Colaboración

Vuelve Luis a este espacio de colaboración después de varios meses, con esta nota sobre los hechos que se repiten, sobre el partido del orden y sobre la memoria.

La conspiración

por Luis Juan Fabrizi

Cuando se pierde la ingenuidad o la esperanza, cuando se vislumbran los abismos terribles de barbarie que se disimulan con la escenografía de una sociedad en apariencia progresista y racional, aparece el horror, el horror total que tanto atormentaba a Lovecraft: "La vida es una cosa espantosa -escribió- y detrás de lo que nosotros sabemos de ella acechan verdades demoníacas, que, a veces, la hacen doblemente espantosa" (Eliades Acosta Matos)

Cómo puede ser que todos tengan razón al mismo tiempo y, sin embargo, mientan. Es paradójico, es casi inimaginable, pero los hechos son categóricos, los desnudan a todos. Lástima la efímera memoria, los intereses personalísimos y la indiferencia manifiesta de casi todos, que nos condenan a repetirnos siempre.

El estado de las cosas, tal como son, es muy anterior al 18 Brumario de Luis Bonaparte, en nuestro país se remonta a conspiraciones en tiempos de la revolución de mayo y siguen. Pero la humanidad, conoce de ellas desde demasiados siglos antes, mucho antes de aquella conspiración que termina con Jesús, pero instala una religión a contrapelo en el seno del Imperio. Inclusive la Biblia refiere a la conspiración del demonio que tienta a comer del "árbol de la ciencia", lo único prohibido en todo el Edén.

Más acá en el tiempo, en nuestras pampas, la acción de las fuerzas del orden instadas por el partido del orden, son otras muestras.

Los poderes institucionales, increíblemente, parece que poco pueden hacer. El máximo Tribunal de Justicia de la nación, sólo manifiesta preocupación, pero por la conveniente división de poderes, no puede avanzar más allá.

A partir de ahí, los medios, tal lo enseñara Goebbels, cumplen su función conforme distintos y funcionales intereses.

Italo Calvino escribió "Alegoría" y, sin embargo, las purgas policiales ocurridas, obvian el seguimiento de la mano de obra desocupada, o, lo que es peor, la utilización que de ella hace el partido del orden.

Sigue pareciéndome emblemática la película I Como Icaro. Para el caso, el fragmento del diálogo entre un fiscal que lleva adelante la investigación por la muerte del presidente de Francia, con un Jefe de los Servicios Secretos respecto de un sospechoso que habiendo sido juzgado a 5 años de prisión, a través de la intervención de los mismos servicios, queda en libertad.

- Fiscal: La razón invocada en este caso fue "servicios prestados a la Nación". ¿Cuáles fueron esos servicios?

- Agente: Dentro de la palabra servicios secretos está la palabra secreto. Para nosotros la ley primera es la del silencio.

- Fiscal: ¿esa ley la comparten con la mafia, por ejemplo?

- Agente: No entiendo.

- Fiscal: Era una broma.

- Agente: Usted no aprecia a los Servicios Secretos ¿verdad?

- Fiscal: Al contrario, me parecen indispensables.

- Agente: Sin nuestras informaciones, una Nación no puede garantizar la seguridad de su pueblo.

- Fiscal: Claro, pero, un día los soldados de la información se alejan de su misión y se transforman en un ejército de intervención que escapa al gobierno que cree controlarlo.

- Agente: Dentro de semejante organización siempre hay fallas.

- Fiscal: El presupuesto de los servicios es de 10.000 millones para la "información" y 200.000 millones para la "intervención". Ya no es una falla es una Institución.

- Agente: Quédese tranquilo. Los Servicios están bajo el control atento del Presidente.

- Fiscal: Es cierto. Los presidentes y los gobiernos controlan este instrumento tan discreto y a menudo hasta lo usan. Y cuando deja de obedecer les es difícil denunciar a los cómplices de ayer. El único que se opuso a este Estado dentro del Estado fue el presidente Jary (el muerto).

- Agente: No se deje influenciar por los novelistas que vuelven siempre al tema del espionaje ficción. ¡Por lo menos ellos nos avisan que esos personajes y sus historias son imaginarias!.

- Fiscal: Cuando "lo imaginario" no se inspira de la realidad, no sirve. No hay "suspenso" sin "lo verdadero" o "verosímil".

Es así que, ayer (si imaginamos la eternidad del tiempo), nos olvidamos del desaparecido cuerpo de Evita y luego desaparecieron 30.000... y las manos de Perón. Entonces, los muertos seguían apareciendo, mientras desaparecían los vivos; y... nos olvidamos de Cabezas y seguimos desapareciendo, mientras los muertos no pueden terminar de morir. Aunque, sin inconvenientes, podamos encontrar al que lloró al muerto, hace 32 años.

El statu quo o el establishment, es más o menos el mismo desde que tergiversaron la Revolución de Mayo y los referentes políticos -salvo matices- también, y son bendecidos por los representantes de Dios en la tierra que, conforme la ideología de las cúpulas, también se mantienen incólume; mientras que los escribientes de la historia del día a día, los grandes medios (los Goebbels modernos), absolutamente cooptados y funcionales no están en condiciones de narrar los hechos tal cual son.

Nada de lo ocurrido en el pasado, lo que ocurre en el presente y lo que ocurrirá en el futuro, le es ajeno, pues son partícipes necesarios, sin cuyo obrar, ningún desaguisado podría haber ocurrido.

En esa matriz se gestaron los ejércitos, las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia y, por supuesto, la Justicia. Y, como la necesidad tiene cara de hereje, porque es "la economía, estúpido" (o el poder), sus servicios son rentados por el mejor postor.

Lo institucional, lo que existe como tal, en los hechos, es un simulacro formal que nada tiene que ver con lo que se supone, y esto es así, desde hace demasiado tiempo; tanto ya, que da escozor pensar la imposibilidad de modificarlo en atención a los tantos beneficios que proporciona para tan pocos y que esos pocos, están dispuestos a todo para no perderlos. Ya lo demostraron demasiadas veces.

Cuando los hechos forman una serie, tarde o temprano se encuentran una dirección y un sentido común, dijo alguna vez el periodista Jorge Conti.

En realidad, tal y como ocurría hace siglos, los documentos claves para entender cómo se gestan los procesos políticos y qué fuerzas actúan tras ellos, continúan guardados bajo siete llaves, como se hacía entonces en las Cámaras del Secreto. Me refiero, por supuesto, a lo escrito, que siempre es infinitamente menor que lo hablado y que lo conservado, que es también mucho menos que lo destruido, refiere Acosta Matos.

Después de todo, The Matrix, es control.

Desaparece López y a más de un mes de los hechos, no hay una sola pista, un solo allanamiento, un solo entrecruzamiento telefónico. Como recuerda la famosa canción... todos podemos desaparecer, porque nos olvidamos de Cabezas y de tantas cosas más.


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