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¿Paradoja?

     Les agradezco el esfuerzo que están haciendo con vuestro periódico, y quisiera seguir recibiéndolo. Solo quería comentar un artículo del mismo, y solicitarles que en lo posible publiquen esta opinión.

     Se trata de "Cuba. Paradojas del Mundo..." de Marcelo Botta. Coincido con muchas cosas sobre la apreciación que se hace en el mismo de la política imperialista y asesina de los EEUU. Pero no comparto que lo de Cuba sea una "Paradoja". No creo que a nadie le guste la pena de muerte, y menos a los cubanos, quienes han dado sobradas pruebas de su consecuente lucha por la vida y la justicia a lo largo de su corta historia revolucionaria. Ya en otras ocasiones Cuba fusiló a saboteadores, terroristas y agentes de la CIA. No porque les agrade, sino porque lo habrán considerado necesario para su defensa. Para la defensa real y efectiva de la gran mayoría del pueblo. Entiendo los "principios puros", pero creo que eso es una cuestión intelectual. Tampoco me ubico en la posición opuesta del "pragmatismo" del "todo vale". Por ejemplo en Cuba nunca se torturó a nadie. De modo que hay límites éticos. El dirigente real de una revolución tiene que dar respuesta no solo a su conciencia o a un público intelectual, sino a la gran masa del pueblo. Eso implica tomar decisiones entre las opciones reales (no de "principios") que se presentan. Por ejemplo, lo cubanos debieron promover las inversiones extranjeras en turismo, con todo lo que eso implica, incluida la corrupción de una cierta parte de su población: la que se vinculó al trabajo en los hoteles internacionales, y que reciben pagos y propinas en dólares. Esa fue la única salida que encontraron cuando quedaron aislados por la caída de la Unión Soviética (lo que es una discusión aparte). En caso contrario los cubanos morían por hambre y hubieran sido presa servida para los buitres yanquis.

     Sé que hubo gente de "principios" que en ese momento salió a decir que aceptar inversiones extranjeras, y dólares sucios no era propio de un país socialista. Eso no respondía a su modelo ideal. Y podría ser verdad. Pero esa no era la discusión que se le planteaba a los cubanos. Ellos en ese momento querían mantener la soberanía nacional y las principales conquistas de la revolución. En la práctica concreta, no en la teoría. Aceptaron y promovieron las inversiones extranjeras no porque les gustaba o porque los dirigentes se beneficiaban. Ahí está el quid de la cuestión. Ahí terminan las concesiones al enemigo y empiezan los verdaderos principios. Aquellos valores que no resultan negociables. Ahí se ve la diferencia entre una posición revolucionaria y el pragmatismo. Creo que con la pena de muerte en Cuba ocurre algo similar. Yo no puedo afirmar que fue un acierto o un error político, porque para ello habría que tener mucha información y estar dentro de su "cuero", pero tampoco puedo criticarla por razones éticas. Porque creo que hay valores que están por encima de eso: en este caso la vida digna y libre de millones de habitantes y la soberanía de Cuba. No olvidemos la particular situación de amenaza que vive hoy, y que prácticamente está caminando por una cornisa, para lo que se requiere mucha inteligencia. Hasta ahora han sorteado muchos obstáculos y muy pesados.

     Yo estoy en contra de la pena de muerte en Argentina, fundamentalmente porque tenemos una justicia corrupta y de clase. Porque sabemos que los grandes asesinos no van a ser ni siquiera juzgados. Tampoco me gusta la pena de muerte, y creo que habría que agotar todos los medios posibles para evitarla. Creo que cuando la humanidad se libere del capitalismo y construya una sociedad socialista a escala mundial, sin que existan clases y pueblos oprimidos, la pena de muerte será abolida definitivamente. Pero ese es un "fin", no un "principio".

Hugo A. Kofman

M. del H.:

Querido Hugo: en el artículo no dice en ninguna parte que Cuba sea una paradoja, no se si entendiste mal o no se entiende. Por las dudas vaya esta aclaración: lo paradójico es, justamente, que el principal violador de los derechos humanos en el mundo (yanquilandia) sea el que acuse a otro país por violar los derechos humanos.

El texto no se centra en la pena de muerte, por eso está en negritas que "ese es otro debate", se centra más que nada en la reacción automática -toma de posición- en la que entramos -nos hacen entrar- sin meditarlo ni un segundo, con poca y tendenciosa-mentirosa información; o sea, de como nos manipulan y como nos hacen decir pavadas sin pensar.

Tu punto de vista sobre la pena de muerte como asunto de clase es interesante y dá para seguirlo.

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