Sinceridad K

por Javier González

Las campañas electorales tienen ese...que se yo!

Salgo de casa por Aristóbulo y me tomo la línea 10 y de repente, el viejo que está sentado delante mío comenta la arremetida de Kirchner contra los "piqueteros duros".

Mezcla de engaño y de sinceramiento, las elecciones se transforman en un gran campo de batalla dónde se disparan palabras a troche y moche. Muchas son engañifas, como diría mi abuela, mentiras disfrazadas para vender pescado podrido al electorado, después de todo ya se sabe que no hay nada más mentiroso que político en elecciones. Pero también muchas otras son verdades, dichas no a fuerza de transformarse en sinceros y honestos políticos profesionales, sino forzadas por los irritantes momentos de la lucha política.

Una cuestión de consistencia

Piqueteros duros y blandos figuran dentro de las nuevas caracterizaciones ideológicas que utilizan los medios de comunicación masivos. Los blandos, como los de D'elía, son tan blandos que se deshacen ante el mínimo gesto afectivo del gobierno. Los duros son tan duros, en cambio, que salen a la calle a reclamar cosas tan pero tan duras como la libertad de los presos políticos y el aumento de los planes sociales de $150 a $350.

Son "extorsionadores y provocadores", dijo el presidente, casi como si se estuviera refiriendo al FMI o a los bancos extranjeros donde se guardaba la guita de la Provincia de Santa Cruz. Pero no, el presidente hablaba de los piqueteros duros.

"Son grupos absolutamente politizados y funcionales a los sectores de derecha que dicen que hay que reprimir", acotó después, en consonancia con la Ministra de Educación de Santa Fe, Carola Nin que se había quejado y criticado duramente a los maestros santafesinos, porque el paro al que convocaban para el día 24 de agosto era un "paro político".

El despolitizado presidente afirmó también que "nos encontramos con partidos de ultraizquierda que toman calles y plazas tratando de decir que representan el conflicto social, pero si representaran algo lo veríamos en las elecciones". Y lo afirma alguien que de esto conoce y mucho, alguien que llegó a la presidencia con un magro 20% de votos sólo comparable al 15% que sacó Obeid.

La crítica presidencial no estuvo dirigida sólo al acampe piquetero en Plaza de Mayo, otro que se llevó palos fue el delegado de ATE del Hospital Garrahan, Gustavo Lerer.

"El señor que dirige la toma del Garrahan dijo en una entrevista que no cree en la democracia y es lógico que si no creen en la democracia recurran a todo este tipo de procedimientos".

Y precisamente de esos procedimientos, la decisión democrática en asamblea de trabajadores, se quejaba otro funcionario de gobierno que recordaba que la mejor forma de negociación era sentando a la burocracia sindical en una mesa, porque con ellos sentados las cosas se arreglaban en un periquete.

¿Me entiende?, diría Blumberg, las cosas "se arreglaban".

El manejo discursivo de nuestro presidente, que también por esos días se emocionó con las alabanzas del presidente venezolano Chávez, llegó incluso a pedir represión sin pedirla.

"Quiero saber dónde están los señores fiscales y jueces para que apliquen las leyes que corresponden para aquellos que están violando todas las normas". Pero no se refería a los entuertos políticos del Senado, las coimas y demás yerbas.

Llegado a este punto hay que aclarar que el presidente hablaba de los piqueteros duros, no los que toman comisarías como los de D'elía sino los otros los que acampan en las plazas y toman los puentes.

Lo raro es que no supiera dónde están los señores fiscales y jueces si son precisamente gobernadores, presidentes, empresarios y partidos patronales quienes los ponen en su sillón.

Pero bueno, hay que entenderlo también al presidente. El tipo está en elecciones y cuando hay elecciones cualquier conflicto es aprovechado por sus contrincantes políticos y ahí es donde se arma el despiporre. Imagine si a esto lo aprovecha la derecha!!

Y bueno, la derecha lo aprovechó también a su manera. Con el tacto y la suavidad digna de un cura pedófilo Chiche Duhalde salió a reclamar palos y cárcel a los piqueteros y Macri, el olvidadizo Macri, dijo que "gente como D'elía y Castells, que toma casinos, supermercados y comisarías, debería estar presa". Y digo olvidadizo Macri porque de pronto omitió hablar de su padre y también de él, del canon impago por la concesión del Correo y demás cuestiones, pero claro esos eran millones de dólares y no unas cuantas hamburguesas y cajitas felices.

El mediático presidente bostero no se quedó allí con sus críticas, sino que recomendó a los piqueteros que "dejen de llevar chicos a las protestas y les permitan, en cambio, asistir a clases". ¿Habrá lugar en el Saint Andrews a esta altura del año?

Corriéndose a la derecha que hay lugar

Está visto que la puja electoral pone a algunos candidatos a la derecha y a otros más a la derecha.

Los que están a la derecha se visten con ropajes de centroizquierda. Esto no es nuevo ni es patrimonio argentino, no se vaya a creer eso de que inventamos la birome, el colectivo y que se yo cuantas cosas más. Pero cuando se critica a Kirchner, no pocos progresistas son los que saltan para defenderlo.

La política mezcla mentiras y verdades y por allí las cosas se combinan de tal forma que soñamos despiertos con una realidad que no es tal.

La renovada revista Caras y caretas publica en su primer número una nota de María Seoane titulada "Argentina 2010 o el futuro mistongo". Tratando de vislumbrar el futuro cercano que nos espera, hace una descripción de la situación actual del país: "hoy existe el 47 por ciento del trabajo informal, es decir, la mitad de la población que trabaja lo hace en negro. Y en años no tendrá cobertura previsional. Y el 30 por ciento de la gente en condiciones de trabajar tiene problemas de empleo. Y sabemos que más de la mitad de los argentinos son pobres, que más del 80 por ciento no tiene computadora; más del 64 por ciento no tiene videocassetera, y más del 33 por ciento no tiene teléfonos. Lo notable es que más del 40 por ciento tampoco tiene cloacas: son los viejos y "nupos" (nuevos pobres) de los que habla Waldo Ansaldi. Su diagnóstico apunta a la mayor paradoja de la historia argentina: cómo se puede crecer en riqueza pero al mismo tiempo en pobreza. "Los dos últimos años muestran una economía que crece a niveles importantísimos y simultáneamente con este crecimiento crecen los niveles de desigualdad social y pobreza. No sólo se incrementan los pobres sino la brecha entre pobres y ricos que se acerca a 1/40. Es una magnitud terrible que nos acerca a los países más desiguales de América Latina, que son Brasil y Guatemala".

Y bueno, la realidad fría de los números dice esto. Allí terminan las dulces expectativas del progresismo. Y allí empiezan, o mejor dicho allí continúan las luchas por un futuro diferente que, dicho sea de paso, no se agota en una "mejor distribución de la riqueza".

Mientras tanto, lo que se discute a derecha y a..... bueno, como se dice, porque si tenemos en cuenta los números entonces el gobierno de Kirchner no es de centroizquierda, por lo que debería considerarse de derecha ya que profundiza día a día el modelo neoliberal menemista que era peronista, y entonces Chiche, Macri, y Menem y Cavallo y Duhalde serían….

¿Pero no estaban todos juntos?



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