El Mango del Hacha

Trillo

por Maytland Goyeneche

Carlos Trillo nació en Buenos Aires el 1º de mayo de 1943 murió, tal vez demasiado pronto, en Londres el 7 de mayo de 2011 mientras estaba de vacaciones. Supongo que también cerrando contratos de trabajo.

Carlos Trillo fue un guionista de historietas. Para los que no estén enterados, las historietas suelen tener un argumento que se plasma (casi siempre) en un papel con dibujos. Hay casos en que la historieta está realizada por un solo tipo (o tipa) como es el caso de Mafalda, cuyo creador Joaquín Lavado, también conocido como Quino, hacía a la vez los dibujos y los argumentos. Otros casos tienen un tipo o tipa que se encarga de los argumentos y otro tipo o tipa se encarga de los dibujos. Como es el caso de Custer, una historieta que dibujó el español Jordi Bernet con guión de Carlos Trillo que en Argentina se publicó en la ya “mítica” revista Fierro en 1985 o 1986. También hay historietas que tienen más de un guionista, y más de un dibujante, pero esa es otra historia.

Primer encuentro

Supongo que mi primer contacto con Carlos Trillo fue en alguna revista de García Ferré, pero no tengo recuerdos precisos al respecto, solo la información de que trabajó en unas cuantas historietas de la editorial del creador de Anteojito.

Si recuerdo las notas de carácter sociohumorísticas que escribía con Dolina en la revista Satiricón en la década del 70. Por cuestiones cronológicas leía Satiricón unos años después conseguidas en el Canje 25, negocio donde encontraba todo tipo de publicaciones de unos, quizás, hasta 10 años atrás.

Y una historieta dibujada por Oswald con guión de Carlos Trillo y Alejandro Dolina cuyo título no recuerdo pero debía ser algo así como la Historia del que se desgració en el colectivo, que iba en tono romántico de cómo un señor conocía una dama en el colectivo y la seducía con el paso de los días viajando juntos hasta que un día por fin logra sentarse al lado de la señorita en cuestión y haciéndose el caballero intenta abrirle la ventanilla con el desafortunado incidente de tirarse un pedo mientras hacía la fuerza necesaria para llevar a cabo la caballeresca tarea. Si bien suena más a Dolina que a Trillo estaba firmada por el dúo, así que no voy a cuestionar aquí la autoría de un argumento menor, ni es este el momento mas oportuno para hacerlo si es que hay alguno al respecto.

Y más historietas

Otros encuentros con Carlos Trillo se dieron por la misma época y en las páginas de la revista Skorpio, con una mirada novedoso para mi que solo venía leyendo historietas de los héroes inmaculados superforzudos y cowboys que hacían justicia allí por donde pasaran (esto no es tan así, pero, a grandes rasgos, sí lo es).

Allí encontré una historieta muy graciosa Detective’s Studio con dibujos muy caricaturescos de Perez d’Elias con Woody Allen como protagonista y llena de famosas estrellas de Hollywood. Y era graciosa aún sin entender las referencias cinéfilas ya que por entonces apenas podía entender que un par de personajes eran Laurel y Hardy.

Alvar Mayor era otra cosa. Tenía la pinta del héroe clásico. Andaba solo por ahí, en este caso, la selva latinoamericana en la época de la conquista, tenía espada, hasta a veces un compañero de origen nativo. Un indio. Claro, Alvar también era nativo, el primer mestizo nacido en América. Pero oh! Amigos!, Alvar a veces hacía justicia, o ayudaba a que esta se llevara a cabo. Pero muchas otras solo era un testigo silencioso de lo que ocurría, o incluso peor, y metía la pata cuando quería ayudar. Mas bien  un héroe trágico diría yo sino sonara presuntuoso y no significara nada. Para historietómanos: Alvar siempre me pareció la opción seria a la filosofía de Perogrullo de Nippur de Lagash. Y estaba el dibujo de Enrique Breccia, para mí, uno de los mejores dibujantes de Argentina. Y que lindos colores, no esos colores planos y aplastados de la D’artagnan, no, estos eran como acuarelas. Después uno se entera que los colores los ponía otro tipo, así como a veces se entera que tal dibujante en realidad tiene un montón de ayudantes que les pasan los dibujos e inclusive se los hacen. Pero eso es otra historia también.

Un desencuentro

El loco Chávez en la contratapa del diario Clarín, dibujado por Horacio Altuna comenzó a publicarse en 1975 cuando el “gran diario argentino” decide renovar su sección de chistes y contrata solo a creadores argentinos, entre ellos a Fontanarrosa, Caloi, Dobal, Tabaré y algún otro. El Loco Chávez era una tira diaria de unos cinco cuadritos pero que parece que a la gente le gustó mucho. A mi nunca me pareció gran cosa, pero claro, nadie en casa compraba el Clarín y no podía seguir el continuará de la historia. Recuerdo, sí, que Pampita era una especie de ícono sexual en una época que ni siquiera la palabra ícono estaba permitida por la censura del régimen.

Censura y libertad de expresión

También con Horacio Altuna encuentro en la revista Humor Registrado al señor Lopez y sus puertitas. Altuna es recordado por toda una generación como el mejor dibujante de mujeres (de mujeres desnudas, diría yo). La discusión sobre quién es el que mejor dibuja mujeres me mantiene ajeno ya que me parece muy poco respetuosa de las mujeres (igual, no creo para nada que Altuna sea el mejor en ese campo) pero debo admitir que en Las puertitas del Sr. López el señor Altuna se explayo en mas de una oportunidad dibujando las mujeres mas exuberantes que la censura le haya dejado pasar. Pero no iba de eso la historieta, era sobre las formas que tenía un gris personaje de escapar de las vicisitudes de la monotonía horrible en la que se encontraba, de su trabajo de oficinista y su espantosa y castradora mujer y que a cada paso se escabullía de su triste realidad cruzando puertitas (generalmente de los baños públicos) hacia mundos mas confortables (a veces).

Y mas, mas, mas…

Y esto solo es una muestra pequeñísima de lo que me tocó compartir con Carlos Trillo, con su obra, después vienen las revistas españolas donde también publicaba (y eso que no entiendo italiano porque ahí también hay un toco de cosas), y la revista Fierro donde conocimos el grueso de su producción allá por los años ochentas.

Y en los 90’ con su proyecto editorial Puertitas, justo, no fue el mejor momento pero valió la pena, de eso se trató siempre su trabajo. De su amor por la historieta, de su respeto, de saber siempre donde estaba el lugar a ocupar. Y después con las nuevas generaciones de dibujantes y de historietistas en general… es demasiado extenso el curriculum de Carlos Trillo para meterlo en una modesta nota homenaje, yo solo quería agradecerle lo que hizo, y que los dos o tres que leen esto que sepan que Carlos Trillo fue el mejor guionista de la Argentina, el más prolífico no a fuerza de locura creativa, sino simplemente porque era un laburante de la historieta, vivía de eso y no tenía miedo de ayudar a los novatos que se le acercaban a pedir una mano. Porque era un buen tipo. Y si bien con decir que era un buen tipo alcanza para homenajear a cualquiera, Carlos Trillo viene con el plus de ser, además, uno de los grandes, pero grandes grandes, de la historieta.

La yapa

Parece ser que en 1985 salió en la revista Fierro. Yo lo leí ahí, cuando salió. En mi revista venía con un par de hojas con los colores superpuestos, problemas de impresión, después conseguí una revista con los colores correctamente. Valía la pena, porque es mi historieta preferida, se llama El reino azul, la dibujó Enrique Breccia y trata sobre un rey de un reino que un día se levantó loco y quería que todo el mundo sea azul. Hizo pintar las casas, los autos, la ropa, las plantas, los patios, todo de azul. El problema era que la gente cagaba marrón. Y no había caso, por más que se prohibiera, la gente cagaba marrón. Se le hacía transfusiones azules a las verduras sin mayores resultados, la caca seguía siendo marrón. Así fue que se le ocurrió una idea mejor, todo sería, de ahora en más, marrón. Y la primera noche del nuevo reino marrón, los guardias marrones encontraron, en el medio de la calle marrón, un sorete azul.

Buenas noches Carlos Trillo. Gracias.


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