Ir a la Portada Página Siguiente ®

De plazas, carpas y protestas violentas

Por Javier González

La plaza

     Santa Fe, como Buenos Aires, también tiene su Plaza de Mayo, aunque éste no sea su nombre exacto.

     Como toda ciudad de matriz hispánica, la heredó junto a la estructura en damero de manzanas y calles y un capitalismo atrasado.

     Las fachadas que sobresalen en la plaza no son las de las multinacionales ni la de bancos como en Buenos Aires, sino la de nuestras venerables instituciones: la Casa de Gobierno, que es gris y no rosada; el Palacio de Justicia, la Catedral Metropolitana, el Colegio Inmaculada Concepción, la Iglesia de Nuestra Señora de los Milagros y muy cerca también el edificio del arzobispado, en cuyos pasillos -hasta hace muy poco tiempo- solía pasearse un abusador con sotana.

     Las fachadas institucionales pertenecen a distintos períodos históricos, distintas experiencias, distintos sueños, ambiciones, distintas ideologías, que con el correr de los años fue asumiendo la clase dominante, desde el siglo XVII hasta hoy. La casa gris, por ejemplo, con su eclecticismo afrancesado, es una muestra inconclusa de los sueños de una burguesía que se creyó europea.

     Pero los sueños de construir la europa latinoamericana desaparecieron tan rápido como habían llegado y con ellos también cambiaron los edificios y la plaza.

     Muy lejos quedó el día aquel del año 1650 en que los 300 habitantes de la vieja Santa Fe se trasladaron desde Cayastá, reconstruyendo la plaza y sus casas . Desde ese día y hasta el presente la plaza sufrió numerosos cambios al compás de las transformaciones políticas y sociales del país.

     Su fisonomía actual se la debemos a los últimos 20 años de peronismo durante los cuales, la genial visión de un Vernet, un Reviglio y un Obeid, puso de manifiesto que poco o nada tienen que envidiar a ese grupo de jacobinos que marcó a fuego la historia de mayo.

     De la mano de nuestros prohombres, la plaza adoptó una fuente de biguás que saluda a los transeúntes de calle General López y se vistió con losetas graníticas blancas, de canto rodado y eso sí, mucho granito sierra chica, que con el correr de los años fue desapareciendo -como los restos del puente colgante- seguramente para revestir alguna improvisada mesada de cocina.


     De lunes a viernes y de 7 a 13 hs la plaza de mayo cobra una vida inusitada que contrasta absolutamente con lo que ocurre después de ese horario, cuando los cientos y cientos de empleados públicos van a sus casas a consagrarse a la cotidiana siesta santafesina. Es en esas horas cuando las personas desaparecen absolutamente de todo el casco histórico de la ciudad.
Como si hubiera caído la nevada mortal descripta en El Eternauta, la vida desaparece, ya no se ven cientos de expedientes en tránsito de un edificio a otro, los autos dejan de circular, los pocos negocios cierran y los kioscos dejan de vender las preciadas latitas que ayudan a mitigar la sed del duro verano santafesino. Recién cuando el sol baja, los ruidos humanos nuevamente comienzan a tapar el canto de los pájaros. La plaza se transforma en una gigantesca y desolada pista de skate para aburridos chicos de departamentos.

     En verano, cruzar la plaza es un suplicio eterno, las distancias parecen mayores y el sol se ensaña con tu cabeza. En invierno los helados vientos que la recorren no solo ponen en riesgo la estabilidad de quienes la transitan sino que de paso te hacen llegar a añorar e incluso desear aquellos cálidos días del verano en que los mosquitos hacen estragos en busca de la sangre que los perpetúa.

La pirámide

"El loco se me acerca con una evidente ira. Es que ya lleva muchos años luchando desde abajo, junto a sus compañeros, siempre denunciando, siempre militando; y estas cosas lo indignan.
-Mirá, dice señalando el flamante monumento con el que Obeid autocelebra su ingreso a la historia como Gobernador con mandato cumplido. Mirá! Ahí está la gran obra del turco, es la gran pija que nos metió en el culo!"

     De Obeid, de su primer gobierno en el cual el turco hacía gala de un obstinado menemismo, obtuvimos el símbolo que hoy pasa casi inadvertido para muchos: una réplica de la pirámide de mayo que está en Buenos Aires.

     La de Buenos Aires tiene su historia, la nuestra se escribe en estos tiempos y el reciente graffiti que la adorna: un hombre con alas de ángel que recuerda a Pocho Lepratti, asesinado cobarde y salvajemente en Rosario en las jornadas del 20 de diciembre de 2001, simboliza una lucha a la que aún le resta mucho camino por andar para encontrar los responsables de tantas muertes y tanto desastre provocado.

El vallado

"Estamos en el tercer mundo, hay que aceptarlo y dejarse de joder", dice uno de los empleados de la Casa de Gobierno que prefiere no dar su nombre.
"Vos viste lo que es esto? Imaginate que vienen del exterior a visitar al gobernador, a la Casa de Gobierno de la segunda provincia en importancia de la República Argentina y se encuentra con un vallado metálico permanente, y un edificio que se cae a pedazos. Y encima que los reciba una de estas negras perucas o esos gatos rubios que les gustan a ellos y que meten a laburar acá y les diga: un momentito que ahora el turco está ocupado... los tipos se sientan y entran a mirar las rajaduras, y los entrepisos que hicieron en las oficinas, cortando los ventanales que dan a la calle. Todo de cuarta. Te das cuenta?

     Sobre calle 3 de Febrero, frente a la casa de Gobierno hace ya tiempo que la democracia ha construido su muro. Este no tiene la trascendencia del de Berlín ni la tecnología del que construye el estado racista de Israel, pero está presente en el paisaje urbano de la ciudad y ya se ha integrado a ella. Casi que es inconcebible pensar algún edificio institucional sin vallado metálico.

     La valla pone límites. No a la impunidad de los responsables políticos de todas las iniciativas contra los laburantes ni a los generadores de catástrofes anunciadas, sino a las "antiperonistas" protestas que los santafesinos llevan adelante desde hace años.

     El vallado pone límites a las protestas y también las "institucionaliza" y las convierte en un mero trámite reivindicatorio. Se llega hasta ella pero nunca se las transgrede porque más allá están los honorables representantes, que como en el caso de Obeid, llegan a su sillón mediante el fraude institucionalizado de la tramposa ley de lemas.

     El engendro metálico actúa como parteaguas, como separador entre víctimas y victimarios.

La carpa

     En este contexto y separada de la Casa Gris por la preventiva valla metálica, se instaló el 29 de julio la Carpa negra de la Memoria y de la dignidad, buscando respuestas y responsables que nunca se dieron por aludidos.

     El 14 de enero hizo un calor de perros en Santa Fe. La plaza hervía pero no de gente. Cruzar la calle, llegar hasta la carpa negra para participar del acto, permanecer bajo el sol, escuchar, no era algo que concitara la atención de muchas personas. Ese día, después de permanecer 170 días en la plaza, de soportar el frío, el calor, la soledad del sitio y la falta de respuestas, sus habitantes decidieron levantarla y encarar la lucha por otros medios.

     "La carpa se instaló con un primer reclamo, la reparación integral, pero con el correr de los días y con el contexto político de indeferencia, fueron apareciendo otros: pedido de justicia, investigación de los responsables de este atentado social, la necesidad de un cambio profundo en la participación ciudadana, reclamo a los funcionarios para que asuman la representación de los intereses legítimos de la población, políticas hídricas responsables, definitivas", decían en el documento leído ese día en la plaza.

     "En estos días de lucha aprendimos mucho, especialmente a convivir con un grupo elogiable de personas honestas y humildes. La carpa ha marcado una diferencia con el gobierno que pregona: no holgazanear, no mentir y no robar, pero que no cumple. Este grupo marcó un precedente histórico de lucha y resistencia a lo largo de todo el país, a pesar de haber sufrido humillaciones y soportado que el gobierno haya intentado criminalizar la resistencia después de inundarnos.

     "Nunca perdonaremos, ni olvidaremos esta inundación evitable, como tampoco perdonaremos las fiestas de nochebuena y fin de año que tuvimos que pasar en esta plaza, mientras los políticos festejaban muy lejos de la gente".

     "Nunca pensamos que esta carpa, instalada en invierno soportara 170 días y llegáramos al presente sin respuestas concretas a los problemas de la población afectada. Pero, nada de esta lucha fue en vano. Nos vamos de esta plaza doloridos pero fortalecidos con el compromiso asumido y con la frente bien alta, para continuar los reclamos en otros escenarios".


     Lo que no quedó expresado en el documento fue el sentimiento de impotencia que muchos de los integrantes de la carpa sintieron al no verse acompañados por el grueso de personas que sufrieron la inundación del Salado. Uno de sus integrantes manifestaba que si uno de cada familia inundada hubiera participado de la carpa, la historia hubiera sido diferente.

     En realidad el problema se origina en este tipo de protesta que se aísla del conjunto y se hace pasiva, luego favorece la política de desgaste que realiza el gobierno y ayuda al "progresismo centroizquierdista" a legitimar sus prácticas: "nosotros siempre ponemos la cara y ustedes no nos acompañan". De esta forma se socializa la culpa y se justifica el "no se puede hacer nada porque la gente no quiere".

El 29 de enero

     La gran movilización del día 29 de enero venía precedida por dos hechos que concitaron el debate de toda la ciudad. El primero de ellos fue el corte que un grupo de inundados realizó en el puente carretero que une Santa Fe con la ciudad de Santo Tomé. El debate ocupó cuanto espacio hubo. Las radios no dieron abasto con la cantidad de mensajes. La clase media, el periodismo, los dirigentes políticos como Ángel Piaggio, intendente de Santo Tomé, exigieron inmediata represión. Algo que -más allá de lo expresado por el gobierno- se realizó brutalmente en horas de la noche. Los piqueteros fueron trasladados incomunicados a distintas comisarías luego de recibir una brutal golpiza de la que no se salvaron hombres, mujeres y chicos, de acuerdo a lo relatado por ocasionales testigos.

"Vidas en la basura"

el viento sopla fuerte esta noche
y es un viento frío
y pienso en los muchachos desocupados
espero que algunos de ellos tengan una botella de tinto.

es cuando estás en la mala
que te das cuenta de que todo
tiene dueño
y de que hay cerraduras en
todas las cosas.
así funciona la democracia:
agarrá lo que puedas, tratá de mantenerlo
y agregale algo
si es posible.

así funciona la dictadura
también
sólo que ellos esclavizan o
destruyen a sus desamparados.

nosotros simplemente
olvidamos
a los nuestros.

en cualquier caso
es un viento
muy
frío.

Charles Bukowsky

Del tema no se habló más, sólo el regocijo de periodistas como Rogelio Alaníz (LT10, Diario El Litoral) ex preso político y actual vocero de la mediocridad de la clase media, y del intendente Piaggio que manifestando su visión de futuro dijo que "si decimos que Santa Fe ocupa un lugar importantísimo en el corredor bi-oceánico de fundamental importancia para el Mercosur, entonces tenemos que pensar que hechos de esta naturaleza no pueden ocurrir más". Piaggio no estaba pensando en qué políticas llevar adelante para satisfacer las demandas piqueteras sino en los escuadrones encargados de apalear a todo aquel que intente protestar cortando la ruta de los negocios de la explotación.


     El otro hecho fue la movilización del día lunes 26 de enero que había terminado con la rotura de vidrios de la Casa de Gobierno. Otra vez todos los medios destacaron la irracional violencia con la que un sospechoso grupo de inundados había desnaturalizado una protesta que debía ser pacífica.

     Todo estaba preparado para el 29. En los medios se recalcó una y mil veces el tema de la violencia y la necesidad de realizar las protestas en paz.

     Cerca de las 18 hs la gente había ocupado gran parte de la plaza. Por todas las calles y avenidas de acceso a la misma se veían llegar nutridos grupos de manifestantes. Poco a poco la plaza se colmó de gente y se habló de la más grande manifestación ocurrida en Santa Fe. Más de 5.000 personas se juntaron para recordarle al gobierno todas sus culpas y reclamarle que las escuche, que las indemnice, que modifique la ley de reparación, que la derogue, y que se vaya. La composición era heterogénea. Es que el Salado se ocupó de barrer momentáneamente con las diferencias sociales cuando sus inmundas aguas marrones anegaron un tercio de la ciudad. Por un tiempo confluirán diferentes intereses y entonces será posible ver la comunión de gente que perdió todo, hasta sus fotos, con pequeños o medianos empresarios buscando subsidios para recuperar sus fábricas y seguir reproduciendo la explotación.

     Los distintos grupos de inundados, que evidencian manifiestas diferencias en cuanto a objetivos y metodologías, se habían juntado para el gran acto convocado por los integrantes de la Carpa de la Memoria y la dignidad. Desde el comienzo pudo verse como prácticamente se realizaban dos actos en paralelo, dos actos superpuestos que no tardaron en hacer incomprensible para la mayoría de los presentes, todo lo que se decía.

     Luego ocurrió lo ya conocido y que ganó rápidamente la primera plana de todos los medios de prensa.

Las anécdotas

     Muchas cosas se hablaron y se seguirán hablando sobre lo ocurrido: infiltrados, interna peronista, violencia justa, irracionalidad, pacifismo, malestar policial, excusa para trasladar la capital a Rosario, excusa para criminalizar la protesta social, etc.

     Seguramente la mayoría de estos elementos está presente, pero es importante no caer en la discusión de las anécdotas. Es evidente que dentro del PJ existe una interna que va in crescendo a medida que pasan los días, también fue harto evidente la presencia de los "servicios" en la movilización de la misma manera que quedó en claro que el grupo que atacó la Casa Gris fue absolutamente minoritario, pero hay que dejar en claro algunas cuestiones. En primer lugar es evidente que el clima de protesta social, el descontento popular va creciendo en forma bastante acelerada aunque todavía no se acierte en las metodologías a emplear para unificar a los distintos grupos y sus luchas, en segundo lugar el ahora kirchnerista Obeid no ha mostrado la misma habilidad del presidente para superar el magro caudal de votos obtenidos mediante una campaña mediática que lo haga subir en cuanto a consenso popular se trata. También es cierto que el peronismo no muestra la misma homogeneidad de antaño y hasta ha llegado al impensado "blanqueo" público de sus diferencias. Así pudo escucharse de boca del propio Obeid, la queja porque el peronismo no estaba movilizado y que Reutemann no había dejado las cuentas en orden.
¿Donde están los más de cuatrocientos millones que supuestamente había dejado el Lole? Se oyó decir a más de un funcionario de gobierno.

La violencia

     Otro tema a discutir es el de la violencia. Mucho se escuchó en los medios santafesinos al respecto. El prestigioso Alaníz habló de lúmpenes, delincuentes, negros de mierda. Lo cierto es que más allá que el grupo que atacó la Casa Gris fue minoritario, y estuvo integrado por lúmpenes y hasta servicios y que contó con la inestimable complicidad policial, la violencia contó con el beneplácito de la mayoría de los que estaban esa noche en la plaza, que acompañaron con gritos y consignas la acción violenta. Es que los "objetivos" medios de comunicación omiten decir que la violencia está muy presente desde hace tiempo en Santa Fe, violencia brutal que se manifiesta constantemente como en los asesinatos, seguramente ordenados por la dirigencia política, del 20 de diciembre en Rosario y en la catástrofe provocada cuando decidieron no avisar a cientos de miles de santafesinos que las aguas marrones del Salado iban a arrasar con sus cotidianeidades modificándolas para siempre. Violencia se aplica cuando se humilla hasta el hartazgo a estas miles de personas y se las intenta utilizar para dirimir internas que son apenas matices.


     Es necesario que los miles de trabajadores santafesinos, sean piqueteros, inundados, desocupados, etc. comencemos a discutir y organizarnos para exigir que el gobierno rinda cuenta de sus responsabilidades, que diga cuantos muertos siguen provocando las inundaciones, quienes son los responsables de la catástrofe y que paguen con la cárcel, que se indemnice a todos los afectados, que se rinda cuenta de los millones que se recibieron y como se gastaron, que se someta a discusión todo lo que implica la llamada reconstrucción, que se incluya también a la gente de Recreo y de las otras localidades afectadas.

     También es necesario discutir las metodologías que se emplean y los programas que se levantan como paso esencial para unificar las luchas.

Pedro, el diariero

       anda siempre con paso cansino. Como todo canillita se levanta temprano para buscar diarios y revistas en la agencia, hacer los pedidos y devolver lo que no se vendió. Como todo canillita que vende en los edificios públicos que rodean la plaza de mayo llega todos los días puntualmente y casi con seguridad se olvida siempre de los pedidos.

     El 29 de abril Pedro se inundó junto a miles de santafesinos. Perdió mucho. Una de las últimas veces que charlé con él me manifestó su preocupación por el estado de las paredes de su casa. La humedad no se va fácilmente de los revoques. Cuando las aguas se habían retirado del barrio, Pedro quiso volver atrás, hacer la vida y los ritos cotidianos, pero no pudo. Con el transcurrir de los meses su estado físico, sus ganas, su fuerza cambiaron radicalmente. La impotencia pudo más y el andar cansino se hizo aún más lento. El viernes 30 de enero, después de todo lo ocurrido en la plaza, un paro cardíaco lo terminó de derrotar. "La tristeza" explica su compañera a todos los que van a darle el pésame.

     Pedro engrosa la lista de muertos por la inundación que facilitó el gobierno de Reutemann y Obeid y todavía no sabemos cuántos son.

Ir a la Portada Página Siguiente ®