Breves de sábado (30/06/07)

Contradicciones de la veda

por Miguel Espinaco

Al principio me preocupaba esto de hacer un programa como El Mango del Hacha en el que se habla mucho de política, justo en medio de lo que algunos llaman veda política y otros con algo más de propiedad, veda electoral. Lo que pasa es que siempre me impresionó un poco la grandilocuencia de la expresión: veda es prohibición, pero qué es realmente lo que está prohibido?

No es que a mí me preocupe gran cosa hablar de las elecciones de mañana. En realidad hace un tiempo que no me dan ganas de dar consejos electorales y mucho menos para estas ampulosas internas simultáneas y obligatorias que al final no resultarán mucho más que la interna del Partido Justicialista con algunos aditamentos locales.

El asunto es esto de la veda y qué prohíbe: la política seguro que no. Prohibir la política resultaría un imposible total, porque la palabra política refiere a todos los asuntos públicos o sea a casi todo de lo que puede hablarse públicamente en un medio de difusión, así que vedar la política qué nos dejaría.

Pero peor todavía, frases como qué caro está esto, hay que matarlos a todos, este bache que no lo arreglan qué lo parió y no llego a fin de mes, no podrían ser dichas en ninguna parte durante estas cuarenta y ocho horas. Los taxistas que durante los cinco pesos que dura el viaje opinan sobre todo lo humano y lo divino deberían viajar bien calladitos y en los almacenes de barrio tendría que reinar un clima más bien de velorio porque cualquier inocente comentario como hoy voy a hacer un arrocito porque con lo que sale la carne vio, podría ser interpretado por algún agente del orden como una opinión sobre la política agropecuaria del gobierno o como una sospecha sobre la presunta manipulación de los índices inflacionarios.

Entonces queda claro que lo prohibido no es la política, no podría ser, ciertamente se llama veda electoral porque lo que está vedado es la publicidad electoral. Lo que llama la atención, claro, es que no sean lo mismo, la propaganda electoral y la política, digo.

No te voy a desayunar yo en que las ofertas electorales se han convertido en eso, en ofertas, y los pobres votantes en simples compradores bolsa de la feria en mano, pero la contradicción llama la por lo menos la atención, mejor dicho las dos contradicciones, porque digamos también que no está del todo claro por qué el mercado electoral funciona así, con veda previa. Se basará en la suposición, digo yo, de que uno va a hacer una elección más razonada si no lo presionan, si le dan un rato para pensar tranquilo, pero de ser eso cierto, habría que aplicar la veda también al mercado de las mayonesas, por ejemplo, o al de los cafés, que te siguen haciendo propaganda hasta en las góndolas de supermercado.

En fin, veamos. La ley provincial 12.080 dice que campaña electoral es toda actividad de propaganda con fines proselitistas y que esa campaña tiene que terminar cuarenta y ocho horas antes de la elección. La ley nacional explica un poco más esto de la campaña que tiene que terminar dos días antes, diciendo que se trata de las actividades realizadas para promover o desalentar la captación del voto. O sea: un par de días antes de que abra el supermercado electoral no se puede hacer más propaganda, decir vote a este que es mejor que el otro, por ejemplo.

Ahora fijate vos, si en las elecciones se enfrentaran realmente partidos y políticas la veda no podría ser aplicada: cualquier comentario relacionado con el interés público sería un llamado a votar a uno o a otro. Si los perfiles políticos fueran claros no habría dudas, yo no podría decir hoy que hay que aumentar los sueldos porque automáticamente se me relacionaría a alguna de las corrientes en pugna, la que proponga eso, yo no podría decir hace falta un seguro universal de desempleo o proponer cualquier medida concreta porque vos te darías cuenta enseguida a quién voto.

Pero no: podremos hablar de política todo el programa lo que queramos y la veda electoral quedará a salvo.

En este entrevero en el que se venden imágenes, marcas, escuditos y sonrisas, si yo no te pongo la música o el logo, si yo no aludo directamente a un nombre, no vas a darte cuenta justamente porque no tienen nada que ver, justamente porque la propaganda electoral no se trata de política y por eso, tampoco viceversa.


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