Apatía o real comprensión de la trampa electoral

por Daniel Acosta

Los que saben definen la abulia como una disminución de la energía de la voluntad, aburrimiento, la apatía como la falta de emoción, motivación o entusiasmo. Es un término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social. Una parte significativa del cuerpo social argentino se está dejando invadir por una actitud de indiferencia o desinterés ante el destino institucional y político del país, según una encuesta de la consultora Poliarquía, realizada una semana atrás, señala que el 73,5 por ciento de los consultados dijo prestarle poca o ninguna atención a la campaña electoral, ese porcentaje habla de las cuestiones electorales como de una actividad que sólo les atañe o interesa a "los profesionales" de la política.

¿De que elecciones hablan? Eso parecían preguntarse los argentinos durante la campaña para las elecciones presidenciales, renovación de la mitad de la cámara de diputados, gobernaciones, intendencias, etc. etc., del 28 de octubre.

La semana anterior de las elecciones, solo un puñado de votantes en el país podía dar el nombre de los candidatos de las 15 fórmulas presidenciales (la izquierda es responsable de seis de las quince fórmulas) que se presentaron el 28 y de ese puñado la mitad desconocía el nombre de los Vicepresidentes, ni hablar de los candidatos de ahí para abajo. Teníamos idea de que en el país, se presentaron en las elecciones aproximadamente 100 partidos y cerca de 55.000 candidatos, muchos de los cuales son perfectos desconocidos y recibieron votos. Es mucho pedir que la mayoría de los votantes puedan distinguir algún programa político mínimo de los partidos ya que la campaña se basó principalmente en mostrar sus bellos rostros (la mayoría inclusive la izquierda apeló a los afiches).

Las etiquetas han reemplazado a las plataformas, programas de los partidos. A su vez se han vaciado de contenido y las personalidades han reemplazado los valores ideológicos, esto también salpica a la izquierda durante el proceso electoral, ninguna de las variantes de izquierda que presentaron candidatos han expresado en forma de agitación masiva los problemas centrales de la actual situación política: extranjerización de las tierras argentinas, la necesidad de la disolución de las FFAA por obsoletas y reaccionarias; las tierras para los que las trabajan; una alternativa socialista a la decadente educación del sistema; la recuperación de los sindicatos de manos de burocracia sindical, la denuncia sistemática sobre violaciones a los derechos humanos (Julio López).

Vivimos en el sistema capitalista, en el sistema burgués, es decir, en un mundo y en un país donde mandan los patrones, que no sólo viven de explotar la riqueza que las mayorías producen, sino que le imponen a sus explotados una cultura, una manera de pensar, de ver la vida. La mayoría piensa como ellos quieren que piensen.

Algunos datos electorales

Cristina cosechó del padrón electoral alrededor del 30% (8.200.000 sobre 27.100.000), el abstencionismo, el voto en blanco y nulo, suman más de 8.500.000 voluntades (31% del padrón), constituyéndose en la verdadera "primera minoría" del país.

En las elecciones compiten enormes aparatos de publicidad cuya especialidad esencial es el marketing. Nadie tiene tanta experiencia histórica acumulada para la venta de un producto comercial, como los representantes de la burguesía. Es el comienzo del fraude.

Publicidad, encuestas, clientelismo, son los aceitados mecanismos para la captación del voto de la gente en una primera instancia; el tamaño del fraude directo, para asegurar el resultado final, como corolario de toda jornada cívica, tendrá que ver con la gravedad de la crisis institucional en el que esté inmerso el proceso electoral. En el 2001 lo pusieron al cabezón Duhalde todos de común acuerdo para recomponer las instituciones, hoy tienen el margen para inventar opositores entre las filas de la burguesía (Lavagna, Carrió, Rodriguez Saa, López Murphy).

La izquierda clasista, toda junta, sacó: 1,9%.

Si contamos a Solanas: (1,61 + 1,9) 3,51% y haciendo un esfuerzo, contando al PCA, y a Castells: (0,71 + 3,51) 4,22%.

Esto, visto desde el mismo punto de vista que los partidos del sistema, porque si contamos del total del padrón electoral, ese 4,22% se transforma en: 2,82% (766.096 votos sobre un padrón de 27.090.236) Los recursos de los partidos burgueses son enormes; por eso mismo no se puede atacar a la población por "por no saber votar" - dado que termina eligiendo a sus propios verdugos cada dos o cada cuatro años - A dónde va la izquierda entonces? Será como pronostican algunos como a un camino de automarginación y de incapacidad de preparar el terreno programático y organizativo (acumulación de fuerzas) de las futuras luchas que seguramente se darán en el próximo año mientras el Gobierno y la burguesía en su conjunto se benefician con la fragmentación de quienes deberían representar la protesta social en forma unitaria y presentar una alternativa socialista.

Siempre decimos convencidos (o a veces no tanto por las expectativas que denotan muchos en éste instrumento capitalista) desde el marxismo, que a través de los votos no se va a hacer la Revolución. Pero estos sí deben servirnos como parámetro para saber dónde estamos parados en la consideración de las masas. Muy bien, en ese sentido, las elecciones del domingo nos dicen que somos de un pedo en la medio de una gran tormenta.

¿Será confianza en la actual gestión? ¿Será el voto cuota?

Lo que demuestra el proceso electoral entre los trabajadores, no deja de ser significativo, en primer lugar, están convencidos de que las elecciones son un punto de inflexión importante. En las reuniones y asambleas el tema de las próximas elecciones marca la agenda.

Una postura de las más escuchadas entre los asambleístas y en los lugares de trabajo es que: "si no conseguimos ahora los aumentos después de las elecciones va a ser más difícil", esta sola posición nos muestra a trabajadores convertidos en analistas de primer nivel en cuanto al funcionamiento de las instituciones burguesas.

Las elecciones aparecen así como un elemento de consolidación de propuestas antipopulares; nadie niega, por ejemplo que después del 28 /10 se viene a todo galope un ajuste en tarifas y precios de alimentos.

Cuando los trabajadores realizan esta lectura sobre el proceso electoral, ven a los principales candidatos no como referentes de esperanzas, sino como quienes preparan otro garrotazo más en contra de sus condiciones de vida.

Las huelgas y movilizaciones en éste marco son un intento de avanzar todo lo que se pueda en posiciones salariales antes de que el proceso electoral defina el próximo "verdugo" de las ya, de por sí, bastante penosas condiciones de vida.. Teóricamente, un "pueblo que no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes", debería encontrar en la elección de los mismos la salida a sus penurias y preocupaciones y mirar el acto electoral como una perspectiva profunda de cambio. Nada de eso, la suspicacia de los trabajadores en lucha, está depositada en usar el espacio preelectoral como una forma de presión para avanzar en sus reclamos.

El supuesto desinterés de los trabajadores tiene que ver con una comprensión de lo que está en juego y actuar en consecuencia.. Las elecciones aparecen como una cama tendida a la pérdida de conquistas...

"Pocas veces, se ha visto una situación de crisis de representatividad semejante" anuncian los analistas. Lo que queda para discutir es será apatía, o lo que reina en la conciencia del electorado trabajador, es la crisis de un sistema electoral que poco tiene para ofrecer, excepto un profundo desengaño y malestar con la institución del sufragio universal.

Esbozos de balances postelectoral de algunos sectores de la izquierda

Qué encontré de los balances sobre las elecciones de la izquierda? Después de 3 días poca cosa, por ejemplo El Partido Obrero denuncia la violencia política de las elecciones, en las cuales todo un aparato oficial y paraoficial estuvo abocado al robo masivo y sistemático de las boletas de los partidos opositores. El oficialismo temía no llegar al 40% necesario.

"Estas graves irregularidades, que se suman a las denuncias que vienen haciendo la mayoría de los partidos opositores, habla de la existencia de un gran fraude que tiene como propósito evitar una segunda vuelta y presentar la elección de Cristina con un respaldo plesbicitario, dice el PTS.

No deberíamos dejar de sentir el orgullo intelectualoide de creer que nuestras acciones ideológico - prácticas nos hacen comprender la realidad de forma más precisa que cualquier otro y que tenemos respuestas para todo dice otro compañero en Rebelión.org.

Otro compañero plantea que las elecciones no son "el" dato como para que comprendamos el (poco) alcance de la izquierda, al menos no son el mayor peso determinante para ese intento comprensión. Pero no es un dato menor. Cuando se va a las urnas, aún ponderando aparatos electorales, mecanismos de clientelismo, etc., la izquierda no aparece. No aparece en grandes barriadas populares, no aparece en ciudades menos aún en pueblos. En definitiva, vive en pequeños reductos intelectualoides universitarios cuyo estrato social es fuertemente pequeño burgués. Somos una clase de marginados que no pasa ni hambre ni penurias de barrio. Somos marginales mentales. Y no somos los portadores de nada, ni de la esperanza de los oprimidos ni de la conciencia de los mismos. Por que los oprimidos no necesitaran de ningún partido sectario que crezca "depurándose".

Para esta realidad, que se repite en anteriores procesos electorales, hay explicaciones que se repiten una y otra vez: aparatos electorales de los partidos burgueses, traición de las luchas por parte de la socialdemocracia, fraude y otras yerbas.

Una pequeña reflexión a lo padre Cheski

Posiblemente acertada, posiblemente meando fuera del tarro pero con la intención de que sirva como disparador de algún debate democrático o algo parecido:

En primer lugar nunca desde la izquierda existieron palabras en primera persona acerca de los problemas que la izquierda tiene, ni una palabra acerca de su sectarismo, de su mesianismo, de su verticalismo que poco tiene que ver con el centralismo democrático, ni una palabra acerca de la soberbia de actuar de forma obstinada creyendo tener la única verdad.

Porque, ¿cómo es posible que en el sector de la población donde "en teoría" se encuentra el pensamiento más humanista y más avanzado, se persista en cometer los mismos errores una y otra y otra vez? ¿Cómo es posible que aquellos que se autoproclaman vanguardia no se den cuenta de una vez por todas que no vanguardizan nada más que a su propia militancia, mientras que "el sujeto de cambio" les da la espalda y los rechaza? ¿Cómo es posible que aquellos que se manejan como los dueños de "la Verdad" no caigan en la cuenta que esa "verdad" -sólo de ellos- los ha aislado de los deseos del conjunto de los trabajadores? ¿Cómo es posible que no se den cuenta adonde lleva el camino de la atomización partidaria? ¿Cómo puede ser que privilegien sus "caprichos ideológicos" por sobre la necesidad imperiosa de millones de seres humanos? ¿Por qué se repiten los mismos experimentos que llevan al fracaso?

Así como las fronteras territoriales, son líneas imaginarias que inventó el imperialismo para una planificación de la economía mundial para beneficio de algunos pocos millonarios y desde la izquierda planteamos derribar esas barreras para organizar a dicha economía en función de las necesidades de las mayorías, me pregunto ¿ Seremos capaces de derribar las fronteras de nuestras propias organizaciones políticas? ¿Podremos debatir democráticamente y fraternalmente que tipo de organización necesitamos para poder acercarnos a las mayorías explotadas? Empatía: Significa sentir en común, describe la capacidad de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona...., lo cual puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones. Es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y responder correctamente a sus reacciones emocionales. Las personas empáticas son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones, que normalmente tienen mucha popularidad y reconocimiento social, que se anticipan a las necesidades de los demás y que aprovechan las oportunidades que les ofrecen otras personas.

La Unidad de la Izquierda debe ser, sí o sí a partir de ahora, la máxima prioridad para aquellos que aspiramos a una sociedad igualitaria y diferente a éste sistema capitalista putrefacto.

Por más garrotazos que nos depare la lucha de clases, por más que hoy el pueblo nos de la espalda., por más mierda que nos llegue al cuello, la necesidad de cambio permanece inalterable y la vigencia de las ideas que levantamos la mayoría de la izquierda no mueren, porque sabemos que el mundo puede ser un lindo lugar si lo compartimos equitativamente entre todos los que lo habitamos, sin miseria ni explotación.

La única salida para la Humanidad sigue siendo el Socialismo, porque la alternativa que nos ofrece el capitalismo es la aniquilación, la desaparición, la extinción de las mayorías explotadas.


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