El consumo moderado de vino y cerveza retarda en las mujeres la declinación mental producida por el paso de los años, esto es posta, está en Internet. Ahí está la otra, regalándose. Seguro, bien, caliente. La bestia progresa y da miedito. Freud tenía razón, Borges también.

Los consejos de Seguro

presentados por Adrián Alvarado.

El pibe de la remera de Radiohead entró a su casa y salió con una garrafa de 5 kilos, abrió el gas, le acercó el encendedor, la tomó de la manija, dio un par de vueltas y se la tiró a la policía que tiraba con armas de otro fuego.

La foto circuló como por encanto (magia e Internet son sinónimos) y otros pibes lo imitaron, lo mejoraron, salieron a agarrar el toro por las astas con la cara y el futuro era eso y Lucía que me llama para que le pinte un poco la casa porque quería venderla. Estaba asustada, dos salames le habían entrado por una ventana y ella estaba sola desde hacía tanto tiempo que ya no le importaba. No le hicieron nada no le llevaron casi nada y terminaron presos. Lucía se preguntaba porqué la policía no les metía un chumbo en la cabeza y los tiraba al río. Ochenta años en pleno 2005 en el interior de un paisito, no son fáciles de llevar sola.

Y me llamó a mí para que le pinte. Le pasé un presupuesto acorde y pusimos manos a la obra. Empezamos por la parte que más se veía y no va que mientras trasladábamos las cosas, en el fondo de un mueble aparece una botella decorada que Lucía no recordaba, cuando la destapó no pasó nada, pero cuando se la acercó a la nariz para oler el contenido tuvo que soltarla y terminó haciéndose añicos contra el piso de granito, estaba vacía. Se frotaba Lucía el apéndice nasal con cara de asco, Azufre, dijo, eso fue todo, barrimos la mugre y asunto terminado.

Mientras trataba que el revoque no se me caiga cada vez que pasaba la espátula, escucho en el patio una tos que no era de la abuela, voy a ver y no veo nada. Sigo trabajando y al rato otra vez de vuelta la tos, ahora más fuerte, voy y nada, cuando me dispongo a seguir lidiando con aquellas paredes escucho que me llama un tipo, Señor, señor, decía cuando me acerco a la voz alcanzo a distinguir, no sin esfuerzo, un rostro, algo así como el hombre invisible en bolas con la cara encremada y me hablaba a mí, Señor, me decía, Que pasa, le digo, Nada, pasa que yo estaba en la botella, Que botella, La que se rompió, Y como, Adentro, incómodo, soy una entidad que ustedes los humanos conocen como Genio, El genio de la lámpara, No, el genio de la botella, Y ahora qué, pregunto, Nada, que tengo que conceder los últimos tres deseos y después morir porque me quedé sin techo, Yo tres deseos, No, usted no, la que destapó la botella, Lucía, Sí, hágame el favor de llamarla, y yo voy y la llamo, y viene, se sorprendió menos de lo que esperaba, se presentó y no va que el genio le pregunta el número de documento, Seis millones doscientos cincuenta y cuatro mil novecientos once, dijo Lucía con seguridad, DNI?, No, libreta cívica, Señora tiene usted a su disposición tres deseos, piense un momento si así lo quiere, pero después deberá decirme sus deseos de corrido sin repetir y sin soplar, Muy bien, dijo ella, Quiero memoria fotográfica selectiva, volver a tener 20 años y trece millones de euros en una cuenta a mi nombre en Suiza, Concedido dijo el genio y desapareció sin despedirse. Lucía me miraba sabiendo que no entendía nada, después se sonrió y me abrazó con fuerza, entonces sentí como las tetas se le endurecían en contacto con mi pecho, sus canas se teñían de negro ante mis ojos y su espalda cambiaba de forma ante mis manos. Me buscó la boca y me prendí de su flamante culo de 20 años con los dedos crispados por la calentura.

Me despertó el Néstor, hijo de lucía, esa, la que ya no estaba. La vieja no apareció nunca más y yo terminé demorado en la comisaría y después derechito al siquiátrico. Tengo cicatrices.

Libertad a Seguro.



Opiná sobre este tema

La perla
en su concha
todavía es
partícula
de arena
nada
será perla
después
cuando vengas
y la abras
y la encuentres
otra vez
de vuelta
como te gusta.

Delfina Contreras

Carlequito un poco
pegoquito también
limpiosacudo
y ella contenta
Y el quebonitolacriatura.
Pido gancho.

La Bestia

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