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La tercera es la vencida

Por Daniela Pierotti

Jugando de callados

     En Venezuela, la oposición arremetió de nuevo contra la política del presidente Hugo Chávez Frías. Después del fracaso del intento de golpe de estado en abril de 2002 y de la huelga sindical y empresarial de dos meses, desde diciembre de 2002 hasta febrero de este año, que paralizó la actividad petrolera del país, ahora va por una salida constitucional que apunta directamente a la revocación del mandato.

     La Constitución del 99, aprobada por el mismo Chávez, establece que es posible realizar un referendum revocatorio para cualquier autoridad electiva una vez cumplida la mitad de su mandato. La solicitud de dicho referendum debe contar con el apoyo de por lo menos el 20% de los habilitados a votar y, posteriormente, los sufragios por la remoción deben superar el número por el cual el funcionario fue elegido.

     En el caso del presidente de Venezuela se necesitarían 2,4 millones de firmas en apoyo de la realización del referendum, y luego el voto de más de 3.757.763 personas para que Chávez deba dejar el gobierno.

     Pues bien, la oposición, representada por la Coordinadora Democrática y el grupo Sumate, trabajó persevarantemente desde enero de 2003 recogiendo firmas con el fin de lograr el referendum, además de una enmienda de la constitución que acortara el mandato presidencial y una convocatoria a Asamblea Constituyente. El resultado hasta el 20 de agosto pasado, día en que se cumplió la mitad del mandato requerido para hacer la presentación del referendum, fue de 3.236.320 firmas aunque la mayoría se consiguió en el famoso firmazo del 2 de febrero, fecha en que culminó la huelga petrolera más larga en la historia del país, y que, sin embargo no logró cumplir con la finalidad más importante que fue la de sacar a Chávez del poder. Aunque representó un fracaso en función de ese fin, significó un sacudón muy fuerte para el gobierno de Chávez, que perdió tiempo y energías amortiguando la presión interna y externa y que vio afectada su economía y sus relaciones financieras, a pesar de salir airoso del cimbronazo.

     Volviendo al tema de las firmas, estas fueron presentadas ese miércoles 20, ante el Consejo Nacional Electoral con el respaldo de una multitudinaria marcha de 100000 venezolanos que marcharon por avenida Libertador. Los fuegos de artificios con los que los manifestantes festejaron, entre los que estaban representados sectores de derecha e izquierda, de sindicatos y asociaciones civiles, se interpretaron como el inicio de un proceso seguro por desalojar a Chávez. La alianza opositora mantuvo en secreto la operación de la entrega de las 120 cajas de firmas, y pocas horas después hizo formal la solicitud de convocatoria al referendum.

     La Coordinadora pidió al Poder Electoral que se ocupe de la verificación de las firmas en un plazo de 30 días y que convoque al referendum dos meses después, de modo que la consulta se efectúe en noviembre o diciembre de este año.

No canten gloria...

     Sucede que si el referendo revocatorio se llevara a cabo entrado el 2004, se mezclaría con las elecciones regionales y municipales previstas para julio del año próximo, y quedaría relegado a un segundo plano. Sería un fracaso más, y quizá el último de la oposición.

     A pesar de la movida bien organizada, el proceso puede ser detenido. Altos funcionarios del gobierno y de las Fuerzas Armadas, así como expertos constitucionalistas, tildaron a la consulta de "eventual" y que podría directamente no realizarse hasta el año próximo. Por otra parte, el jurista Jorge Olavarría, opositor, declaró que "las firmas de febrero no son válidas. El encabezado de la planilla no es una solicitud sino una usurpación de las facultades del Consejo Electoral", y esto se debe a que ese encabezado no pide al poder electoral que llame a referendo, sino que directamente proclama: "Hemos decidido convocar a un referendo". Refutando esto, la representante de Súmate, Corina Machado, aseguró que sí lo son, y que este defecto en la forma puede ser subsanado por el mismo Consejo Electoral. Además aseguró que si fueran rechazadas se podrían recoger "millones de rúbricas nuevamente". Afirmó también, que más de 2,7 millones de las firmas son válidas.

     De todas maneras, el obstáculo principal que enfrenta la oposición es la designación del nuevo poder electoral. El gobierno ha descalificado al actual. Después de tres meses de debates, la Asamblea Nacional no logró elegir a la nueva directiva por lo que el Supremo Tribunal debió hacerlo el 24 de agosto.

     Las anteriores autoridades del CNE, entre los que se encontraba su presidente Alfredo Avella, habían anunciado que verificarían las firmas en el plazo de 30 días como establece la ley, "hasta que el Tribunal Supremo de Justicia nombre la nueva directiva del CNE". Ahora la situación cambió, y lo vinculado con el referendo será resuelto por el nuevo Consejo Electoral, designado por el Tribunal Supremo de Justicia luego de que el parlamento, no pudo reunir los dos tercios de votos requeridos para su designación. Un mes atrás Carlos Escarrá, constitucionalista, aseguraba que "este año no habrá referendo, pues sólo después de que el nuevo Consejo Electoral se juramente y dicte su reglamento podrá trabajar sobre las firmas y discutir la propuesta". Ahora, superada la etapa de transición, la recolección de firmas a favor del referendum tuvo que reiniciarse para que tengan validez según el nuevo consejo electoral, donde oficialistas y opositores tienen fuerzas casi parejas.

     Las cifras de once empresas encuestadoras establecen que "hay un 60% de los 11,9 millones de electores inscriptos que está a favor del referéndum y de éstos hay 4,8 millones que votarían por el Sí para revocarle el mandato. Chávez sacó 3,7 millones de votos cuando fue reelecto hace tres años, lo que da una diferencia de más de un millón de votos".

     Pero Chávez y otros dirigentes oficialistas alegan y dicen tener pruebas de que, según sus informes, muchas de esas firmas fueron ilegítimas, porque fueron falsificadas o transferidas en forma masiva desde los registros de clientes de empresas bancarias y de telefonía celular, por medios electrónicos y sin autorización de sus titulares. "Yo creo que la oposición habrá recogido en verdad un millón de firmas", declaró el vicepresidente José Vicente Rangel.

     En definitiva, el proceso está más que demorado, revertido, se puede decir que ha dado marcha atrás y empezado de cero.

Sigan en la suya que yo sigo en la mía

     Mientras tanto, Chávez que se salvó de la incomodidad de la marcha opositora por encontrarse en su último día de gira en Buenos Aires, parece tomarse la cuestión con soda y hasta felicitó a los manifestantes por la pacífica movilización que lograron organizar. El oficialismo preparaba simultáneamente en esa fecha una serie de actos sobre otra gran avenida, la Avenida Bolívar, para vitorear al presidente que asumió el 2 de febrero de 1999. Los festejos a favor del presidente fueron también multitudinarios.

     Algunos opositores opinan que "si el gobierno es malo, la oposición es peor" y autocriticándose agregan que "por eso se fracasó en abril de 2002, se incurrió en el suicidio del llamado paro cívico (la huelga general), y si no hay referendo este año será por su culpa", como el mísmísimo Olavarría declaró ante los medios.

     Con todo, Chávez no se detuvo en el cumplimiento de su plan estatista de mandato. Hacia fines de agosto, a días de la marcha por el refrendum, había cumplido con la entrega de más de cuarenta mil hectáreas a más de 62800 familias campesinas, entrega que continuará el 11 y 12 de octubre próximo, al cumplirse los 511 años de resistencia indígena, durante el Encuentro Mundial de Dignidad Indígena Campesina.

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