa asombrosa. Ahora los pobres no comen asado. Se hace un asadito en el cumpleaños. Asado en las áreas pobres es una comida excepcional. Los pobres comen papas, fideos, bueno la papa ahora no porque está carísima. El patrón alimentario de acuerdo a lo que nos muestran las encuestas y de acuerdo a la evidencia empírica que vemos todos los días, ha cambiado totalmente. De hecho yo hago una pregunta en los cursos que doy en la Universidad a los chicos, y les pregunto cuando fue la última vez que comieron fideos caseros. Y muchos no saben lo que son los fideos caseros, pero el pobre come guiso de fideos día por medio. Entonces, lo que como, el patrón alimentario es reflejo de la sociedad y lo que refleja ese patrón alimentario y que recogemos en las encuestas de consumo de 1996 es que hay dos maneras de consumir, la sociedad se polarizó y la comida también se polarizó y ahora tenemos comida de pobres y comida de ricos. No comen lo mismo porque la sociedad es mucho más desigual que en 1965. Los ingresos se han polarizado. Si vemos la distribución del ingreso desde aquel año hasta este año vamos a ver como los pobres se empobrecieron y los ricos se enriquecieron, hubo una gran transferencia de los ingresos de toda la sociedad hacia los sectores que ganan más. Entonces si la sociedad se polariza, si el ingreso se polariza, es lógico que se va a partir el patrón alimentario unificado y va a aparecer como en otras partes de Latinoamérica, comida de pobres y comida de ricos. El tema es que en ese patrón alimentario los pobre pierden el juego por el solo hecho de jugarlo porque por comer pan, papas, fideos, que son alimentos con gran cantidad de energía pero muy poco densos, su aspecto corporal, digamos, no denota la malnutrición, al contrario, tienen formas opulentas, caderas generosas, los chicos están gorditos, las chicas están rellenitas, pero no se ve que detrás de ese sobrepeso no hay abundancia, hay escasez. Nosotros lo sabemos porque un gran porcentaje de las madres que vienen a atender sus embarazos en el hospital público comienzan el embarazo anémicas, es decir no tenían depósitos de hierro y vienen con sobrepeso y anémicas porque ese sobrepeso no está dado por la abundancia, está dado por la escasez de todo lo demás, está dado por pan, papas, fideos y nada del resto. Entonces, esa es -a mi criterio- la problemática actual de la alimentación: la obesidad de los pobres. Ahora el sobrepeso está más asociado a los pobres que a los sectores de mayores ingresos.

MdH: Entonces Alfonsín no podría decir ahora "a vos no te va tan mal gordito".

Patricia: Vos fijate ese encubrimiento de la obesidad, cuando ese señor lo increpa diciendo que se está muriendo de hambre, Alfonsín lo ve y le dice "a vos no te va tan mal gordito", pero le iba mal, por eso ese señor era gordito. Pero Alfonsín habla desde este tipo de estereotipos de la sociedad que dice que el gordo no puede estar mal, que si es gordo es porque le sobra. No, nuestros gordos actuales son gordos de escasez y encima no solo cargan con su sobrepeso y cargan con su malnutrición sino que también cargan con toda la estigmatización que les hace el resto de la sociedad, que ve en el gordo pobre a un tipo dejado, un tipo que no se cuida, un tipo que se come todo.


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Así graficaba aquello de ricos flacos y pobres gordos en su ponencia "Las Transiciones Alimentarias en el Tiempo Largo de la Especie" que expusiera durante su visita a Santa Fe.
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